14 ene 2022

Salvador Bermúdez de Castro y O´Lawlor, diputado cunero por Tineo


 

 


  Los diputados cuneros eran, en la España del XIX y la etapa de la Restauración, los candidatos que el gobierno de turno presentaba en los distritos rurales que tenía controlados. Obviamente el fin era garantizarles un escaño. No importaba que tuviesen vinculación alguna con la circunscripción o el distrito por el que se presentaban, no era relevante, es más, muchos de esos diputados nunca pisaron su distrito. Creo que este fue el caso de Salvador Bermúdez de Castro y O´Lawlor, Marqués de Lema y Duque de Ripalda, diputado cunero por Tineo.
  Hasta hace poco no sabía de su existencia y la curiosidad me indujo a realizar unas pequeñas averiguaciones sobre este diputado «tinetense» que resultó ser un personaje de cierta relevancia.
  La etapa de la Restauración borbónica se extendió desde 1874, cuando se produjo el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos, que acabó con la Primera República, y el 14 de abril de 1931, día de la proclamación de la Segunda República.
  Fue una época desastrosa a todos los niveles. En 1898 se produjo la guerra hispano-estadounidense que terminó con la derrota de las tropas españolas y supuso la pérdida de las últimas colonias de ultramar. De ahí surgió el término Desastre del 98. Entre muchos intelectuales y escritores se asentó una concepción pesimista de la idea de España que se reflejó en la literatura. En esos sucesos tuvo su origen un movimiento ideológico que pretendía sacar al país del atraso y la decadencia en la que se encontraba: el Regeneracionismo, cuyo representante más conocido fue Joaquín Costa.
  Entre julio y agosto de 1921 se produjo la batalla de Annual, situado entre Melilla y la bahía de Alhucemas. Allí las tropas de Abd el-Krim infligieron un severísimo castigo a las españolas. Cifran los muertos entre diez y doce mil. El desastre fue tal que a este hecho acabó denominándose el Desastre de Annual. Esta batalla marcó muchísimo a los militares españoles en general y a los «africanistas» en particular. Los historiadores achacan la derrota a la malísima preparación del ejército sobre el terreno y a las injerencias de Alfonso XIII, que era un metomentodo.
  No se acabaron ahí los problemas. En 1923 Miguel Primo de Rivera se hizo con el poder mediante un golpe de Estado. Dimitió en 1930 y se hizo cargo del gobierno otro militar, el general Dámaso Berenguer, período que se denominó «Dictablanda».
  Con la llegada de la república las Cortes crearon una Comisión de Responsabilidades que se encargó de depurar las responsabilidades que pudiera tener Alfonso XIII. Su dictamen fue claro, condenó al monarca por alta traición.
  Durante la Restauración se produjo una alternancia en el gobierno de dos partidos dinásticos, el Partido Conservador, creado por Antonio Cánovas del Castillo, y el Partido Liberal, fundado por Práxedes Mateo Sagasta. Las elecciones eran un paripé. Los gobiernos caían en función de los líos en que se metían y su formación dependía de la decisión del rey. El partido conservador y el liberal iban alternándose en el gobierno. Se suponía que con esa medida evitarían los pronunciamientos, tan de moda entre los militares. Esa alternancia acarreaba también el trasiego de funcionarios, generando la figura del cesante que aún pervivía. En el Estatuto de 1918 se plasmó la idea de la inamovilidad de los funcionarios con el fin de conseguir la independencia de los funcionarios públicos.
  En ese contexto histórico desarrolló su carrera política Salvador Bermúdez de Castro y O´Lawlor.  Nació en Madrid el 1 de noviembre de 1863, murió el 20 de enero de 1945, también en Madrid.
  La familia de Salvador Bermúdez descendía de una familia de comerciantes oriunda de Galicia. A finales del siglo XVIII su tatarabuelo se trasladó a Cádiz. Su padre, Manuel Bermúdez de Castro y Díez, fue ministro de Estado (actual ministerio de Asuntos Exteriores), de Gracia y Justicia y de Gobernación en varios gobiernos de Isabel II. Su madre, Encarnación O´Lawlor Caballero, de ascendencia irlandesa, era hija del que fuera capitán general de Granada. Su tío Salvador fue ministro plenipotenciario en París y Nápoles, y secretario del Consejo de Ministros con Narváez. Fue Salvador Bermúdez de Castro y Díez quien le donó los títulos de marqués de Lema, que le había concedido Isabel II, y el de duque de Ripalda, otorgado por el rey Francisco II de Nápoles.
  El diputado cunero estudió los primeros años del bachillerato en Madrid. Con posterioridad los continuó, interno, en El Puerto de Santamaría, en el Colegio San Luis Gonzaga. Más tarde prosiguió su formación en un colegio de la Compañía de Jesús en Old Windsor (Berkshire, Reino Unido). En 1884 obtuvo el grado de licenciado en Civil y Canónico, con la nota de sobresaliente, en la Universidad Central de Madrid. A los 23 años se doctoró con la tesis «El sistema de los concordatos como el único posible de resolver el problema de las relaciones entre la Iglesia y el Estado».
