8 nov 2016

Cosas que no creeríamos

Hemos visto cosas que no creeríamos: un partido con un montón de exafiliados acusados por corrupción ganando elecciones, un partido histórico rompiéndose, otros partidos que se dicen nuevos y ya son viejos. Todos estos momentos se perderán en el tiempo; como lágrimas en la lluvia…es hora de reflexionar.

¡Quién nos iba a decir que íbamos a llegar hasta aquí!

Estertores del franquismo; Transición; Pactos de la Moncloa; dimisión de Suárez; 23-F; gobierno del PSOE; entrada en la OTAN y UE; recambio del PP; ETA, siempre ETA; casos de corrupción; trío de las Azores… Así y todo, teníamos la sensación de seguir hacia adelante.

Con el euro nos creímos tan ricos como los alemanes, franceses o británicos. Llegó la crisis de 2008 y de ahí en adelante todo ha ido de mal en peor.

Las bases económicas sobre las que se asentaba el país no eran tan firmes como nos decían. No nos cuadraba el tema inmobiliario. Los que sabían callaron. La liberalización del suelo, en época de Aznar, contribuyó de forma contundente al desaguisado.

Luego vendrían los silencios de Zapatero, la modificación del artículo 135 de la Constitución, la reforma laboral, la burbuja inmobiliaria que explota, los pufos bancarios y todo lo que sabemos.

Surgió el 15-M. Un rayo de esperanza que se quedó en un destello.

Y como éramos pocos, llegó Rajoy. Más recortes, rescate de la banca y la corrupción que desborda las alfombras.

En cualquier otro estado de la Unión Europea ningún gobierno, ningún presidente, hubiera podido resistir. En España no es que resistan, es que además ganan las elecciones. Es indudable que la idea de democracia en España pasa por los intestinos y no por la cabeza.

La oposición ¿a qué se dedicó?

Los nacionalistas montaron sus bolos con más ahínco. En el caso de Cataluña el ansia independentista se incrementó en función de las causas judiciales contra Convergencia. Los vascos con el concierto económico van servidos. Las Mareas provocaron mareos. Una biodramina en forma de urna y se acabó.

Ciudadanos, sin duda marca blanca de la derecha, arrancó con fuerza pero perdieron. El PP es mucho PP y saben cómo aglutinar el amplio abanico de la derecha, desde la extrema derecha hasta el centro derecha. Aunque Ciudadanos fagocitó a UPyD se quedaron cortos. El paso del tiempo parece que no les augura un futuro muy boyante.

Lo de Podemos, de momento, se quedó en el sueño de una noche de verano. Creían que se iban a comer la tostada nada más llegar - van por el camino de merendarse a IU-. Pues no. Una cosa es la teoría y otra la realidad social.

No hay que engañarse, muchos de ellos no son novatos en las lides políticas, ni mucho menos. Tienen una larga trayectoria en pequeños partidos pero nunca habían conseguido llegar a los parlamentos o ayuntamientos. El 15-M les agrupó y sirvió de lanzadera. Sus ansias por llegar al poder les hizo cometer errores. No han tenido templanza.

Tuvieron unos magníficos resultados en las elecciones de diciembre pasado y no lo asimilaron. Aspiraban a más. La desilusión les pudo. Tampoco pudieron sobrepasar al PSOE y eso les dejó tocados. Luego llegó lo que llegó. Pablo Iglesias quiso imponerse e imponer a los socialistas sus “ministros”. El error fue descomunal. Vistan como lo vistan. Se cegaron y no supieron interpretar el momento político.

Los casos de corrupción en el PP colapsaron los juzgados. Siguen en ello. Muchos de los afectados fueron ministros o cargos de máxima relevancia. Hombres y mujeres que trabajaron con Rajoy codo con codo.
En junio pasado el PP, con Mariano Rajoy al frente, vuelve a ganar las elecciones generales con más ventaja que en diciembre.

Pinten como lo pinten, esto solo pasa en España.

¿Y mientras el PSOE a qué se dedicó? A preparar su inmolación.

Lo del PSOE no es cosa de los últimos tiempos. La llegada de Zapatero supuso una mayor desviación hacia la derecha y la brecha entre los socialistas y los ciudadanos cada día se hizo más profunda.

Habrá quienes quieran recordar los avances sociales de esa etapa, ciertos, pero con sombras. No se olviden, por ejemplo, de que la Ley de Dependencia se hizo a espaldas de las comunidades autónomas. Los problemas de financiación surgieron desde el primer momento. Podríamos hablar también de detalles como el despropósito del cheque-bebé, la deducción de los 400 euros del IRPF o el Plan E, aquel parche con el que se pretendía reactivar la economía. ¿Hablamos de la reforma laboral de Zapatero y la modificación de la Constitución? ¿De la resistencia a reconocer existencia de la crisis?

No podemos olvidar que el PSOE se convirtió, hace mucho tiempo, en un partido de cuadros en el que la endogamia le impide cualquier atisbo de cambio, empezando por los cargos públicos, muchos de los cuales son profesionales de la política.

Zapatero se fue. Rubalcaba no consiguió frenar la sangría de diputados. Los socialistas siguieron con la venda en los ojos. Y hubo primarias. Y eligieron a Pedro Sánchez.

Sánchez llegó por casualidad. Liberal. No tuvo inconveniente en apoyar a Zapatero en la modificación del 135 de la Constitución. Al poco tiempo de acceder al cargo de secretario general del PSOE quedó clara su inconsistencia ideológica. Los bandazos se convirtieron en su norma de conducta.

Elección tras elección el PSOE sigue perdiendo respaldo. No es no, le dijeron. Él, Sánchez, y todos repitieron: No es no. En eso llegó Felipe González y mandó parar. Pedro Sánchez envistió el trapo y nadie tenía un mejor proyecto que el suyo, que era el de todos, lo largaron. A las bravas. El 1 de octubre,  dos años y tres meses después de que fuera elegido por los militantes, Sánchez dimite. El comité federal socialista de ese día fue bochornoso, vergonzoso, lamentable e impresentable.

Los males del PSOE no se han acabado. Tampoco se terminarán con ese congreso que celebrarán en unos meses. Y no será Susana Díaz la nueva secretaria, mucho menos Javier Fernández. Buscarán primero entre los diputados y luego dónde sea. Es igual. Los ciudadanos hemos comprobado que el PSOE está en manos de dirigentes de otros tiempos. Socialistas que cumplieron un papel en su momento y que ahora defienden otros intereses.

Ahora hablan de refundar o términos similares. ¿Refundar? Lo que les ha pasado es que se derechizaron para ocupar un hipotético centro al tiempo que los ciudadanos se le iban por la esquinita.

Llegará otro secretario, la militancia le aplaudirá y vitoreará. Volverán a perder más diputados.

El PSOE se dejó atrapar por la indolencia de Rajoy hasta tener que abstenerse y dar paso a un presidente responsable, digamos que por omisión, de la mayor corrupción habida en este país.

Empieza otra legislatura que seguro nos deparará cosas aún más increíbles.

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo; como lágrimas en la lluvia…, es hora de morir.”

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