Conocemos la volatilidad del humo, pues así
es el denominado Pacto por el Medio Rural en Asturias.
El 14 de octubre pasado el gobierno de
Asturias, a través de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria propuso
ese pacto para afrontar los retos del sector primario. Dicen que con él
pretenden hacer atractivo el medio rural para vivir y trabajar. El texto tiene
123 medidas distribuidas en cinco ejes con el fin de blindar el desarrollo de
la ganadería, la agricultura, el sector forestal y la pesca hasta el 2030. Eso
dicen.
Este pacto me recuerda a aquel Convenio de
Transición Justa de los municipios mineros del Suroccidente de Asturias. ¿Se
acuerdan? No sirvió para nada. Se trataba de poner en un papel todos los gastos
que iba a realizar el gobierno asturiano para que abultase más, pero
iniciativas de desarrollo y creación de empleo nada de nada.
Se habló de los fondos Next Generation
destinados a financiar el plan de Recuperación, Transformación y Resilencia del
Gobierno de España que contaba con 73,6 millones de euros para rehabilitar las
zonas degradadas por la minería del carbón. En el suroccidente asturiano fue
destinado para la recuperación de las minas a cielo abierto de Cerredo, Buseiro
y Tormaleo. La incidencia en el empleo es escasa, tanto por el tiempo de
trabajo como por el número de trabajadores.
Ya puestos a recordar ¿qué me dicen de la Ley
del Reto Demográfico? Nombraron a un Comisionado, Jaime Izquierdo, ¿en qué
gastó su tiempo? No se sabe. Imagino que acabará publicando un libro.
Vuelvo al Pacto por el Medio Rural.
Leídos los cinco ejes no tuve duda de que es
más de lo mismo. Lo mismo que ahí se dice lo vengo escuchando desde hace
treinta años. Tampoco es extraño. No hay que olvidar quienes están al frente de
la Consejería de Medio Rural. Marcelino Marcos, exalcalde de Tineo, diputado
autonómico, Presidente de la Junta General y ahora consejero. Como méritos
alegó saber segar con guadaña. En la campaña electoral pasada hizo público un
vídeo donde demostró sus habilidades. Oigan, le sirvió. Con él se llevó a
Marcos da Rocha como Director General de Planificación Agraria. Tiene un
currículum que avala el estar en ese puesto. Fue concejal en el Ayuntamiento de
Tineo desde 2003 hasta mayo de 2023, que no se presentó. Haber vivido en
Navelgas (Tineo) parece suficiente mérito. La tercer pata tinetense es José
Ramón Feito, al que adjudicó el puesto de Gerente de la Comisión Regional del
Banco de Tierras, puesto mucho más discreto. Feito fue teniente de alcalde con
Marcos Líndez, concejal de Hacienda y luego ocupó el puesto de alcalde. En 2023
ganó las elecciones municipales, pero el acuerdo entre PP y Vox le impidió
llegar a la alcaldía. ¿Experiencia en gestión de las cosas del campo? Ninguna.
Con estos perfiles poco, o nada, se puede
esperar.
El consejero se rodeó de personas afines que
habían quedado descabalgados de sus anteriores puestos políticos. Formó una
corte que llegado el momento le apoyarán para proponerle como candidato en las
siguientes elecciones. Les va en ello los garbanzos. Un repaso a las personas
de libre designación de la consejería les demostrará lo dicho.
Al consejero del ramo, nunca mejor dicho dada
su propensión a irse por las ramas con discursos vacíos, le gusta asistir a
fiestas y saraos varios, para los temas con enjundia se las deja a la directora general
de Ganadería y Sanidad Agraria, Rocío Huerta.
Este consejero abrió las puertas al sindicato
URA y ahora lo está pagando. Eso sí, cuenta con un fiel aliado en el secretario
general de UCA, José Ramón García Alba, Pachón como le conoce todo el mundo.
Fue concejal por el PSOE en Tineo. Pues bien, Pachón y otros dos concejales
socialistas, entre los que se encontraba Valentín Fernández, número uno en la
lista, se sumaron a una moción de censura promovida por el PP. Vamos que se
convirtieron en tránsfugas. No importó a nadie. Pepe Calvo, anterior secretario
de UCA y Carmen Rodríguez, su mujer y presidenta de Mujeres Campesinas de
Asturias, colocaron en el puesto que hoy ostenta a Pachón. Por cierto, Calvo y
Carmina, como se la conoce, son los padres de Alejando Calvo, consejero de
Movilidad, Medio Ambiente y Gestión de Emergencias. Para los que desconocen el
dato son de Cangas del Narcea. Tengo que reconocer que Alejando Calvo tiene más
capacidades.
¿Van uniendo los puntos?
Con esto no quiero decir que los consejeros
tengan que ser técnicos, sí lo son mucho mejor. Hoy necesitamos al frente de
los puestos públicos personas con conocimientos muy amplios. En el caso del
sector primario el consejero debería tener un amplio conocimiento de las leyes,
directrices, normas, etc. que salen de la Unión Europea, además de estar al día
de los problemas existentes para intentar buscar soluciones. Cuando se llega a
un puesto de esta relevancia sin saberes previos poco se puede esperar de ellos.
Por mucho que ahora estudien vienen con enormes lagunas, perdón, con océanos de
ignorancia.
Los sindicatos agrarios asturianos han pedido
varias veces la dimisión del consejero, motivos tienen. El populismo, el querer
quedar bien con todos, el asistir a fiestas y sonreír no soluciona nada. No es
que no sepa de las cuestiones que tendría que saber para estar en ese cargo, es
que tiene una cultura general escasita. Ah, les aseguro que los escritos que
puedan aparecer por ahí no los escribe él, sé de lo que hablo.
Habrá quienes no me crean, pero para muestra
tienen lo que hicieron en el concejo de Tineo. Lo más sobresaliente fue el
enorme endeudamiento que generaron y las obras faraónicas realizadas así como
lo que no se hizo. Tineo sigue perdiendo población y las empresas radicadas en
el Polígono de la Curiscada son obra de la iniciativa privada que no de la
municipal.
El presidente Barbón debería ser más riguroso
a la hora de nombrar a sus consejeros. Por cierto, señor presidente, los
resultados electorales en el occidente asturiano no fueron muy buenos, ¿verdad?
¿Se acuerda quien encabezaba la lista? También, señor presidente, puede
preguntar sobre traiciones a antiguos cargos públicos.
En Asturias, como en toda España, necesitamos
cargos públicos muy cualificados en un mundo cada día más competitivo y
exigente, los ciudadanos nos lo merecemos.