“Lo que caracteriza y hace atractivo al ensayo es el carácter subjetivo
del discurso, que el centro de atención y el lugar de donde fluye el
pensamiento que se expresa en el ensayo sea el yo”.
Está claro ¿verdad?
“Lo que hace del ensayo una manera atractiva y cercana de hacer
filosofía es que el autor, al hablar de lo que quiere hablar, se retrata a sí
mismo”.
Para que no queden dudas.
Y para que nadie malinterprete lo
dicho:
“Pero incitar a pensar no equivale a persuadir sobre una tesis que uno
espera ver compartida. Al contrario, al moverse en el terreno de la opinión y
dejar claro que es así, lo único que esperamos es que se remuevan las
conciencias rígidas y los pensamientos esclerotizados”.
Más transparente imposible.
Pues estas cosas las dice
Victoria Camps en el Elogio de la duda.
Estas y muchas más, todas muy interesantes.
¿Un libro de filosofía? ¡Un libro
de filosofía! Por favor, un libro de filosofía noooooo. Pues sí. Un libro
asequible, un libro para pensar.
Ya, lo estoy arreglando. Sí, me
hizo pensar. Me hizo dudar, aún más.
Me gustó.
Da igual que aparezcan filósofos
como Platón, Spinoza, Hume, Nietzsche o Wittgenstein, y lo que cada uno sepamos
de estas gentes y sus pensamientos, la exposición de Victoria Camps es
sencilla, lo cual no quiere decir que no sea rigurosa, que lo es.
La autora se moja. Habla con
conocimiento, con mucho conocimiento, pero no esconde sus opiniones:
“…lo que más nos divide es la falta de competencia y de buen hacer de
los gobernantes que crean capillas y facciones partiditas, que impiden, en
lugar de propiciar, la construcción de lo que ha de ser el bien común, que se
embrollan en debates absurdos sobre cuestiones que tienen poco que ver con las
necesidades de las personas”.
Hay cuestiones que separan a los
ciudadanos de forma casi irreconciliable, Camps lo tiene claro:
“Lejos de forzarnos a dudar muchas cosas, la religión o la política
constituyen un impedimento para la discusión razonable y civilizada”.
Nadie negará que no piensa
¡faltaría más! y por esa misma razón todos nos creemos en posesión de verdades
absolutas. Craso error según Victoria Camps:
“Pensar es una idea clara del ser racional, en efecto, pero del pensar
no se deduce solo la existencia, sino la complejidad del pensante, que incluye
la duda”.
Hale, nuestras seguridades a la
basura.
Sin entrar en grandes
disquisiciones pone de manifiesto sus pensamientos sobre cuestiones de rabiosa
actualidad – menuda gilipollez esta
expresión -:
“Las posiciones extremas bordean el fanatismo, fruto del anhelo de
agarrarse a creencias fuertes y sólidas. Se las llama
porque, entre otras cosas, ejercen un magnetismo fácil en la gente que tiene
poco que perder y está predispuesta a reconocer enemigos que la subyugan y son
los causantes de la situación miserable en que se encuentran”.
Más sentido común imposible.
Claro, directo, pensado.
El lenguaje de la profesora Camps
es tan directo –repito–, sus ideas están
expuestas con tanta claridad que resulta difícil rebatirlas. Yo, desde luego,
no. Por dos razones: no tengo suficientes argumentos, ni conocimientos para
ello y, en segundo lugar, porque estoy de acuerdo con ella.
Es un libro en el que se pueden
subrayar un montón de frases, de pensamientos. Muchas de ellas atañen a nuestra
realidad, la que vivimos-sufrimos:
“Si la libertad ha de tener limitaciones para el bien común, ¿qué
impide frenar el enriquecimiento indebido y poner coto a las tremendas
desigualdades salariales?
No conozco a Victoria Camps, pero
me da la impresión de que es una cachonda, y lo digo por irónica –joder, que
todo hay que aclararlo-, vean:
“La democracia es un régimen mediocre, pese a ser el mejor de los
regímenes posibles. Mediocre porque las decisiones se confían a las opiniones
de intelectos limitados, que están lejos de ser omniscientes”.
¿Tiene chunga o no?
Podría seguir. Son tantas las
reflexiones que me parecieron interesantes y que me gustaron pero ahí
está el libro. Recomiendo su lectura a quienes quieran pensar y dudar:
“La duda es el principio de la crítica, de la deliberación, del examen
de uno mismo”.
Disponible en bibliotecas
públicas, las que tengan dinero para comprarlo, y en librerías.
Para los que no tienen dudas Elogio de la duda by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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