Con la convocatoria de elecciones
en Castilla y León Pablo Casado abrió su tumba. Miguel Ángel Rodríguez e Isabel
Díaz Ayuso, y los que de momento no conocemos, le empujaron a ella.
Se sabía que Casado era un caballo
lastrado, el domingo 13 de febrero se confirmó. Algunos dentro del PP
decidieron que era el momento de hacer un cambio en la dirección del partido. Casado
no da más de sí.
Lo sucedido desde las explosivas
declaraciones de la presidenta madrileña parece avalar esta idea. Desde el
primer momento estuve convencido, la víctima propiciatoria era Casado no Ayuso,
así lo manifesté en Facebook.
Las desavenencias entre ambos
dirigentes vienen de tiempo atrás y eran de sobra conocidas, pero la virulencia
de las declaraciones de una y otro fueron una proclamación de guerra en la que
sólo podía sobrevivir uno.
Cualquiera que conozca un poco el
funcionamiento de los partidos sabe que las palabras de Díaz Ayuso suponían la
expulsión del partido o cuando menos una sanción durísima. Miguel Ángel
Rodríguez (MAR) e Isabel Díaz Ayuso (IDA) lo sabían. No se puede decir lo que
ella dijo de su jefe de filas e irse de rositas. ¿Entonces? Creo que fue una
maniobra orquestada que contaba con más apoyos de lo que en principio parecía,
si no es así nadie en su sano juicio daría ese paso.
Antes de seguir quiero aclarar
que estoy convencido de que es MAR quien está detrás de IDA. A MAR ya le
conocemos de su etapa con Aznar como Secretario de Estado de Comunicación. Si
algo le ha caracterizado es ser un broncas sin escrúpulos políticos, si es que
eso existe. MAR se lo debe todo a José María Aznar. ¿Con esto quiero decir que Aznar
está detrás de todo esto? No lo sé, aunque hace poco dejó bien claro que Pablo
Casado no cumple con sus expectativas, y eso es mucho.
IDA, desde el primer momento,
empezó a recibir apoyos de los medios de comunicación de derechas. La Razón intentó mantenerse más
equidistante, pero de un apoyo inicial a Casado pasó a un si pero no. ABC, por poner otro ejemplo, no tiene
dudas en pedir la cabeza del presidente del PP y exigir un congreso
extraordinario ya. Asimismo los barones del partido, en general, no mostraron
un apoyo firme al presidente, tampoco a IDA, es cierto. Esa tibieza es un
síntoma del poco peso del jefe popular.
Todo parece confirmar que la
pieza a cobrar era Pablo Casado Blanco.
Esta bronca interna está poniendo
de relieve la capacidad crítica de los partidarios del Partido Popular, pues de
ellos se trata. Miles de personas, hablan de tres o cuatro mil, se manifestaron
ante Génova 13, calle donde se ubica la sede nacional del PP, apoyando a IDA y
profiriendo gritos en contra de Casado.
La concentración de espontánea
nada de nada.
Los participantes en esa
concentración estaban muy molestos por el presunto espionaje a la presidenta
madrileña, lo del cobro, presuntamente irregular, de comisiones por su hermano
no tenía, ni tiene, relevancia.
Los medios de derechas se están
centrando en la falta de capacidad de Casado en resolver la crisis y su falta de
liderazgo. Les confieso que los argumentos que escuché me produjeron vergüenza.
Algunos estaban cargados de una desfachatez absoluta, así me lo pareció, lo
cual no deja de tener tanta validez como su opinión. En Twitter un ex
periodista, así se define, dijo «Yo voté a Ayuso y lo volveré hacer si es la
opción que más me convence. Y no tengo que darle explicaciones a nadie». Desde
luego, no tiene que dar cuenta a nadie de su voto, pero… que cada uno lo valore
cómo considere. A mí me parece muy triste y lamentable.
Las redes sociales están plagadas
de apoyos a IDA, lo que supone dar por buenas sus explicaciones. Un análisis
medianamente riguroso, y no hace falta ser un experto en nada, revela la inconsistencia
de sus «aclaraciones». Tienen lagunas, opiniones personales que no sustenta con
papeles y apela a las tripas y al sentimentalismo más populista. Es claramente
un montaje burdo y chabacano que está siendo aceptado con fe cuasi religiosa.
Los que apoyan a IDA se comportan como hooligans,
ciegos y sordos a la realidad.
Lo dicho y conocido es
lamentable, lo que intuimos es aún mucho peor. Todo ello me parece horrible,
pero las consecuencias me asustan: el subidón de Vox va a ser enorme. Hay
encuestas que dicen que superará al PP. Además se están normalizando
comportamientos que aunque puedan ser legales son claramente reprobables
socialmente, menos para las gentes del partido popular.
Es evidente que la derecha
extrema y la extrema derecha están cada día más cerca. El PP está normalizando
sus relaciones con la extrema derecha cuando en el resto de los países de la
Unión Europea no quieren saber nada de ellos. Algún hervor democrático falta en
ese partido. Según una encuesta siete de cada diez votantes del PP están a
favor con Vox.
IDA sigue insistiendo en que está
recibiendo un «cruel ataque político» Está escribiendo el relato y la directiva
popular va a remolque con lo que lleva todas las de perder.
El apoyo mediático que está
recibiendo IDA es la constatación de que detrás de la operación contra Casado
hay personajes de mucho peso, en otro caso sería impensable que atacasen al
máximo dirigente de la derecha española.
¿Será Alberto Núñez Feijóo el
recambio? Pues no lo sé. Creo que IDA no tiene los apoyos suficientes para
llegar a la presidencia del partido, máxime tras esta historia. No sería fiable
para nadie. Está siendo utilizada, pero de ahí a ponerla al frente hay un
trecho. Con ella está claro que el Partido Popular se inclinaría a la extrema
derecha y eso no les interesa. Una cosa es tener dentro del partido a esa
extrema derecha y otra muy distinta situarse en esa posición. Los populares
europeos no lo entenderían.
Casado está fuera, a IDA le van a
ir creciendo los problemas. Se revisarán todas sus decisiones con lupa y ya
veremos lo que sale.
De momento IDA gana por goleada.
Casado ya perdió el partido.
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