La
luminosa mañana me alegra el día. Me invita a dar un paseo y así lo hago. La
explosión de colores, sobre todo el verde, ejercen un efecto sedante. Es un día
magnífico para vivirlo.
Me
apetece un café. Entro en el bar, tranquilo a estas horas, y acaparo los
periódicos. En portada veo a nuestro presidente en Estrasburgo y como recibe
los aplausos de todos los eurodiputados puestos en pie. Le están reconociendo
las políticas que ha llevado a cabo para potenciar el empleo.
Nuestro
presidente lamentó en ese foro la ingente cantidad de solicitudes de
científicos, ingenieros y otros profesionales, que no han podido ser acogidos
por nuestras empresas y universidades.
Estoy
con él: es un problema.
Continúo
hojeando el periódico. Tres páginas más adelante leo que el ministro de
Justicia es recibido en la ONU por un centenar de organizaciones no
gubernamentales. Le agradecen la nueva legislación en materia de derechos
humanos, y de forma especial, la batería de leyes y decretos que han logrado
que España encabece la lista de países más progresistas.
Miro
hacia el exterior y el mundo se despereza. Los niños apuran sus últimos días de
colegio. Las vacaciones están a la vista y se les ve alegres, las madres algo
menos.
Llego
a las páginas de economía y la cara siempre sonriente del titular del ramo se muestra aún más alegre. Las
expectativas de su ministerio se han visto sobrepasadas al alza. La tributación
de las grandes fortunas se ha incrementado en un treinta por ciento y han regresado al país más de 200.000
millones de euros que estaban alojados
en paraísos fiscales.
En
la siguiente página veo a los ministros de Hacienda, de Economía junto a sus
colegas de Sanidad y Educación, dando cuenta de un incremento de un 25 por
ciento en el presupuesto de sus ministerios para el año que viene.
Saludo
a una amiga que acaba de entrar y me pregunta si ya vi la noticia. No sé a qué
se refiere. Me lo explica. Ninguna mujer ha sido víctima de la violencia de
género en el último año.
Una
magnífica noticia. Se merece otro café. Brindamos por ello.
Los
deportes los miro de refilón. Tres páginas dedicadas a la gimnasia rítmica,
balonmano y baloncesto. Otra al tenis, ciclismo y waterpolo. Un cuarto de
página al fútbol.
Paso
de largo.
En
las páginas de cultura el mundo del cine, autores y editoriales, artistas
plásticos y músicos se alegran de que el IVA se rebaje de un cuatro al tres por
ciento.
Se
va acercando la hora de incorporarse al trabajo. Me pongo en marcha con una
sonrisa.
Suena
el despertador. Subo la persiana y el día está gris, plomizo. Enciendo la radio
y…
Los sueños y los monstruos by M. Santiago Pérez Fernández is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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