Publicado en La Nueva España el 5 de octubre de 2016
Envejecimiento
y despoblación son algunos de los graves problemas a los que se enfrenta
Asturias. Si nos referimos al suroccidente asturiano podemos hablar de un mal
endémico.
Permítanme
solo tres datos: en el año 2001 en la comarca suroccidental vivíamos 35.748
personas; en 2015, 27.960. Retrocediendo
a 1981 nos encontramos con que el número de habitantes era de 48.729 (Fuente:
SADEI).
La
pérdida de población no es algo nuevo ni desconocido, aunque quién lo diría. Llevamos varios meses
oyendo hablar de un ambicioso “plan especial” que incluirá a los concejos de
Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo.
Tal
y como se explica parece que va a ser nuestra salvación, o casi. Vamos, la
panacea que colmará todas nuestras aspiraciones ciudadanas.
Veamos,
a tenor de lo conocido hasta ahora, en qué consiste ese Plan Especial de
Desarrollo Socioeconómico del Suroccidente.
Nos
dicen que se van a invertir unos 150 millones de euros. Bien, parece una
cantidad respetable. ¿En cuánto tiempo? Hasta el 2025. Esperan aprobarlo en
este año y por lo tanto empezará a ejecutarse en 2017, será una inversión a
nueve años. Una simple división nos dice que saldríamos algo más de ... Oigan,
a repartir entre los cinco concejos. Si tienen la amabilidad dividan esas
cantidades y verán el resultado. ¿Esa es la salvación del suroccidente?
Y
todo esto ante “la necesidad de invertir tendencias a un plazo más largo, que
no esté sujeto a la duración de programas de legislatura”.
Miren,
nos dicen que han estado trabajando dos años en este plan especial. Esfuerzo
notable para un fin importante.
Entre
las innovadoras iniciativas podemos destacar que van a intentar que se mejoren
las comunicaciones telefónicas y el acceso a internet. Otras propuesta van
encaminadas a la de creación de más suelo industrial, redes de saneamiento,
arreglos en escuelas rurales o en centros sanitarios e incluso, fíjense bien, al
hospital comarcal. Por si esto fuera poco en Cangas del Narcea construirán un
centro de salud.
¿De
qué plan especial me hablan? ¿Lo que debieran ser obras y mantenimientos
ordinarios lo convierten en especiales?
Aún
hay más.
El
transporte para los alumnos de Ibias y Degaña, que cursen el bachiller en
Cangas del Narcea, será gratis. Como lo oyen, gratis.
¿También
esto entra dentro del plan especial?
Otra,
esta una vieja reivindicación, el centro de interpretación del Parque Natural
de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, ubicado en Cerredo, empezará a
funcionar. Según dicen la cosa viene de varios años atrás.
Yo
creía que lo especial era que no funcionase. ¡En fin! Cosas que pasan.
Esperen,
si ya están emocionados, vean, vean.
Van
a implantar el nivel C1 de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas de Cangas
del Narcea y en el instituto de esa villa un ciclo formativo de atención a
personas en situación de dependencia.
¡La
emoción me embarga!
Viviendas,
van a construir viviendas públicas; incentivarán a los profesionales sanitarios
y de educación para cubrir puestos en la zona.
¡Esto
es el acabose!
Aunque…un
momento, un momento. ¿No nos habían dicho que con la fusión de las áreas
sanitarias el hospital comarcal Carmen y Severo Ochoa tendría cubiertas las
necesidades de personal facultativo?
Vaya,
pues parece que la cosa no era así. Si es que antes se pilla a un cojo…
Pueden
prometer y prometen.
La
traca final. Van a destinar trece millones de euros - han leído bien, trece - a
la mejora del corredor del Narcea.
Más,
hay más.
Su
prioridad, en esto de las infraestructuras, se centra en la continuidad del eje
viario Ponferrada-La Espina. ¡Cómo suena dicho así!
Saco
el pañuelo y limpio mis lágrimas. No me puedo contener. Soy un sentimental y me
acuerdo de la autovía Oviedo-La Espina.
Dos
años les costó llegar a esto. Eso sí, también hablan de promocionar proyectos
I+D+i en la viticultura, turismo de calidad, industrias limpias o el impulso a
la economía y la capacitación, etcétera. ¡Y dos huevos duros!
¿Plan
Especial? Me descoyunto.
Con
todo lo visto y escuchado llego a la conclusión – menudo lumbrera hay que ser –
que este plan especial se queda en agrupar actuaciones ordinarias. Nada nuevo y escasamente dotado. Repito, es
una inversión que finaliza en el 2025. Al ritmo que llevamos en ese año no creo
que lleguemos a los 20.000 sobrevivientes.
No
debemos quejarnos. Los ganaderos cada día son menos; los mineros están en
extinción; la térmica de Soto de la Barca igual no tiene luz para mucho tiempo;
las administraciones no contratan; las empresas privadas sobreviven con enormes
esfuerzos. ¿De qué nos quejamos?
Ya
que nuestros equipamientos y servicios públicos son escasos ¿qué les parece si
nos bajan el IRPF? No se preocupen, es una broma. De verdad, es broma,
respiren, respiren.
Ustedes
tranquilos. Les ha costado, dos años, pero lo han conseguido. Este Plan
Especial para el Suroccidente será nuestra salvación.
Me
miro al espejo y no me cabe duda: tengo cara de gilipollas.
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