Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (11/12/2012)
El suroccidente asturiano es una
tierra dura. No por su agreste relieve, tampoco por su marginalidad
geográfica, ni siquiera por su deficiente red de comunicaciones, pero por todo
ello, amén de una escasa población e insuficiente tejido productivo hacen de
esta comarca un territorio complicado para vivir.
No les cuento nada nuevo. A lo
largo del último siglo las gentes de Allande, Cangas del Narcea o Tineo han
emigrado en un número importante. La sangría migratoria no se ha detenido.
Desde luego los desplazamientos no fueron motivados por un espíritu aventurero.
La falta de perspectivas de una vida digna ha sido la causante de este éxodo.
Es cierto que la comarca ha
mejorado en múltiples aspectos que han contribuido al incremento de la calidad
de vida, pero nos faltó el canto de un duro para ser la nueva Tierra Prometida.Y esto no lo digo yo,
lo dijeron otros.
¿Cuántas veces hemos escuchado
aquello de…? : este proyecto va a ser un
elemento dinamizador de la comarca o lo de un revulsivo económico de primer orden. Si cada vez que se dijo se
hubiese cumplido igual las cosas serían distintas.
Algunas promesas son más
recientes pero otras se pierden en la noche de los años. Por cierto, aquí
prometió todo el mundo así que nadie se dé por único aludido. Aunque no solo
podríamos hablar de esas promesas, sino también de algunas realidades que se
encuentran en modo reposo.
Cuestiones tan manidas como la
autovía Oviedo-La Espina o La Espina-Ponferrada las dejamos correr, aunque
estén paradas.
Sin entrar en muchos detalles, y
a bote pronto, nos podríamos acordar de proyectos como el Centro de
Interpretación del Paisaje del Parque Natural del Narcea, Degaña e Íbias en
Cerredo que a buen seguro será un gran revulsivo.
Por tierras de Tineo creemos
recordar algo de una Ciudad del Motor, una residencia de ancianos y su parking
o una piscina. Las viviendas sociales se adjudicarán un día de estos, tal vez
cuando se inaugure la depuradora del Polígono de La Curiscada o la sala de
caza. En Calleras podremos visitar su centro de interpretación, después de
haber parado en alguna empresa del polígono industrial del Alto Forcayao. Sí
nos ponemos enfermos iremos al nuevo centro de salud de Navelgas y luego, por
el corredor del Esva, saldremos al mar.
Desplazándonos a Cangas del
Narcea podríamos, si no hubiese faltado ese canto de un duro, ser atendidos en
el nuevo centro de salud, visitar a un conocido en la residencia de ancianos,
llevar un cerdo al matadero, divertirnos en el parque multiaventura y esperemos
que darnos una alegría en el parador.
¡Ah, no! del hospital comarcal no
voy a hablar. Ya saben que hay cosas que es mejor no mentarlas.
Pues lo dicho, es que nos faltó
un poquito para vivir en la nueva Arcadia. Pero no tenemos que entristecernos,
ahí está el nuevo año que nos deparará buenas nuevas y en todo caso para eso
cobran algunos: para mantener nuestras ilusiones y construir castillos en el
aire.
Hubo a quienes se les olvidó que
las comunicaciones son fundamentales para el desarrollo de los territorios. Se
acordaron de crear zonas industriales tarde, pocas o mal. Cuando no queda gente
en los pueblos es cuando hacen las concentraciones parcelarias y de vez en
cuando repueblan algún trozo de monte.
Pues a pesar de los pesares, de
la dureza del territorio y de los incumplimientos, la gente tiene iniciativas,
empuje y aguantamos, aún a costa de todas estas pegas
.
Disfruten de la vida y recuerden,
por favor, que la ausencia de crítica encumbra a los ineptos.
Nos faltó el canto de un duro por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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