8 feb 2022

La forja de un monstruo

 


 

 

  Primero fue Si esto es una mujer y ahora La forja de una rebelde, ambas novelas fruto de la colaboración entre Lorenzo Silva y Noemí Trujillo. La verdad es que eso de escribir un libro a cuatro o seis manos me parece complicado. Esta es la quinta novela que firman juntos.
  Sin ánimo de cotillear, Trujillo y Silva son pareja lo cual, según ellos, no genera más problemas que los habituales.
  Busqué y encontré explicaciones de cómo es ese trabajo de escribir conjuntamente. Por un lado los autores explicaron que Trujillo desarrolla el inicio, planteamiento de los personajes y nudo; Silva se encarga del desenlace. En otra entrevista afirmaron que Trujillo escribió los doce primeros capítulos y Silva los doce siguientes.
  Bueno, sea cómo sea yo he visto la mano de Lorenzo Silva, la de Noemí Trujillo, por mí desconocimiento, no fui capaz de apreciarla. Aunque tal vez sea cosa de ella el perfil que está adquiriendo la inspectora Manuela Mauri.
  La inspectora ha dejado un poco de lado la dureza que la caracterizaba en la primera entrega. Es una mujer inteligente, lectora, para nada es una supermujer. Es más, en esta ocasión tiene que hacer frente a problemas tan cotidianos como la relación con su pareja sentimental o con su hijo mayor. Esa situación personal la afecta, pero no le impide desarrollar su trabajo.
  El nuevo caso al que se enfrenta Manuela Mauri es el asesinato de una mujer y hombre, matrimonio. El asunto se complica ya que se desarrolla en pleno confinamiento por la pandemia, que está presente a lo largo de la novela. Además de las consecuencias sociales, los autores pretenden realizar una aproximación a lo que supuso la terrible situación que vivimos. Seguramente no es ajeno a esto que la madre de Noemí Trujillo falleciese el día que se decretó el estado de alarma en España.
  El dueto nos acerca a las relaciones que se establecen entre padres e hijos, entre jóvenes y adultos y cómo les afectó el confinamiento.
  En esta ocasión, al igual que en Si esto es una mujer, el crimen está basado en uno real, pero no lo recrea.
  En el primer caso de Mauri los autores hicieron un homenaje a Primo Levi y su libro Si esto es un hombre, en esta ocasión se lo hacen a Arturo Barea y La forja de un rebelde.
  La pareja literaria espera escribir al alimón un total de diez novelas con Manuela Mauri como protagonista, una novela cada dos años, más o menos. Ellos mismos han declarado que toman como ejemplo a la pareja sueca integrada por Maj Sjöwall y Per Wahlöö, que escribieron diez novelas protagonizadas por el inspector Martin Beck.
  Por cierto, en la página 162 de La forja de una rebelde hacen publicidad descarada de una cadena de supermercados. Les debió de parecer tan descarado que luego mencionan otra más.
  En las novelas de Silva este suele hacer referencia a alguna de sus obras anteriores, sigue con la costumbre. Autopromoción.
  No sé cómo se habrán tomado los picoletos está traición. Le ha ido bien con los beneméritos y ahora se pasa a los azules. No sé, no sé.
  Las obras policíacas de Lorenzo Silva tocan aspectos sociales, siempre con un tono moderado, muy moderado. Carecen del punto canalla y crudo de las novelas negras. Tienen un aire conservador, apta para gente bien. Se leen de un tirón.

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