28 feb 2012

A vueltas con nuestros empresarios





Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (28/02/2012)


El periódico ABC daba la noticia de que un selecto grupo de representantes del tejido económico español, aglutinados en la órbita del Instituto de Empresa Familiar (IEF), se había reunido con el Ministerio de Educación para consensuar la definición de actividad empresarial y emprendedores en los libros de texto que se preparan para impartir la nueva asignatura de Educación Cívica y Constitucional.
Estos contactos, según la misma fuente, se han producido para evitar el tono crítico que destilaban los anteriores textos de Educación para la Ciudadanía. Eso dice ABC.

Pues bien. Los representantes del tejido económico español, menuda tontería para denominar a los empresarios, quieren que les miremos de otra forma, con más cariño, ya que se sienten infravalorados. Pues la verdad es que no se porqué se sienten así. Los valoramos por lo qué son y lo que valen. A cada uno lo suyo.

Y ahora permítanme una aclaración. Cuando hablo de empresarios, no me refiero a ese pequeño o mediano empresario-trabajador que comparte tajo y que trabaja doce o catorce horas diarias y luego se lleva los problemas a casa. No, no hablo de esos. Tampoco hablo del que paga unos salarios ajustados a la legalidad y que observa las normas de seguridad laboral. No, no me refiero a esos.
Yo hablo de los otros. De esos que defraudan todo lo que pueden y más. De los que pagan tarde y mal. De los que actúan como unos déspotas. A esos me refiero. Los que no se encuentren entre estos que no se den por aludidos, por favor.

Miren, hace unos días pudimos ver a la ejecutiva de la CEOE escojonándose de risa antes de hablar de la reforma laboral y pudimos escuchar aquello de serios, poneros serios. Resultó obsceno, humillante.

De un empresario que dijese “España no está para manifestaciones intoxicadoras, ni para huelgas, ni para trifulcas, ni disputas políticas estériles” podríamos pensar que lo que quiere, y dicho así, es sumisión total. Puedo entender con dificultad, lo confieso, lo de las huelgas, pero es que ya no admiten ni las manifestaciones pacíficas. Pues esto lo dijo el presidente de la FADE, patronal asturiana, Severino García Vigón.

Sin alejarnos de nuestra patria querida, Alberto González, secretario de la FADE, en un debate organizado por la asociación “Tertulia 17” en Mieres dijo lindezas como esta: “Es necesaria una segunda vuelta de tuerca de la reforma laboral, para seguir abaratando el despido y así equipararnos a nuestros vecinos europeos”.
El señor González no se cortó ni un pelo. Este buen hombre no habló de igualar salarios. Eso se le olvidó ¡vaya por Dios!
A estos dos personajes del mundo empresarial, don Severino y don Alberto, les ponía yo mil euros, sí esos que no cobran muchos españoles, y les diría: vive con ello, tú y tu familia un mes. ¡No les da ni para el güisqui!

Sigamos con estos prohombres que quieren cambiar su imagen ante los escolares. Mi muy apreciado don Juan Rosell, ya saben el presidente de la CEOE, sigue con las suyas, incluidas sonrisas miserables, y aboga por unas prestaciones de paro que no sean “tan generosas”. Y para que la cosa quede clara, don José Luis Feito, presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la CEOE, faltaría más, dijo que habría que retirar la prestación de paro a las personas que rechacen la primera oferta de empleo, “como si es en Laponia” Tal cual.
Al señor Feito le importa un pito que por ese trabajo paguen 600 euros y que además una familia tenga que coger sus bártulos e irse a Laponia, como él dice.

No me invento nada. Todo esto puede verse en los medios de comunicación. Con la que está cayendo todos siguen vaticinando más desempleo, incluido el señor Vigón o el presidente del Gobierno, don Mariano, o el sonriente Rosell.
Sí con todas estas medidas no son capaces de crear empleo y ponerse las pilas ¿dónde habría que mandarles?

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A vueltas con nuestros empresarios por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

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