El gobierno ha realizado, a
través del presidente, unas durísimas declaraciones y ha prometido modificar
todas las leyes que sea necesario para acabar con esta oleada de crímenes.
Este compromiso público ha venido
tras los recientes asesinatos de dos diputados, uno del partido del gobierno y
otro del primer partido de la oposición.
El presidente del Congreso ha
convocado, a su vez, un pleno
extraordinario de ambas cámaras para mostrar la consternación de todo el arco
parlamentario ante estos atentados a la democracia. Todos los portavoces se han
sumado a la repulsa y ya han consensuado cambios drásticos en la legislación
“que acaben de una vez por todas” con estos execrables asesinatos.
Hace ya un mes que dieron
comienzo estos magnicidios que han sacudido los pilares de la sociedad
española.
Como todos recordamos, los
primeros crímenes se cebaron en la judicatura. Tres jueces, uno de ellos del
Tribunal Supremo, fueron asesinados a cuchilladas. El, o los asesinos,
demostraron una violencia tan descomunal que los forenses se vieron afectados
ante la crueldad demostrada por los criminales.
En un principio, la policía
barajó como hipótesis de estos asesinatos cuestiones relacionadas con la
Justicia. Más tarde, con la terrible muerte del presidente del banco
Tedejaresinuncéntimo, que murió abrasado tras ser rociado con gasolina, prendió
todas las alarmas en los servicios de seguridad del Estado.
Desde ese momento todos los
ciudadanos hemos seguido con creciente alarma la escalada de estos asesinatos
tan atroces, a la par que demandamos más seguridad para nuestros
representantes.
Por si esto fuera poco, hace dos
semanas fueron brutalmente exterminados, tenemos ya que hablar de exterminio,
cuatro delegados del gobierno: dos andaluces, uno vasco y otro catalán.
A la vista de la magnitud que
está adquiriendo la matanza, la policía no ha dudado en ponerse en estado de
máxima alerta y calificar los asesinatos de “atentado a la democracia española”.
El asesinato del presidente de la
Conferencia Episcopal, al que azotaron hasta matarlo, ha conmovido los pilares
del país y la comunidad internacional. El Papa ha realizado las declaraciones
más contundentes jamás oídas a un Pontífice.
Todos los medios de comunicación
españoles realizaremos el próximo domingo una declaración conjunta en la que
vamos a poner de manifiesto nuestro apoyo al gobierno, a las instituciones, así
como a la policía para que estos derramamientos de sangre terminen.
Una sociedad democrática, avanzada,
no puede permanecer inerte ante estos atentados a las personas, a la moral y a
la democracia.
Esta podría ser una noticia de un
medio de comunicación sí hubiesen asesinado a varias personas de relevancia
pública. Mejor dicho, la noticia sería mucho más dura y pondría más énfasis en
la necesidad de acabar con los asesinatos. Creo que lo podemos imaginar. Sería
lógico.
Pues no nos engañemos, sufrimos
una lacra social más terrible y continuada a la que no hacemos ni puto caso: el
asesinato de mujeres a manos de hombres, asesinatos machistas.
En lo que va del 2015 van 33
mujeres masacradas por hombres, y para nuestra desgracia no serán las últimas.
No es novedad, año tras año varias decenas de mujeres son asesinadas – sí,
asesinadas por hombres - y ya hemos aprendido a vivir con ello. No me digan que
no. Si no lo viésemos como un peaje que hay que pagar ya se abrían acabado
estos crímenes.
Somos un país machista.
Los comentarios y declaraciones
de algunos políticos o miembros de la jerarquía católica contribuyen a
perpetuar ese machismo. Eso por no hablar de determinadas sentencias
judiciales. Pero no son los únicos responsables.
A mí me cabrea, y no se imaginan
cuanto, cuando alguien argumenta aquello
de que también hay mujeres que matan a sus maridos o que las mujeres se quedan
con todo en los divorcios y eso es violencia de género, etc. etc. Eso es
machismo. Sí, es machismo.
Hay hombres que asesinan a
mujeres, que les pegan, que las amenazan con matar a los hijos… y todavía hay
quien tiene cojones a negar esta evidencia con esos otros argumentos. Eso es
machismo.
Ya está bien. Los asesinatos
machistas son un gravísimo problema en España. Tenemos una sociedad permisiva
con la violencia hacia las mujeres.
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