No es por ninguna característica
especial pero llama la atención. Su media melena, rubia, bien cuidada por manos
expertas es una de sus señas de identidad. La apariencia que nos trasmiten los
medios de comunicación es el de una mujer menuda y fibrosa. Esa es la primera
impresión que nos trasmite Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de
Madrid.
Como complemento a esa imagen
destaca la variedad de su vestimenta, siempre elegante, y que ahora parece más joven. Me imagino que
son las cosas que dan el poder y el dinero, sobre todo este último.
La carrera política de Esperanza
Aguirre y Gil de Biedma es conocida: concejala en Madrid, Ministra de Educación
y Cultura, Presidenta del Senado y en la actualidad Presidenta de la Comunidad
de Madrid. En lo personal la cosa sería más irrelevante a no ser por las
relaciones que se han establecido entre sus familiares y su actividad política.
Doña Esperanza está casada con el
conde de Murillo, Fernando Ramírez de Haro, por lo tanto es condensa consorte.
Su esposo, hombre acaudalado –al igual que su familia- ha realizado magníficos
negocios en los últimos años. Sirva como ejemplo la recalificación de los
terrenos por los que atraviesa el AVE en Guadalajara, concretamente en la zona de
Yebes, propiedad de la familia del conde de Murillo. Por cierto, en esta zona
se encuentra ubicada la Ciudad Valdeluz, urbanización construida por esa parentela
condal.
La señora presidenta madrileña es abogada y Técnica de Información
y Turismo del Estado y esto la avala como persona con ciertas capacidades,
tanto intelectuales como - y eso lo supongo yo- de saber estar. Yo no me atrevería a decir como dijo Aurora Díaz,
esposa del expresidente cántabro Miguel Ángel Revilla “y me parece a mí un poco
faltona cuando habla” Yo es que no tengo tanto conocimiento personal, pero si
lo dice ella sabrá.
Los chascarrillos a costa de doña
Esperanza son muchos. ¿Merecidos? Pues ustedes dirán. Todos la hemos visto y
oído en las televisiones. Lo cierto es que tuvo su gracia cuando dijo aquello
de “es una mala noticia para la Comunidad de Madrid que la sede de una empresa
eléctrica que es multinacional y que es una de la grandes empresas españolas
multinacionales se traslade fuera del territorio nacional” Dicho así no parece
mal, pero si les recuerdo que la señora Aguirre estaba opinando sobre el
traslado de Endesa de Madrid a Barcelona ¿cambia la cosa? Nada un pequeño
lapsus.
En ocasiones resulta un poco
provocadora: “los sindicalistas son antipatriotas por querer convertir España
en Grecia” A veces, pero motivada por la emoción del momento, suelta algún
exabrupto: “Hemos tenido la suerte de poder darle un puesto a IU y quitárselo
al hijoputa”. Nada, un calentón dialéctico, aunque en una señora de tanto
tronío, amén de condesa, como que no queda muy bien. Vamos, que nos parece un
poco chusco.
La señora presidenta nos deleito
a lo largo del tiempo con sus conocimientos enciclopédicos. No voy a recordar
aquello de Sara Mago, ya lo hacen otros de vez en cuando. Su círculo de intelectuales
comprende a gentes como “el señor Jiménez Losantos es amigo mío y además le
admiro por su cultura, su sentido del humor y porque es un gran periodista” Con
otros eruditos le unen otras cosas: “No he tenido nada que ver con el
nombramiento de Sánchez Dragó. Si lo tuve con el de Germán Yanke, que lo fue a
sugerencia mía. A Sánchez Dragó le conozco porque es vecino mío; vive en mi
misma calle”
En ocasiones nos ha conmovido,
sobre todo cuando nos recordó que “no tener pagas extra me tiene mártir, las he
tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga
números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!”
Haciendo un repaso por YouTube de
sus intervenciones en el parlamento madrileño nos llama la atención su mesura,
su ponderación y saber estar a la hora de insultar a la oposición. Se nota que
es una señora bien. Sus formas y maneras son difíciles de ver en ningún sitio,
es una facultad que ella se ha reservado.
De doña Esperanza Aguirre y Gil
de Biedma, condesa consorte de Murillo, nos encanta su determinación. No nos
olvidamos como salió a la calle a pedir firmas en contra de la subida del IVA
por parte del Gobierno de Zapatero, dentro de poco la volveremos a ver en esa
misma tesitura, pero ahora contra la decisión del Gobierno de Rajoy.
Eso es una mujer. No nació noble de cuna, pero
el tiempo la va cubriendo de esa pátina que marca a las personas
sobresalientes. Todo un ejemplo.
La nobleza de doña Esperanza por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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