Fuente: La Nueva España (25/09/2014)
El
nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) no es ninguna novedad.
Hace no sé cuantos años que se inició y desde ese momento los gestores de lo
público sabían que mucho terreno quedaría vacío.
Pues
bien, en todo este tiempo no se han planteado a qué dedicar nada menos que 23,5
hectáreas.
Las
elecciones están a la vuelta de la esquina, todo hace pensar que las sorpresas
pueden ser muchas, y los partidos políticos inician la subasta. Ya saben: y un
huevo duro…que sean dos huevos duros.
El
gobierno de Asturias ofrece tres propuestas “genéricas” para “estimular el
debate”. Y lo hace ahora.
En
estos momentos van a primar las propuestas electoralistas antes que cualquieras
otras. No se pudo elegir peor coyuntura. A no ser, claro, que se quiera dar al
tema un aire populista. Si es así, peor me lo ponen.
Ya
salió el alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, exigiendo “un plan
ambicioso”.
Lo
dicho, que sean dos huevos duros.
A
mí, como asturiano y vecino también de la zona, me asustan.
Todos
tenemos nuestra receta mágica. Asociaciones de vecinos, del Cristo, Montecerrao
o de la otra punta de la ciudad, así como hosteleros, representantes de los
partidos, todos quieren aportar algo. Y si puede ser, barrer para sus
intereses. Cosa legítima.
Yo
no tengo ninguna solución, qué más quisiera, pero sí dudas.
Me
sorprende que se empiecen a realizar propuestas al tuntún. Yo, con toda mi
ignorancia e ingenuidad se me ocurre que antes que efectuar proposiciones ¿no
sería mejor estudiar las necesidades reales? Y digo reales, no las ocurrencias.
Pues
parece que no. De eso no hay nada.
Por
cierto, fruto de tanto ingenio ahora tenemos dos facultades de medicina.
Tras
ese estudio de las necesidades, reitero que desde el más absoluto
desconocimiento, ¿no sería adecuado saber los costes de las propuestas? Eso sí,
los precios reales, nada de añadir luego sobrecostes. Ah, y también incluyendo
las responsabilidades de los diseñadores y los constructores de forma clara.
Tras
estos datos, creo que los ciudadanos deberíamos saber los costes de
mantenimiento de las nuevas infraestructuras. Eso pienso yo, pero no sé si
estaré equivocado.
Estamos
acostumbrados a que nos hagan obras faraónicas que cuestan un dineral mantenerlas.
Luego protestamos por las subidas de impuestos. Da igual. Lo importante es
tener el AVE a la puerta de casa.
Leyendo
y escuchando opiniones al respecto me sorprende que se hable incluso de la
utilización de algunos de los edificios para usos varios. ¿Se refieren a esos
que no eran aptos y por eso se construyó un nuevo hospital? Si es así, me
parece que alguien nos tomó el pelo.
Ya
puestos, sí que me parece bien que la plaza de toros se utilice para cualquier
cosa menos para matar animales. Mejor ahí los conciertos que al lado del
Tartiere.
Me
gustaría que al menos esas condiciones se cumpliesen. Luego, los vecinos
tendremos criterios serios y rigurosos para tomar una decisión, pero eso sí, no
hay prisa. Si no la hubo hasta ahora, y miren que han tenido años, no vengan
apresurando e improvisando.
Ah,
por favor, que nadie se olvide de los técnicos, de los urbanistas. Esos sí que
saben de verdad.
Me
gustaría terminar con unos ejemplos.
La
ciudad de New York tiene Central Park, con una superficie de 341 hectáreas. El
Retiro, de Madrid, 125 hectáreas. Hyde Park, en Londres, 140 hectáreas. El
Parque Metropolitano de Santiago, Chile, cuenta con 737 hectáreas. El Phoenix
Park, en Dublín, tiene 712 hectáreas.
Si
hablamos de una ciudad para vivirla y disfrutarla ¿qué tal estos ejemplos? Si
queremos más “Calatravas”, pues nada, ya los pagaremos.
Planificación rigurosa en el Cristo o carísima chapuza by Santiago Pérez Fernández is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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