-
Buenos días, presidente.
-
Buenos días. ¿Llegó la prensa?
-
Tiene el desayuno preparado. Sí señor.
-
¿Los dos?
-
Sí, señor presidente, el As y el Marca.
-
Buenos días, presidente.
-
Buenos días nos de Dios, Moraguitas.
-
Presi, hoy tenemos un día complicado.
-
Tranqui, Moragui. ¿Quién ganó la etapa
de ayer en la vuelta a Burgos?
-
Presi, no me jodas.
-
Señor presidente, se le enfría el café.
-
Voy, Manolo. Gracias.
-
Hoy dormí cojonudamente, Mori. Cómo un
bebé: nueve horitas.
Son
las diez de la mañana y sol aprieta. Madrid se llena de turistas y los
madrileños, los que pueden, salen pitando de ella.
-
Menuda faena, con las ganas que tengo yo
de unas buenas mariscadas y mira, aquí
currando.
-
Ya, ya, presi. Anímate, ya verás, en
unos días volvemos a la normalidad.
-
¡No veas las ganas que tengo!
- Manolo, tráeme un poco de leche fría.
Moraguitas ¿no quieres unas porras?
-
No, Mariano. Tengo aquí el dosier de
prensa.
-
No me jodas, déjame desayunar en paz.
Acabo con estos y luego ya me pongo con eso. Mejor, hazme tú un resumen.
Un
poco más allá de la mesa presidencial hay una televisión. Está sintonizada en
el canal de Teledeporte. A su lado hay otra conectada a Eurosport. El
presidente no da abasto. Controlar dos periódicos y dos teles al mismo tiempo requiere
concentración y mucha práctica.
-
Manolo ¿Elvira está bien?
- Sí presidente. Hizo su tabla de
gimnasia, leyó la prensa y ahora… pues no sé qué está haciendo,señor. ¿Se lo
pregunto?
-
Deja, no la moleste. ¡Qué mujer! Me
estresa con tanta actividad.
-
¿Y los niños?
-
Jugando. Hace más de dos horas que se
levantaron.
-
Salen a su madre.
-
Presi, por favor…
-
Moragas, espera carajo.
-
Hoy tienes varias reuniones. Acuérdate
de llamar a la Zarzuela y decirle algo…
-
¡No tengo ni un minuto de sosiego! Todo
el país descansando y yo aquí, achicharrándome.
No
hay nada como empezar el día con un buen desayuno. Alimentos sanos, masticar
mucho y hacerlo con calma es importante para afrontar la jornada. Lo
recomiendan los médicos.
-
Presi ¿acabaste? Son las doce. Venga ¡ánimo!
al tajo.
- Vale, Moraguitas. Pero no me apures.
¿Hoy dónde vamos a tomar una cañita?
Se
levanta con cara de resignación. Da un paso y sus brazos adquieren brío. Su
caminar nos indica que es un hombre activo, de carácter. Por eso es el
Presidente.
Las inquietudes de un indolente by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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