  Pronto inició su carrera política desempeñando varios puestos. En 1891 obtuvo su primera acta como diputado a Cortes por la circunscripción de Oviedo y el distrito de Tineo. Sustituyó a Antonio Sánchez Campomanes. Mantuvo su puesto como diputado de forma ininterrumpida hasta 1923. Exceptuando dos ocasiones, en las elecciones del 5 de abril de 1896 y en las del 30 de abril de 1903, que se presentó por la circunscripción de Teruel y el distrito de Valderrobres - Salvador Bermúdez era el jefe del Partido Conservador  en Teruel - el resto lo hizo por el distrito de Tineo.
  El sistema electoral, el político en general, era tan corrupto en la Restauración que los pucherazos eran lo habitual. Los resultados de las votaciones eran escandalosos. Veamos dos ejemplos. En la legislatura de 1891-1892 el distrito de Tineo tenía 7447 electores, votaron 6594 y Salvador Bermúdez obtuvo 3857. Fue su primera vez. En las siguientes ocasiones arrasó, lo que era normal. Así en las elecciones del 5 de abril de 1896 Tineo tenía 7595 electores, votaron 6397 personas y Bermúdez de Castro obtuvo 6397 votos. No se anduvieron con chiquitas. En esas mismas elecciones se presentó también por el distrito de Valderrobres, Teruel, allí fueron un poco más discretos. El número de electores era de 10389, votaron 6017 y «sólo» obtuvo 5872 votos. Hubo otra ocasión, en las elecciones del 30 de abril de 1903, en la que también se presentó por los dos distritos a la vez. Lo dicho, la Restauración era un cachondeo.
  Salvador Bermúdez de Castro y O´Lawlor, Marqués de Lema y Duque de Ripalda, siempre fue fiel al Partido Conservador y se presentó en sus filas. Era un admirador de Cánovas, del que llegó a ser secretario personal en varias ocasiones.
  Cómo diputado destacó en sus intervenciones en los temas relacionados con la política exterior, lo cual le vendría muy bien.
  Fue director general de Correos y Telégrafos (1895-1897). Ocupo las subsecretarías de Gobernación (1899) y de Gracia y Justicia (1900-1901). Entre 1903 y 1904 ocupó fue alcalde de Madrid.
  Desempeñó la cartera del ministerio de Estado (actual ministerio de Asuntos Exteriores) en seis gobiernos entre 1913 y 1921, tres de ellos presididos por Eduardo Dato, dos por Manuel Allendesalazar y Muñoz de Salazar y uno por Joaquín Sánchez de la Toca, por cierto, era su suegro. Siendo ministro de Estado fue el encargado de anunciar de forma oficial la neutralidad, de la cual él era partidario, de España durante la Primera Guerra Mundial.
  Alfonso XIII le designó, junto a José María Quiñones de León y Emilio de Palacios, representante de España en la primera asamblea de la Sociedad de Naciones (Ginebra, 15 de noviembre de 1920).
  En 1922 ejerció el cargo de Gobernador del Banco de España.
  Con la llegada al poder, vía golpe de Estado con el visto bueno de Alfonso XIII, de Miguel Primo de Rivera se retiró de la política  y se dedicó a coleccionar piezas de arte y a escribir.
  El 21 de diciembre de 1938 se anunció la existencia de un dictamen sobre la ilegitimidad de los poderes actuantes en el 18 de julio de 1936. Ese informe se encargó a una comisión de veintidós juristas entre los que se encontraba Salvador Bermúdez de Castro y O´Lawlor. Detrás de ella estaba Ramón Serrano Suñer, el «cuñadísimo» - era cuñado de Carmen Polo, esposa de Franco -. Con ese dictamen pretendían justificar la ilegitimidad de la Segunda República Española.
  El régimen franquista puso mucho interés en intentar deslegitimar y desprestigiar a la Segunda República mediante todo tipo de mentiras e inventos ahistóricos.
  Salvador Bermúdez fue miembro de la Real Academia Española donde ocupó el sillón O. Tomó posesión de su sillón el 5 de mayo de 1935. Lo hizo con el discurso «Don Salvador Bermúdez de Castro y Díez y su época», su tío y padrino, al cual tanto le debía, incluidos sus títulos nobiliarios.
  En la página web de la Biblioteca Nacional se puede descargar ese discurso y podemos encontrar sus obras.
  Fue miembro de la Real Academia de la Historia, en la que ingresó en 1916, y de la de Ciencias Morales y Políticas, a la que accedió en 1924. También colaboró con la de Jurisprudencia.
  Con  esta breve reseña me he acercado a un diputado cunero que no mantuvo relación alguna con el concejo de Tineo, al menos que yo sepa. Me picó la curiosidad y de ahí pasé a buscar alguna información sobre él. Resultó ser, como pueden ver, una figura relevante dentro del conservadurismo español. No sería difícil acercarse más a su biografía puesto que en sus escritos seguro que deja constancia de una ingente cantidad de información. En 1930 publicó un libro titulado Mis recuerdos (1880-1901).


Las fuentes que he utilizado, siempre a través de sus páginas web, son la de la Real Academia Española y el Archivo Histórico de Congreso de los Diputados. No faltó para comprobar fechas y alguna que otra cosa la Wikipedia, fuente a la que todos recurrimos y muchos denostan. También me fue útil un artículo de Bernardo Rodríguez Caparrini, del 19 de noviembre de 2017, titulado Salvador Bermúdez de Castro, marqués de Lema, publicado en el Diario de Cádiz. A todos ellos, gracias.

 

 

 

 

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