Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (14/02/2012)
No hay Presidente de España que
se precie que no haya aprobado su
reforma laboral. Lo hizo Felipe González, José María Aznar, José Luís Rodríguez Zapatero y claro, ahora
Mariano Rajoy, no iba a ser menos. Lo que pasa es que a este último le queda el resquemor de que aún no se le ha
convocado una huelga general, aunque él ya la anunciara a finales de enero en
Bruselas. Anda que no está enfadado ni nada. Tranquilo Presidente, qué todo se
andará.
La nueva Reforma Laboral no ha
gustado a casi nadie. Juan Rosell, presidente de la patronal CEOE, ha dicho que
le habría gustado más y que “falta flexibilidad”. A los sindicatos no les ha
gustado ni mucho, ni poco, ni nada. A la oposición política pues tampoco les ha
hecho mucha gracia. Bueno, a CIU sí que le ha gustado bastante. Eso dicho por
Durán i Lleida que la ve positiva.
Curiosamente lo pregona este buen hombre que se aloja en el Palace de Madrid.
Por cierto ¿da para tanto el sueldo de Diputado? También nos consuela este
magnífico diputado cuando nos explica que la reforma es buena ya que en la
cuestión del absentismo laboral se da peso
a las Mutuas.
Sigamos. El Partido Popular está
encantado. El Presidente Rajoy ha demostrado saber coger el toro por los
cuernos y hacer lo que este país necesita. En estos momentos es cuando los
trabajadores nos levantamos y sacamos chispas de las manos de tanto aplaudir.
Las anteriores reformas no
sirvieron para mejorar ni el número de empleos ni, por supuesto, las
condiciones laborales de los trabajadores. Todos tenemos buena memoria y lo
sabemos, lo hemos vivido.
Todas las reformas ofrecían
incremento de puestos de trabajo para los más jóvenes y así estamos: un 40 por
ciento de la generación mejor preparada está en el paro o con salarios que no llegan
a los mil euros.
Nos han asegurado que con esta
reforma nos equiparamos al resto de Europa, incluida Alemania y eso me parece
magnífico. Pero… pero… oigan ¿y los sueldos? Mi gozo en un pozo.
Esta reforma laboral va a ser tan
buena, y ya lo dijo el Presidente Rajoy, que espera que en este año el paro
siga aumentando. Eso sí, nos pide tranquilidad que ya veremos los frutos más
adelante. Los cinco millones trescientos mil parados están encantados con las perspectivas
que se les abren.
La secretaria del Partido Popular
lo ha dejado claro: “Muchos dirán, bueno es que si me despiden tengo derecho a
menos días. Eso es verdad. En contra, se favorece que pueda haber mucha más
gente trabajando” Tras oírle decir esto a la señora Cospedal todos nos hemos sosegado y comprendido que
nuestros temores eran ciertos: se trata de crear empleo aunque sea en precario
y pagando salarios casi tercermundistas. Recuerdo a quien se pueda escandalizar
que este país tiene uno de los salarios mínimos más bajos de nuestro entorno.
Quienes defienden esta reforma
argumentan que la rigidez del mercado laboral impide la contratación y yo
vuelvo a repetirles que todas las reformas realizadas han supuesto siempre recortes
en derechos y en dinero y no han servido para nada. Mejor dicho, han sido la
clave para mejorar los beneficios empresariales. Eso sí, olvídense de que
inviertan en desarrollo e innovación. Eso lo dejan para los demás.
Alguna vez quisiera ver una
reforma que sacase a la luz el dinero negro. Dicen que hay más de treinta y cuatro
mil millones de euros navegando en la economía sumergida. Quisiera que los
impuestos fueran, de verdad, sobre las rentas de capital y no sobre impuestos
indirectos que nos gravan a todos por igual. Me gustaría ver una reforma que
dijese a los empresarios que no es de recibo tener beneficios del veintitantos
o treinta por ciento y que al mismo tiempo se les admitan EREs. Estaría
encantado con aquella reforma que les explicase a esas empresas que van a
fabricar a China, por ejemplo, que con ello están fomentando la explotación de
los trabajadores de aquel país al tiempo que abocan al desempleo a muchos
trabajadores españoles. Me gustaría…
No se preocupen, esta reforma laboral
tampoco servirá para nada. Aunque pensándolo un poco, sí que sirve: para sangrarnos
aún más.
Una reforma laboral sangrante por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
No hay comentarios:
Publicar un comentario