Publicado en La Nueva España el 19 de agosto de 2015
¿Quién no ha tenido algún deseo?
¿Cuántos se han cumplido? Pues yo sé de una persona que ha logrado uno muy
importante para él. Se trata del joyero Lucas Santiago.
Hace unos años tenía la
aspiración de tener su propio workshow –
así, en inglés, y no lo hace por pedantería -. Lucas Santiago quería crear un
“espacio interactivo entre el creador, la obra y el espectador”.
Tras dos años trabajando sobre el
espacio el resultado final es mucho más que un taller de joyería, es más que
una sala de exposiciones e incluso es más que un lugar donde vivir. Es todo eso
y más. Es el lugar donde Lucas Santiago idea sus joyas, las medita, las realiza
y, desde ahora, donde puede compartir su universo con otros artistas joyeros y
amigos.
El ambiente es cálido, acogedor,
nada sobrecargado. Tiene todo lo necesario, ni más ni menos. Es una isla donde
el artista reflexiona, es su refugio.
Tras estos dos años de sequía
expositiva, regresa con más ilusión. Se le nota satisfecho.
Ahora nos muestra, en su
worskshow, catorce piezas – colgantes - que reúne bajo el título de Exposición de Objetos Portables
“Recolectores/Collectors” que puede visitarse hasta el 20 de septiembre en
Tineo.
Las obras de Lucas Santiago te
pueden gustar a golpe de vista y lo que es seguro: nunca quedarás impasible cuando
él te las narra. Y es que este joyero tinetense tiene una historia que contar
en cada exposición. Y no una historia cualquiera.
Recolectores/Collectors puede resumirse, de forma simplona, en la
evolución desde los recolectores a los coleccionistas, pero me quedaría corto.
Muy corto.
Desde unas piezas sencillas,
esquemáticas, que ha denominado Maniegos – y que no son otra cosa que unas
herramientas – va adentrándose en el proceso evolutivo del ser humano. Cada
pieza contiene en sí un avance en el desarrollo humano y su tecnología, pero
sin abandonar la simbología de cada uno de esos elementos.
Poco a poco, al igual que la
evolución tecnológica, Lucas Santiago avanza en la sofisticación de cada una de
las joyas. La alegoría va adquiriendo más importancia hasta llegar a los recolectores de fé, dónde la religión
tiene su espacio, al igual que lo tiene en el mundo de las ideas. Todo este
devenir se cierra con un colgante que titula
h2o, como sí Lucas Santiago hubiese llegado a la conclusión de que al fin y
al cabo la vida es un eterno círculo.
Lucas define lo que él hace como
joyería rural contemporánea y lo es. Los materiales de sus joyas son los que el
mismo busca y encuentra en los montes, en el mar, en la tierra. Los metales
preciosos están presentes pero nunca son lo más importante: “el valor económico
no te puede penalizar el conceptual, el sentimental”. Y no es una frase vacía.
Lo demuestra, una vez más, con los materiales que utiliza en esta exposición:
tejo, hueso, hilo, concha natural, ébano, plata oxidada…
Quienes adquieren una obra de
Lucas Santiago lo hacen por su estética, sin duda, pero no se trata solo de un
objeto bonito. Son joyas con una historia cargada de ideas, de sentimientos que
las hábiles manos de su creador les han dado forma.
Las obras de Lucas son joyas pero podrían ser
esculturas, hermosas esculturas convertidas en joyas.
El deseo cumplido del artista joyero Lucas Santiago by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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