Se
ha instaurado la creencia de que la celebración de muchas actividades, llámense
ferias, fiestas, conciertos o cómo quieran denominarlos es signo de vitalidad
social y, sobre todo, económica. Pues no les digo yo que no. Tal vez lo sean.
Eso sí, para darle más empaque se les denomina eventos. Palabra manida por los
políticos para resaltar los gastos que realizan e intentar justificar, en
muchos casos, su despilfarro.
Los
eventos son importantes, sin duda, pero aún lo es más el tejido productivo y
empresarial de una comarca o un país. Los primeros tienen trascendencia para
los hosteleros y comerciantes, lo empresarial para toda la sociedad.
En
el momento que algo funciona todos quieren copiarlo. Para muestra un botón: el
Guggenheim de Bilbao. Muchas ciudades, y pueblos, han acometido obras
faraónicas a imagen y semejanza del museo bilbaíno. No se valoró nada. No se
estudiaron las semejanzas y sobre todo las enormes diferencias. Sin ir más
lejos en Asturias tenemos el Centro Niemeyer.
Asturias
está plagada de algo que denominan museos y que en muchas ocasiones son meros
almacenes de cosas. Centros de interpretación ni se sabe cuántos hay. La lista
es amplia y conocida. Muchos languidecen o están muertos, otros ni se
inauguraron.
Certámenes
agrícolas, ganaderos, alimentarios, esos
llamados mercados medievales y yo qué sé, proliferan por doquier.
Los
alcaldes se han creído que tenían que ofrecer cada dos por tres algo nuevo y en
ello se han afanado. Se les ha ido tanto la mano que incluso han recurrido a
los santos con tal de intentar atraer gente a sus pueblos y ciudades. Me
refiero a la proliferación de procesiones religiosas, no por fervor sino por
dinero. Excepto en aquellos casos en que a los munícipes les encanta ir
escoltados por la autoridad, militar desde luego, y abrigarse bajo palio.
Seguimos
pensando que somos grandes. No importa que tengamos más de un billón de euros de
deuda, lo que supone uno de los mayores pufos del mundo. Estamos encantados con
tener la segunda red más larga de trenes de alta velocidad, tras China. Eso sí,
somos de los que menos la usamos.
España
también está entre los países que más kilómetros tiene de autopistas tras China
y Estados Unidos.
Si
hablamos de fiestas entonces somos la caraba.
No
hay dinero para mantener lo que tenemos y, sin embargo, los padres de la patria
se empeñan en seguir deslumbrándonos con sus ocurrencias. Todas caras, muy
caras.
Ellos,
los que se han erigido en pater patriae,
no controlan sus apetitos numerarios, ni sus privilegios – que según Arcadi
Espada bien merecidos los tienen -. No contrastan la oportunidad, necesidad y
viabilidad de sus gracias. Juegan con pólvora ajena. La nuestra.
Al
parecer se avecinan otras elecciones ¡ya nos podemos preparar!
Hemos
oído y leído que la deuda pública sigue creciendo. Nadie tiene la culpa. Empleo
no se crea. El apoyo a los más necesitados se cubre con la solidaridad de los
ciudadanos. No hay inversiones. Lo público se deteriora a marchas forzadas y estas
gentes ya se están devanando los sesos con más ocurrencias.
¡Estoy
encantado!
Por
favor, basta ya. Estoy agotado de tanta inventiva simplona mientras nuestros
científicos se van a otros países. No soporto nuevos trazados de carreteras
mientras las existentes no tienen firme, ni líneas de señalización y los
arreglos tardan años. Me resultan insufribles los desahucios mientras escucho
en las noticias como aparecen nuevos defraudadores fiscales: expresidentes,
ministros, queridas de no sé quien…
De
nuevo tendré que escuchar las promesas de los viejos salvadores de la patria y
de los que aspiran a serlo. Oiré como tras cada nueva promesa de más gasto
público vierten un montón de culpas al adversario.
Estoy
cansado. Me han hartado. Y, sin embargo, no tengo razón. Los resultados
electorales se encargarán de demostrármelo una vez más.
Anímense,
más, más, más. Más de una vez escuché aquello de alguien lo pagará. Y los muy gilipollas se quedaban encantados.
Fiestas, saraos y otros eventos by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario