A la par de la hominización se produjo la
humanización de nuestra especie. Procesos evolutivos de miles de años que
suponían avances en constante cambio y siempre para mejorar. Eso creíamos. Yo
tengo mis dudas.
El siglo XX trajo más avances que ningún
otro, en todos los aspectos. La Revolución Rusa, la I Guerra Mundial, la Guerra
Civil española, internacionalizada, y la II Guerra Mundial con las bombas
atómicas en Hirosima y Nagasaki parecían que habían cubierto el cupo de terror
y muerte que los seres humanos podíamos provocar. Todo indicaba que se había
aprendido algo, que la cooperación y la paz serían los pilares sobre los que se
asentarían las relaciones entre los países.
Vanas esperanzas.
Llegó el reconocimiento del estado de Israel,
pero no el de palestina. La descolonización fue un fiasco y generó muchas
tensiones que aún perviven. La Guerra Fría dividió al mundo. Crisis de los
misiles en Cuba. Guerra de Vietnam. OTAN, Pacto de Varsovia. Muro de Berlín.
Las cosas no iban bien.
Mal que bien Europa, sobre todo la Unión
Europea, estábamos encantados con nosotros mismos. La sociedad del bienestar
había triunfado e incluso las derechas parecían haber asumido los progresos
logrados por la socialdemocracia, no todos, desde luego. Y llegó el
neoliberalismo de la mano de Reagan, Thatcher y Wojstyla y el mundo empezó a
cambiar. Los controles a bancos y grupos financieros se fueron difuminando. La
globalización fue otro gran descubrimiento del capitalismo que dio más poder a
los que ya lo tenían y que con esa internalización empresarial se alejaron de
cualquier control, sobre todo en los países más débiles o con gobernantes más
timoratos o con aquellos más corruptos.
A la par que los liberales más radicales
adquirían más relevancia, la socialdemocracia se alejaba de sus ideales y caía
en las tesis de las derechas, empezando por el tema impositivo. La pérdida de
apoyos populares, de votos, de los partidos socialdemócratas ha sido clamorosa.
Siguen noqueados.
Y llegó otra revolución que está poniendo al
mundo patas arriba, internet y la inteligencia artificial. Otra batalla que
están perdiendo los partidos progresistas. Para mayor desgracia han salido de
las catacumbas los partidos de extrema derecha, fascistas y nazis, y están
ganando terreno a la derecha y a la izquierda.
Asustan.
La caída del Muro de Berlín fue la plasmación
del declive y desmembración de la URSS. Las tensiones en el este de Europa han
sido constantes, hasta llegar a la invasión Rusa de Ucrania. La UE (Unión
Europea) no supo estar a la altura y dejó hacer a Putin. El advenimiento de
Trump no ha hecho más que complicar esa injusta guerra de ocupación.
Vistos hasta aquí estos retazos de nuestra
reciente historia ¿dónde hemos dejado la humanidad?
La llegada de Trump a la Casa Blanca,
resabiado del mandato anterior, ha complicado al mundo y está enfrentando a
Estados Unidos con todo el mundo, mientras la UE no sabe como hacerle frente.
El presidente estadounidense a dado por buenas las tesis de Putin con respecto
a Ucrania, y están de acuerdo en repartirse los negocios allí y en resto del
mundo, aunque suponga la ruina de millones de estadounidenses y perjudique al
resto de los países.
Trump ha demostrado en estos meses que solo
le importan sus negocios y los de sus amigos o de quienes le hicieron llegar a
la Casa Blanca, véase el caso de los magnates de las industrias tecnológicas.
¿Podemos considerar a Trump un gobernante
empático y preocupado por sus semejantes? La respuesta es evidente. No tiene un
ápice de humanidad ¿y que hace el resto del mundo para frenar sus desmanes? Nada.
A pesar de lo terrible e injusta de la
ocupación de Ucrania hay partidos y personas que son de una tibieza a la hora
de criticar a Putin que me parece increíble. Algunos son viejos nostálgicos de
aquella URSS que tanto añoran y que de alguna manera se siente vinculados
afectivamente con la Rusia de hoy, aunque esté dirigida por un déspota
autoritario que elimina cualquier tipo de crítica de la forma más radical.
Vamos, que encarcela o mata a sus adversarios sin problema alguno. Nada se
hizo, es más Alemania siguió comprándole petróleo, su dependencia energética de
Rusia era total. La UE mantuvo su silencio o realizó actos de protesta que le
importaban un pito a Putin. Los embargos no han servido de poco.
Pareciera que la humanización se hubiera
parado, peor, que estaba en retroceso. No, no estaba, está en retroceso. Nos
quedaba por ver lo peor: el genocidio de los palestinos a manos de Netanyahu y
quienes lo secundan. Me preguntan que hacen los ciudadanos israelíes, ¿están de
acuerdo? Es difícil de entender, pero también lo fue el caso de los alemanes en
la Alemania nazi o los españoles en la dictadura de Franco.
Cuando se conoció el alcance del Holocausto
una corriente de simpatía, mucho más que simpatía, recorrió el mundo. Nunca en
la Historia el pueblo judío fue tan apoyado en su empeño por lograr un
territorio en el que vivir en paz. Las tierras de Palestina fueron las elegidas
por razones histórico-religiosas, pero allí vivía otro pueblo, el palestino. La
Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 29 de noviembre de 1947 un
reparto de Palestina de dos estados, que daba a los judíos y a los palestino una
extensión similar del territorio. El 14 de mayo de 1948 la ONU declaró la
creación del Estado de Israel.
Nunca tuvieron paz. La Guerra de los Seis
Días, entre el 5 y el 10 de junio de 1967, enfrentó a Egipto, Siria, Jordania e
Irak con Israel, el triunfo del ejército israelí fue absoluto. Los
enfrentamientos no cesaron. En 1973 tuvo lugar otro choque armado de
envergadura, la Guerra del Yom Kipur, que enfrentó a Egipto y Siria con Israel.
Los países árabes pretendían recuperar los territorios ocupados durante la
Guerra de los Seis Días, cosa que no consiguieron.
Ni la ONU ni ningún país logró poner fin al
conflicto. Israel siempre ha contado con el apoyo económico y armamentístico de
Estados Unidos.
Años más tarde llegarían las Intifadas, la
guerra en el Líbano, los conflictos constantes en la franja de Gaza,
enfrentamientos en los Altos del Golán o con Irán.
En todos estos enfrentamientos y luchas que
han sufrido los palestinos no podemos olvidar las masacres de Sabra y Chatila,
que tuvieron lugar entre el 15 y 18 de septiembre de 1982 en los campos de
refugiados palestinos en Beirut. Las matanzas fueron cometidas por la Falange
Libanesa, cristianos maronitas.
Vistos estos detalles aislados todo indica
que los palestinos, de una manera u otra, no han tenido un momento de paz, como
tampoco los israelíes que se han convertido en un país en pie guerra
permanente.
Los atentados terroristas de Hamás, brutales,
despiadados, el 7 de octubre de 2023, supusieron el asesinato de 1 200 personas
y se llevaron como rehenes a 250 personas. Estos actos asesinos fueron la
disculpa perfecta para desatar las iras israelíes. Las condenas a esos
atentados fueron casi unánimes, el apoyo a Israel, inicialmente, también. Era
esperable una respuesta armada, pero inimaginable lo que vino después. Es
cierto que Hamás retuvo los rehenes como elemento de extorsión pero eso avivó
las ansias destructivas israelíes. Han pasado los meses, han muerto más de 53
000 palestinos en Gaza, seguro que serán muchos más, entre ellos miles de
niños. La franja de Gaza está siendo arrasada. Si esto no fuera suficiente el
ejército israelí no permite la entrada de alimentos, medicinas y todo lo
necesario para sobrevivir. Han atacado hospitales. Han obligado a desplazarse a
miles y miles de palestinos en un baile incesante. ¿Cómo se llama a esto? No
hay un ápice de humanidad, por mucho que refieran una y otra vez los a
atentados terroristas de Hamás. Es un Estado, el israelí, el que ordena esas
razias constantes y mortíferas.
Mientras la aniquilación de los palestinos
continua la UE se debate en palabrerías que no conducen a nada. Y a todas estas
Trump propuso su «solución»: convertir gaza en un enorme resort. Es una idea
inhumana y egoísta, mortalmente egoísta. Les recuerdo que Trump es constructor.
Él lo ve todo desde la perspectiva del negocio, no ve víctimas.
¿Podemos hablar de genocidio? A la vista de
la definición de la RAE lo parece. Genocidio: «Exterminio o eliminación
sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o
nacionalidad».
Europa sigue vendiendo armas a Israel, España
también. Somos unos hipócritas. Anteponemos los beneficios a la humanidad. Lo
justifican por el número de empleos que generan estos conflictos. En Asturias
están encantados ya que la rentabilidad de la Fábrica de Armas de Trubia se va
a disparar. ¿Se nos olvida para que son esas fábricas? No es para armar a los
ejércitos españoles, para nada, en su mayoría es para la exportación allá donde
haya un conflicto, sin entrar en valoraciones éticas o humanitarias. No nos
engañemos.
Hablando de fábricas de armas, en España son
capaces de producir cañones, balas, tanques y no sé cuantas armas más, pero
tecnológicamente el país depende, entre otros de Israel. No me extraña, no se
fabricaban mascarillas, o EPIs (Equipo de Protección Individual) como para
fabricar algo más complicado, y no es por falta de cerebros si no de dotar
económicamente la investigación y el desarrollo en España. Esa es otra
cuestión.
Ucranianos y palestinos están padeciendo lo
peor que le puede pasar a una sociedad, una guerra. Guerras injustas,
propiciadas por dos déspotas, Putin y Netanyahu, que cuentan con un aliado que
no creo que esté muy en sus cabales, Trump.
Mientras seguiremos llorando por ucranianos y
palestinos. Lo de Gaza me revuelve las tripas y me encoge el corazón. Los
ciudadanos con nuestra voz podemos influir en nuestros gobiernos, al menos esa
posibilidad aún la tenemos.
Nos hemos deshumanizado para adorar a un
único dios: el dinero.