El término japonés hikikomori hace referencia a aquellas
personas que combinan el aislamiento físico y social. El nombre lo leí, por
primera vez, allá por los inicios de la década de los noventa. Definía a
jóvenes japoneses que se encerraban en su habitación a cal y canto y que
afectaba a miles de ellos. Pensé, imagino qué cómo la mayoría, que eso eran
cosas de esa gente. La moda continuó
y ahí sigue. Ahora afecta a millones de personas, algunas ya no tan jóvenes.
No es algo que se tomen en broma.
Los hikikomoris, según los sicólogos,
sufren unos trastornos mentales serios. En principio, lo asociaban al tipo de
vida nipona. Allí la reputación de una persona y la presión social que se
ejerce sobre ella o que siente para impresionar a otros es enorme, cuando no pueden más se aislan. Internet y los videojuegos contribuye a reforzar ese retiro.
El problema no solo afecta a
Japón, los hikikomoris se han
extendido por el mundo.
Esto me vino a la cabeza pensando
en el incremento que va a tener el teletrabajo y lo que ya están sufriendo algunas
personas como efecto secundario de la COVID-19.
He escuchado que hay quien tiene
miedo a salir de casa por temor a la enfermedad, lo que en el caso de personas
mayores me parece un motivo más de preocupación. Sí a ese miedo le añadimos que
muchos viven solos, el problema, de persistir, podría afectar muy seriamente a
su calidad de vida.
Por otro lado, eso del
teletrabajo me produce comezón. Por lo poco qué hemos visto hasta ahora, supone
una carga de horas mayor, llegando en los casos extremos a la inexistencia de
una jornada laboral definida.
Probablemente, en el caso de España, sea producto de la escasa implantación y falta de regulación. El
tiempo nos lo dirá.
Sea de una forma u otra, vamos
dando pasos hacia nuevos tipos de aislamiento social. Me parece muy triste a la
par qué peligroso.
Los homo sapiens nos hemos
caracterizado por ser animales que han buscado las relaciones con los otros, e
incluso con otras especies. Somos animales de manada. Vamos camino de
modificar esta tendencia natural. Esa animalidad nuestra nos está convirtiendo en hikikomoris. No nos
arriendo la ganancia.
El aislamiento social nos llevará
a ser débiles cómo individuos y cómo sociedad. Hoy por hoy, mantengamos el
distanciamiento físico para evitar contagios, pero no el social. Unidos somos
humanos, desunidos no somos nada.
Hikikomoris coronavíricos by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario