Menudo destino el de algunos héroes

  Si no llega a ser por las circunstancias lo más probable es que no hubiese leído El destino de los héroes de Chufo Lloréns. No por nada especial, pero en principio no estaría en mi lista. Bueno, tampoco importa. El caso es que lo leí, y son 855 páginas, incluida la bibliografía.

  Mi reconocimiento al autor. Me gusten más o menos los libros casi siempre les reconozco el mérito. En este caso con más motivos ya que Lloréns tiene 89 años y demuestra estar en plena forma. Le ha llevado cuatro años escribirlo. ¡Vaya sí está en plena forma!

  Chufo Lloréns partió de la vida de su familia materna para desarrollar esta saga familiar. La sitúa en la Europa de fines del XIX y principios del XX, con una escapadita a Venezuela. Hay, además, detalles de la historia de Cuba y de las ingerencias estadounidenses en esa zona. Incluye una visita a las arenas del desierto marroquí. Pero el meollo se reparte entre España y Francia.

  José Cervera y Lucie Lacroze, acompañados por sus hijos Félix, Nicolás y Pablo son los protagonistas de casi toda la novela. Hay otros personajes relevantes, lo cual no es extraño dado el período de tiempo que abarca la novela y los sucesos que narra.

  El secreto, a voces, de este tipo de narraciones es que tienen que meter muchos personajes y contar muchas historias. Es la forma que tienen de mantener la atención del lector. En El destino de los héroes de eso hay a montones. Cuando llevas cuatrocientas páginas el inicio se te desdibuja. A cada acontecimiento le suceden otros dos y la madeja se va complicando. Las historias paralelas se entrecruzan y de ahí surge un nuevo hilo. Las sagas son así.

  El autor reconoce, además, que la estructura por capítulos cortos es para atrapar al lector y fidelizarlo.   

  

  Estoy seguro que lo logrará.

  Para más inri hay desgracias a mogollón. Amor, muerte, celos… no le falta de nada, incluidos algunos tópicos, aunque con esa cantidad de páginas no es de extrañar.

  De la mano de Chufo Lloréns pasearemos por la Primera Guerra Mundial, la Guerra del Rif o el incipiente desarrollo industrial español. Y nos encontraremos con Toulouse-Lautrec, Mariano Benlliure, Alfonso XIII, el Conde Romanones, Georges Clemenceu... y hasta con el Barón Rojo, el aviador que no el grupo musical.

  Aproveché la lectura para comprobar algunas cosas olvidadas o sencillamente desconocidas. Lo dicho, leído queda. Seguro que se convierte en un éxito de ventas.

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