Artículo publicado en La Nueva España el 22 de agosto de 2012
Venancio Blanco Andrés- La Riera, 1927 (Cangas de Onís)- ya tiene calle en Tineo. Muchos se pueden preguntar
quien es Venancio y se les podría contestar que el presidente del Club
Tinetense Residencia Asturiana de Buenos Aires. Y dicho eso nos quedaríamos
cortos, muy cortos.
Permítanme una breve
pincelada de su vida, que corre paralela a la del Club Tinentense.
Venancio salió de
España en 1953 y se dirigió a Brasil, donde vivió hasta 1958, fecha en que se
trasladó a Argentina, en donde vive desde entonces.
Los años fueron
pasando y muchos asturianos se encontraron en situaciones personales difíciles,
sobre todo los más mayores. Ante la falta de cobertura social y sanitaria por
parte del gobierno argentino, Venancio Blanco y un grupo de emigrantes deciden
hacer algo y cuaja la idea de crear una residencia de ancianos. La base de tal
proyecto es el Club Tinetense, fundado allá por 1932, y la Residencia
Asturiana, puesta en marcha en 1983, que ya desde su creación tenía por
objetivo el cuidado de unos pocos asturianos más pudientes. El empuje de estos
emigrantes logró fusionar ambas instituciones y el 12 de febrero de 1996 se
inaugura la actual residencia de ancianos que cuenta casi cien residentes. Las
tres plantas del edificio tienen una capacidad para 114 personas. Ahora andan
con los trámites burocráticos para inaugurar unos apartamentos para matrimonios
ancianos.
El
Club Tinetense Residencia Asturiana fue galardonado con el Premio INSERSO 93 y
recibió la Medalla de Oro de la Emigración en el año 2003. Blanco ha sido distinguido con la Cruz de Caballero de
la Orden del Mérito Civil en 1996; la Medalla de Oro de la Emigración en el año
2003; el premio “Carabela 2008”
concedido por la Federación Internacional de Centros Asturianos (FICA) y en 2008
recibió la Medalla de Plata de Asturias.
Este
pequeño repaso a su trayectoria tampoco nos explicará quien es Venancio. Para
entender su dimensión humana, y la del proyecto que él encabeza, hay que verlo
en Buenos Aires. Tuve la fortuna de asistir, hace unos años, a la celebración
de una fiesta de carácter anual que tiene lugar en el Club Tinetense y que denominan “La
Fabadona”. Realmente es la degustación de una fabada a la que asisten
emigrantes tinetenses, asturianos y españoles de muchos rincones de Argentina.
Allí pude conversar con gentes llegadas expresamente de Rosario o de Mar de
Plata para asistir a ese acto. Los comensales andan alredor de los 800, que
abarrotan hasta los pasillos de la residencia. Y lo más importante, todos y
cada uno de ellos quieren saludar y besar a Venancio. No hay nadie que no
pregunte por él. Sencillamente le quieren, aprecian y respetan.
A
los que llegamos de la tierrina no
dejaron de ensalzarnos su labor y su honradez. Todo son buenas palabras. Les
aseguro que a muchos se les humedecían los ojos hablando de Venancio.
La trascendencia de
lo allí realizado alcanza toda su dimensión cuando se está a 11.000 kilómetros
de casa y todos y cada uno de los
españoles que allí viven saben que sí el infortunio les alcanza allí está el
Club Tinetense Residencia Asturiana.
Un año más Venancio
viene a Asturias a recordar a la clase política que necesitan colaboración y
apoyo para continuar con este proyecto. Lo hace él, a sus 85 años, a pesar de
que ya tiene que apoyarse en un bastón y el parkinson le hace la puñeta, pero
aquí está.
Ante su trayectoria
vital, solo puedo sumarme al sentir de tanto español en Argentina y decir:
gracias Venancio por ser como eres.
Venancio Blanco y solidaridad son sinónimos por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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