Primero fue Si esto es una mujer y ahora La
forja de una rebelde, ambas novelas fruto de la colaboración entre Lorenzo
Silva y Noemí Trujillo. La verdad es que eso de escribir un libro a cuatro o
seis manos me parece complicado. Esta es la quinta novela que firman juntos.
Sin ánimo de cotillear, Trujillo
y Silva son pareja lo cual, según ellos, no genera más problemas que los
habituales.
Busqué y encontré explicaciones
de cómo es ese trabajo de escribir conjuntamente. Por un lado los autores
explicaron que Trujillo desarrolla el inicio, planteamiento de los personajes y
nudo; Silva se encarga del desenlace. En otra entrevista afirmaron que Trujillo
escribió los doce primeros capítulos y Silva los doce siguientes.
Bueno, sea cómo sea yo he visto
la mano de Lorenzo Silva, la de Noemí Trujillo, por mí desconocimiento, no fui
capaz de apreciarla. Aunque tal vez sea cosa de ella el perfil que está
adquiriendo la inspectora Manuela Mauri.
La inspectora ha dejado un poco
de lado la dureza que la caracterizaba en la primera entrega. Es una mujer
inteligente, lectora, para nada es una supermujer. Es más, en esta ocasión
tiene que hacer frente a problemas tan cotidianos como la relación con su
pareja sentimental o con su hijo mayor. Esa situación personal la afecta, pero
no le impide desarrollar su trabajo.
El nuevo caso al que se enfrenta
Manuela Mauri es el asesinato de una mujer y hombre, matrimonio. El asunto se
complica ya que se desarrolla en pleno confinamiento por la pandemia, que está
presente a lo largo de la novela. Además de las consecuencias sociales, los
autores pretenden realizar una aproximación a lo que supuso la terrible
situación que vivimos. Seguramente no es ajeno a esto que la madre de Noemí
Trujillo falleciese el día que se decretó el estado de alarma en España.
El dueto nos acerca a las
relaciones que se establecen entre padres e hijos, entre jóvenes y adultos y
cómo les afectó el confinamiento.
En esta ocasión, al igual que en Si esto es una mujer, el crimen está
basado en uno real, pero no lo recrea.
En el primer caso de Mauri los
autores hicieron un homenaje a Primo Levi y su libro Si esto es un hombre, en esta ocasión se lo hacen a Arturo Barea y La forja de un rebelde.
La pareja literaria espera
escribir al alimón un total de diez novelas con Manuela Mauri como
protagonista, una novela cada dos años, más o menos. Ellos mismos han declarado
que toman como ejemplo a la pareja sueca integrada por Maj Sjöwall y Per
Wahlöö, que escribieron diez novelas protagonizadas por el inspector Martin
Beck.
Por cierto, en la página 162 de La forja de una rebelde hacen publicidad
descarada de una cadena de supermercados. Les debió de parecer tan descarado
que luego mencionan otra más.
En las novelas de Silva este
suele hacer referencia a alguna de sus obras anteriores, sigue con la
costumbre. Autopromoción.
No sé cómo se habrán tomado los
picoletos está traición. Le ha ido bien con los beneméritos y ahora se pasa a
los azules. No sé, no sé.
Las obras policíacas de Lorenzo
Silva tocan aspectos sociales, siempre con un tono moderado, muy moderado.
Carecen del punto canalla y crudo de las novelas negras. Tienen un aire
conservador, apta para gente bien. Se leen de un tirón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario