Leyendo,
o escuchando, a personas doctas o a cargos electos públicos acerca de las
recetas económicas para el suroccidente asturiano me sorprenden. Las he oído
tantas veces, a lo largo de los años, que me parece increíble que aún sigan con
ese discurso trasnochado, sobre todo por lo que significa de incumplimientos y
falta de originalidad.
Sabemos
que estamos a la cola del desarrollo asturiano y que tenemos la población más
envejecida. Lo padecemos desde hace años y nadie ha contribuido a modificar
esta realidad que nos está reduciendo a la nada.
Eso
de fomentar los recursos relacionados con la naturaleza, aquello de la
promoción turística, lo otro de fortalecer los productos de calidad reconocidos
o lo tan manido de aprovechar los recursos forestales, me suena a recochineo. Y
ya no les cuento si me mentan lo de mejorar las comunicaciones.
Estoy,
como lo diré sin que suene fuerte, estoy cansado de esas cantinelas. Llevo
treinta años oyendo el mismo discurso y el suroccidente sigue con los mismos
problemas ¡qué digo! con más problemas de empleo, con menos población y más
envejecida.
¡Ya
les vale!
El
suroccidente es una comarca marginal, tanto en lo geográfico como en las
medidas de desarrollo promovidas para incentivar su economía. Durante años, es
que todo tenemos que medirlo en años, nos han dicho que éramos la comarca que
más inversiones recibíamos per cápita, se les olvidaba decir que también
éramos, y seguimos siendo, los que más inversiones necesitamos dado el abandono
público histórico.
Siempre
nos cuentan la misma historia: que si la inversión del hospital comarcal, el
corredor del Narcea y otras carreteras o, últimamente, el túnel de Rañadoiro –
y aquí aprovechan para colar lo de del ostracismo y la incomunicación -.
¡Y
se quedan encantados!
El
hospital comarcal Carmen y Severo Ochoa se inauguró en 1986, el
acondicionamiento del corredor del Narcea fue inaugurado por el Presidente
Pedro de Silva allá por 1990, creo recordar. No me olvido del Parado de Corias,
de hace cuatro días. De ahí en adelante ya hemos visto.
Los
montes siguen sin ser ese revulsivo económico; el turismo da para lo que da;
las concentraciones parcelarias empezaron cuando ya no quedaba gente en los
pueblos; los polígonos industriales se ocupan no por la promoción pública sino
por el empuje empresarial privado; la autovía de Oviedo-La Espina sigue sin
concluirse y aún le quedan, en el mejor de los casos, entre cuatro y seis años
para su conclusión. ¿Sigo?
¡Ah!
Un detallito. La gran obra que iba a ser el dinamizador económico de la comarca
se hizo en La Morgal, con su museo y todo.
Y
no hablo de que tenga que ser la administración la que cree empleo, no. Los
servicios públicos básicos son deficientes y escasos. La administración
incumplió, en tiempo y forma, en cosas tan básicas para el desarrollo como son
las comunicaciones.
Los
ayuntamientos, por su parte, han pensado y fomentado lo local en detrimento de
servicios comarcales.
Les
voy a poner un ejemplo de la poca consideración que nos tienen. Hace muy pocas
fechas, hasta este octubre pasado, la fibra óptica no había llegado al polígono
industrial de La Curiscada en Tineo.
Hablando
de La Curiscada, las administraciones se enteraron de que se iban asentar una
empresa de biomasa y otra de pellets cuando les solicitaron las subvenciones y
los permisos – y lo digo con recochineo -. Las empresas ubicadas en ese
polígono son fruto de la iniciativa privada, no de un diseño empresarial
planificado.
¿De
verdad me quieren hablar de apoyo al desarrollo del suroccidente?
Recetas económicas para el suroccidente asturiano by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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