14 jul 2020

Dolly Wilde vuelve a la carga

  Estamos en mitad de los 90 del siglo pasado. Johanna Morrigan, alías Dolly Wilde, busca Cómo ser famosa y Caitlin Moran nos lo cuenta. La traducción es de Gemma Rovira.

  La protagonista es la misma que en Cómo se hace una chica, Dolly Wilde. Ahora tiene diecinueve años y sigue escribiendo críticas musicales. Su vida no ha cambiado. Asiste a conciertos, pilla enormes borracheras, habla por los codos y de vez en cuando echa unos polvos bastante chungos. Ah, continúa enamorada de John Kite, un músico al que ahora le va muy bien la vida.

  La música y su entorno es el mundillo en el que se desarrolla la novela. El Britpop está en pleno apogeo y aparecen un montonazo de grupos musicales de los cuales no sabía ni que existieran. En fin. De esa época conozco a Oasis, Blur y The Verve.

  Para los que no conozcan al personaje puedo decir que es un reflejo de Caitlin Moran. Personaje y autora coinciden en varias cuestiones, Moran las reconoce en una nota inicial: “Provengo, igual que Johanna, de una familia numerosa, crecí en una vivienda de protección oficial de Wolverhampton e inicié mi carrera profesional como periodista musical cuando todavía era una adolescente. Pero no soy Johanna”.

  Dolly tiene unos padres peculiares. Su madre “se había quedado un poco idiota después de tantos embarazos” (página 14) y su padre “que siempre ha sido un bebedor habitual y caótico, al recuperar sus hábitos adolescentes, ha subido un nivel: vuelve a fumar marihuana” (página 23).
  ¡Qué le vamos a hacer! las familias no se eligen.

  Dolly es un personaje no diré que atormentado, pero sí con cierto cacao mental. De eso también va el libro. Es joven, quiere ser correspondida en el amor y quiere… no lo tiene muy claro. Quiere a John Kite. Está enamorada hasta las trancas: “Si John no se pone las pilas pronto, yo cumpliré veinte años y seguiré esperando que empiece mi vida absolutamente perfecta y, para entonces, seré demasiado vieja” (página 215).

  Caitlin Moran convierte la provocación en una herramienta para transmitir mensajes. Es una novela con carga feminista y aparentemente pocos prejuicios. El sexo, siempre agresivo para los pacatos, tiene una presencia continua: “No me importa largarme y dejar plantada una erección. Y he descubierto que esa clase de chicas enfurecen a los hombres. Los ponen de muy mala leche” (página 52).

  Sexo y conciencia de sí misma, de su independencia, van de la mano.

  Dolly se mueve en un mundo de hombres. Los personajes femeninos se enfrentan con contundencia a ese ambiente machista. Hacen piña para aunar esfuerzos. Los machos no salen bien parados, se libran Zee y John Kite.

  Aunque, repito, con formas más o menos provocadoras al final no es para tanto. Dolly se emborracha pero no toma drogas. Folla a tontas y locas pero está obsesionada con Kite. Deja a su familia pero siempre está presente. Es tan ingenua, Dolly, que quiere cambiar a John Kite con una carta. ¡Y lo consigue! Ven, en el fondo ni Dolly ni Caitlin son tan duras y desdejadas cómo quieren aparentar.

  Según avanza la novela se desprende de su artillería, se vuelve un poco rosa y, sobre todo, más reflexiva. La militancia feminista es constante.

  Cómo se hace una chica me pareció más puñetera. En esta ocasión ya sabía lo que me iba a encontrar y me resultó más reposada. De todas formas, lo mejor que pueden hacer es leer esta novela, o las dos. A todas estas ¿triunfa el amor? La respuesta la tienen en Cómo ser famosa.

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Dolly Wilde vuelve a la carga by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

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