Publicado en La Nueva España el 20 de abril de 2016
Para todos aquellos niños que se
encontraron con un libro y que cada día es 23 de abril.
Érase
una vez un libro extraviado en un armario. Allá, en el fondo, muy al fondo,
fueron colocando montones de ropa sobre él. Nadie se acordaba de su presencia.
Papá y mamá no sabían de su existencia, Hugo… lo olvidó. Nadie lo echaba de
menos. ¿A quién le podía importar un libro?
El
tiempo fue pasando. La habitación de Hugo se fue llenando de juguetes. Los
abuelos, cada vez que venían a casa, le traían un regalo. Los tíos también.
Primero se lleno un estante, luego otro y otro y otro.
Hugo
jugaba con todos ellos. Un momento, dos momentos, y los dejaba otra vez en su
sitio. Le cansaban.
Llegaba
su cumpleaños y más juguetes. Al acabar el cole, más. En Navidad más aún. En
Reyes la casa se llenaba de paquetes llenos de regalos para Hugo.
Dos
minutos, cinco minutos y los dejaba en un rincón. Se aburría. Sus padres le
observaban preocupados. Los abuelos y tíos querían jugar con él. Tres, cuatro
minutos y se iba a ver la televisión.
Hugo
¿quieres jugar con esto? Hugo ¿quieres jugar con lo otro?
En
la habitación no había un solo hueco. Toda la estantería estaba hasta arriba de
juguetes. Los cajones también. Debajo de la cama no entraba ni un monstruo. ¡Ah!
en el trastero no cabía ni uno más.
Hugo
¿con qué jugamos? Y él siempre respondía lo mismo: con lo que quieras. Uno, dos
minutos y se iba a jugar con la play.
Las
cosas empezaron a cambiar para Hugo cuando llegó a la escuela una nueva
maestra. Le gustaba mucho contar cuentos y lo hacía muy bien. Hugo se quedó
enganchado. La esperaba con muchas ganas. Siempre quería más.
Un
día Hugo se puso a buscar por el armario. No encontraba su camiseta preferida.
Buscó y rebuscó. De pronto tocó algo duro. No sabía lo que era. Lo volvió a
tocar y… era un libro. Lo sacó, lo miró. Sonrió. Acababa de encontrar a un
viejo amigo.
Saltó
por encima de un juguete, de muchos juguetes. Se tumbó en la cama y empezó a
leer. Abrió la boca. Se rió. No podía levantar la vista. Una tras otra fue
pasando las páginas. Cuando se dio cuenta ya no podía seguir. Era de noche.
- Hugo,
la cena.
- Ya
voy mamá.
Y
siguió leyendo.
- ¡Hugo!
- ¡Voy!
Y
siguió.
- ¡Hugo!
hijo, la cena se enfría.
- Voyyyyy.
Puso
un papelito entre las páginas para acordarse por donde iba y bajó a cenar.
- Ya
estoy aquí.
- ¿Qué
hacías?
- Nada.
- ¿Tanto
tiempo hacías nada?
- Sí.
Estaba jugando en la cama.
Los
papás sonrieron.
Engulló
la comida.
- Buenas
noches papis.
- Buenas
noches. Un beso.
Corrió
hacia su habitación. Cogió el libro y…
- Hugo,
es la hora de apagar la luz.
- Ya
voy.
Siguió.
- Hugo,
por favor, apaga la luz que es muy tarde.
- Voyyyy.
Esperó
a que cerraran la puerta de su habitación y volvió a encender la luz.
Leyó,
leyó.
Se
le había puesto un nudo en el estómago. Cada vez leía más rápido. Quería llegar
al final. Cuando le quedaba una hoja se paró. No quería que se acabara. Le daba
pena terminar. Suspiró. Leyó la última página. Cerró el libro. Se abrazó a él y
se durmió.
Hugo
volvió a leer el libro muchas veces. Siempre a escondidas.
Un
día les pidió a sus papás que lo llevasen a la biblioteca.
Hugo
llevaba bajo el abrigo algo que apretaba mucho.
- ¿Qué
llevas ahí?
- Nada.
- ¿De
verdad?
- Sí.
Cuando
entraron en la biblioteca Hugo sonrío. Allí tendría muchos compañeros.
Se
acercaron al mostrador. La bibliotecaria le preguntó que quería y entonces Hugo
sacó el libro. Estaba muy manoseado. Sus padres lo miraron sorprendidos.
- Yo
quería entregar este libro. A mí me gustó mucho y quiero que otros niños lo
puedan leer y lo pasen tan bien como yo.
La
bibliotecaria y los papás de Hugo se quedaron en silencio.
- Muy
bien, le dijo la bibliotecaria. Te lo agradezco mucho. Estoy segura que va a
ser así.
Después
de despedirse, la bibliotecaria cogió el libro y lo puso en el lugar más
visible de la biblioteca. Le colocó un cartel que decía: Un acto de amor.
Y
desde ese día, cada vez que alguien le pregunta por su significado, ella le
cuenta la historia de Hugo.
Un acto de amor by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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