Publicado en La Nueva España el 3 de enero de 2015
La autovía Oviedo-La Espina
vuelve a los medios de comunicación. Me parece bien.
Los años han pasado y su
finalización se me antoja lejana. Ojalá me equivoque.
La reivindicación quedó
postergada y algún recordatorio hubo, pero fueron escasos. Ahora resurge y han
iniciado la recogida de firmas. ¿Será suficiente? Pues no sé. Estamos en
periodo preelectoral y todos los partidos están dispuestos a prometer.
He de reconocer que yo no soy de
los que se creen que exista esa teórica recuperación económica. Tendrá cabida
en los papeles que maneja el ministro Luis de Guindos, pero la realidad es que
las arcas las tienen esquilmadas.
Las inversiones siguen brillando
por su ausencia y las prioridades las tienen muy claras. Para nuestra desgracia,
me parece a mí, que entre ellas no se encuentra la autovía Oviedo-La Espina.
Ojalá me equivoque.
El Plan Estratégico de
Infraestructuras del Transporte 2005-2020 se realizó en un momento en que los
perros se ataban con longaniza. Todo nos parecía bien y creíamos que había
dinero a montones. Menudos ingenuos y menudos mentirosos quienes nos lo
hicieron creer.
Ahora la situación es distinta y
nuestra deuda pública se sitúa en 1.020.236 millones – en el tercer trimestre
de 2014 – Esta cifra supone el 96,80 % del Producto Interior Bruto en España.
Sigue creciendo.
Tal vez habría que hacer nuevos
planteamientos y no dejarse llevar nuevamente por aquellas alegrías que nos han
traído estas tristezas. ¿O todavía pensamos que nos lo podemos permitir todo?
¿No hemos aprendido nada?
La necesidad de esta vía de
comunicación es de sobra conocida por todos los que vivimos en el suroccidente
asturiano y los empresarios ven como sus costes de transporte se encarecen,
amén del tiempo que pierden. Lo sabemos y lo padecemos.
Lo que yo no veo es la vía a
Canero, como alternativa a la autovía del Cantábrico para comunicar Oviedo y
Valdés. Eso me parece un poco grandón,
que nadie se ofenda.
Los 30 kilómetros que
separan La Espina y Canero resultarían de los más caros de España. ¿Es una
prioridad?
Me parece a mí que sería
difícilmente justificable teniendo como tenemos el tramo entre
Cornellana-Pravia y Pravia conexión autovía del Cantábrico. Mucho tráfico y sin
posibilidad de adelantar.
Por otro lado, no debemos olvidar
la importancia del corredor del Narcea y su pésimo estado. Cangas del Narcea,
Ibias, Degaña y Pola de Allande se merecen otra comunicación.
Una mejora sustancial en esa
carretera, con posibilidades de adelantamientos sin riesgo, dobles carriles,
etc. permitirá a la población de esos concejos enlazar con la autovía del
Cantábrico en un tiempo razonable y con la de Oviedo-La Espina.
¿No son más importantes estas
conexiones?
Hay quienes hablan, además, de comunicar La Espina con Ponferrada. No sé, pero me parece a mí que esa salida
no es tan apremiante. Los argumentos de que puede abrir nuevos mercados e
iniciativas son, creo, demasiado optimistas.
Por cierto, según datos oficiales
de hace unos años, su coste sobrepasaría los 700 millones de euros. Ahí es nada
A no ser… A no ser que esa vía tenga
otra finalidad.
La apreciación de que puede
servir para comunicar los puertos de Gijón y Avilés con Portugal se me cae por
su propio peso. Galicia tiene el puerto de A Coruña y autovía que comunican con
Portugal.
¿De verdad nos creemos que Gijón
va a competir con A Coruña para abastecer de productos a Portugal? Me da a mí
que no. Ojalá me equivoque.
Una autovía entre La Espina y
Ponferrada tiene más sentido si además sirve para abastecer de carbón y gas a
algunas centrales térmicas. Pensemos, por ejemplo, en las que se ubican en los
alrededores de Ponferrada.
Teniendo en cuenta esta
suposición la ampliación de El Musel y la regasificadora adquieren otra
dimensión y no se quedan solo para abastecer Asturias.
No me creo que el planteamiento
de esta autovía hacia Ponferrada sea pensando en los 30.000 habitantes del suroccidente.
Ojalá me equivoque.
Al final nuestros instintos
atávicos siguen muy presentes: miramos al sur y al oeste, hacia el este poco.
Europa nos queda muy lejos.
Para gustos, opiniones. Las que
no acepto, las opiniones, son las de determinados alcaldes, concejales o de
quienes tuvieron cargos públicos cuando se pararon las obras de la autovía Oviedo-La Espina y se callaron. Esos tenían que estar ahora también en
silencio. Sus palabras y demandas de hoy están fuera de lugar.
Déjense de palabras y terminen la
obra iniciada. Antes de acometer cualquier nueva iniciativa, medítenla, valoren
sus pros y contras, sus costes y beneficios y déjense de grandonadas electorales. Los tiempos del despilfarro, entérense de
una vez, han pasado.
La autovía a La Espina llega
tarde, los culpables los sabemos, pero tiene que llegar ya.
La Autovía de Oviedo-La Espina, bla, bla, bla by Santiago Pérez Fernández is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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