La fotografía de la cena del Rey
Emérito – joder como suena esto – el presidente Rajoy y los presidentes
González, Zapatero y Aznar es toda una declaración de principios. Cenaron en
Casa Lucio. Ya saben, ese restaurante de Madrid donde se paga 55 euros por unos
huevos fritos. Cobrando ese precio los muy cabrones van y te los rompen sobre
la cama de patatas fritas. ¡Eso lo quiero hacer yo!
Por favor, fíjense en ella.
Al fondo, el rey abdicado con una cara de alegría que no
se tiene. Se le nota encantado. Bueno, la verdad es que su Corinna quedó
enfadada por no poder acompañarle. ¡Le va a salir caro al Borbón!
Un inciso. ¿Esto con la Ley Mordaza será constitutivo de delito?
Me refrenaré por si las moscas.
Continuemos con la foto. A la
izquierda la derecha; a la derecha los … ahhhh, sí, los que se dicen de … Ya lo
ven ustedes.
Rajoy, con la mano izquierda
extendida, cual torero ofreciendo la faena al respetable, se dirige a González
quien, desde su postura encogida, está dispuesto a levantar la testud y
acometer al presidente ejerciente y doliente. La aparente tranquilidad de
González, viejo perro con muchas batallas a cuestas, seguro que despistó al
comentarista deportivo, perdón, al presidente y le acarreó más de una cornada.
Rajoy y González están en pose
hombres de Estado. Ajenos a lo que les rodea en esos momentos están trazando el
futuro del hogar patrio. La seriedad de ambos personajes denota esa pulsión
gobernante. Lo confirma la cara de don Juan Carlos, quien además de aburrirse
como una ostra no se quita de la cabeza a Corinna. ¡Pobre hombre!
En el primer plano, a la
izquierda – que ironía – Aznar. Su mirada a la cámara, con sonrisa de
suficiencia, denota que no tiene ningún interés por lo que se dice a su lado.
¡A él le van a decir esos dos niñatos de Mariano y Felipe como se gobierna un
país!
Bambi, perdón, perdón, Rodríguez
Zapatero más atento a la cámara – como siempre – que a lo que tiene sustancia.
Su placida sonrisa, complaciente con él mismo, denota el estado de ataraxia
permanente en que se encuentra.
Ambos, Aznar y bam..Zapatero, no
se miran ni de reojo. No les hace falta, ellos ya están en otra cosa.
La colocación en la mesa es muy
significativa.
Rajoy, para eso es el mandamás –
eso sabe que no es cierto – cerca el rey que abdicó sin tener ni puñetera gana.
A la izquierda del otrora rey, que es nuestra derecha, el gurú del Partido
Socialista. Lo más lejos posible de Felipe, el primero por la izquierda – el
primero por la derecha siempre – Aznar. ¿Se mirarían en toda la noche? ¿Se
dirigirían la palabra? Me da a mí que no.
Corinna, Corinna, Corinna.
Ni los
huevos fritos rotos que tanto gustan al Borbón le pudieron apartar de su pena.
Corinna, Corinna, Corinna.
Les gustó la cena: jamón de
Jabugo, pan con tomate y langostinos, huevos estrellados y luego un pescado.
Eso sí, el vino era de la casa. Fruta – muy sana – y café.
La cena la pagó Rajoy. Ya saben,
ustedes y yo.
¿Saben quién fue el último en
llegar? El Rey Emérito.
Corinna, Corinna, Corinna.
Estos cinco personajes, perdón, este Rey Emérito, nuestro presidente y los tres ex presidentes son los culpables de que a nuestra democracia le falten muchos hervores.
La fotografía exuda poder. Un
poder marchito que intentan perpetuar al precio que sea. Son España. Son
nuestra democracia. Son…
Joder, sí. También son los
responsables de la situación en la que nos encontramos. Los cinco. No uno, ni
otro, ni el de acá o el de más allá, todos y cada uno de ellos. Son los
responsables del desaguisado económico y social.
Estuvieron encantados, seguro. Me
alegro por ellos.
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