Empiezo
a pensar que determinados cargos llevan implícito el proferir exabruptos e
incluso sandeces. Es más, creo que para acceder a ellos han tenido que realizar
un máster, por lo menos, en despropósitos, desatinos y similares.
Dicho
esto, me acuerdo de Carlos Ferrer Salat, el primer presidente de la CEOE
(Confederación Española de Organizaciones Empresariales). El más prudente de
todos los que le siguieron. Luego llegó el casi eterno José María Cuevas y
empezó la fiesta. La juerga continuó con Gerardo Díaz Ferrán ¿les recuerdo
dónde está? y ahora nos deleita Juan Rosell.
Por
cierto, este don Juan, me refiero a Rosell, no ha creado una sola empresa en su
vida. Todo ha sido herencia y trabajar para otros. Vamos, lo mismo que hace
ahora. Por cierto, cumple el mismo patrón que Cuevas. Díaz Ferrán las creó, sí, pero para chorizar. Oigan no lo digo yo, lo
dijo un juez y por eso está en la trena.
El
bueno de don Juan, Rosell, no siempre tuvo espíritu de testaferro. Y con esto
de testaferro quiero decir defensor de los intereses de los importantes, él es
un mandao. El joven don Juan anhelaba
ser periodista. Con posterioridad encaminó sus pasos hacia el terreno político.
No le fueron muy bien las cosas.
Don
Rosell, el don Juan, fue uno de los promotores, allá por 1980, del partido
Solidaritat Catalana. Estaba muy próximo a Alianza Popular, tanto que fue
apoyado por don Manuel. ¿Qué no saben a quién me refiero? Oigan, don Manuel
solo hubo uno: don Manuel Fraga Iribarne, el hombre que tenía al Estado en su
cabeza. Miren sí don Manuel apreciaba a don Juan, que decidió no presentar a
las elecciones a Alianza Popular en Cataluña. Una lástima. Solidaritat Catalana
consiguió en las elecciones al Parlamento de Cataluña, en 1980, 64.004 votos,
el 2,37 por ciento, y ningún escaño. Poco después de disolvió y la mayor parte
de sus miembros pasaron a Alianza Popular.
¿A
que ahora entendemos un poco más a don Juan Rosell?
El
señor Rosell, don Juan, catalán de nacimiento y tradición, seguramente, matizado
por su apego a don Manuel – ya saben, don Manuel Fraga Iribarne – no ha tenido
a bien ilustrarnos sobre la cuestión de la independencia de los Països Catalans.
Su silencio despertaría la cólera, cuasi divina, de don Manuel.
La
política ya no le debe interesar.
Cada
vez que lo oigo me emociono. ¡Qué clarividencia! ¡Qué sentido de la prudencia!
Su última agudeza fue… me resulta difícil calificarla. Mejor se la recuerdo y
ustedes la adjetivan: el trabajo “fijo y seguro es un concepto del siglo XIX”.
Por
matizar su afirmación, sólo por eso, le podría decir que los salarios que pagan
los empresarios son de mitad del siglo pasado.
De
su magín ha salido que el sector público “va detrás” al contar con unas
estructuras “demasiado rígidas, antiguas y mastodónticas”. Y se refiere a la
digitalización que “transforma los negocios y rebaja los costes, incrementa la
competitividad”. ¡Qué bien suena! Para rematar nos ilustra diciendo que
“desgraciadamente no lo están haciendo con la rapidez y diligencia que deberían
hacer”.
¡Ayyy,
estos pomposos liberales de nuevo cuño que son más viejos que el TBO!
Este
buen hombre, don Juan, el Rosell, no dice ni mú de la deuda pública de España.
Para los despistados, recordarles que debemos 1.095 billones de euros.
Billones, con b. Ya superamos el 100 por cien del PIB – la última vez que lo sobrepasamos fue en
1909 -.
Rosell,
ya saben el llamado don Juan, no menta, para nada, lo del Fondo de Reserva de
las pensiones. ¡Aunque para qué!
A
los despistados, recordarles que en el 2015 la hucha de las pensiones acabó con 32.485 millones de euros. Una
pasta, ya lo sé. Venga, ya saben que esto tiene trampa.
El
gobierno del PP, con Mariano Rajoy al frente, sacó de aquí, de la hucha, 13.250 millones de euros en este
último año. Una cifra importante, creo yo. Pues esto no es nada. Mariano Rajoy
se encontró con 66.815 millones de euros a finales de 2011 y en estos cuatro
años los ha dejado en esos 32.485.
¡Casi ná!
Oigan,
como sigan a este ritmo en otra legislatura nos dejan sin nada.
Toda
esta historia ha servido para que el PSOE nos diga que creará otro impuesto
para poder pagar las pensiones. Jordi Sevilla, economista liberal, dixit.
Y
oigan, oigan, oigan, ¡oigannnnn! Aznar también dixit: "Cualquier país
cuya deuda supera el 100% del PIB se adentra en una espiral de problemas
de todo orden de la que es extremadamente difícil salir”.
Ahora que venga el vocero de don Juan, Rosell, y nos lo cuente.
Rajoy que lo haga en diferido.
Los exabruptos de Juan Rosell by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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