21 abr 2022

El trampantojo de la autovía La Espina-Ponferrada  

 


  La autovía La Espina-Ponferrada es una vieja historia que no parece conducir a ningún sitio. Los políticos recurren a ella como si fuera un mantra para utilizar en momentos de descontento social en el suroccidente asturiano. Hagamos un repaso de esa historia que parece de ficción.
  Allá por 2005, José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió a realizar esa vía de comunicación y desde ese año todo han sido reveses.
  El 27 de febrero de 2007, el eurodiputado socialista Antonio Masip, en una reunión con representantes de la Mancomunidad Comarca Vaqueira en el Parlamento Europeo, pidió la  construcción de esa autovía.
  Por su parte, en Asturias empezaron a darse los primeros pasos.
  El 5 de febrero de 2007 salió a información pública, en el BOPA (Boletín Oficial del Principado de Asturias) de ese día, el estudio informativo del trazado y el estudio de impacto ambiental. Los trámites administrativos continuaron y así el 18 de junio de 2007, la Comisión de Asuntos Medio Ambientales informó la aprobación de las alternativas de los tramos entre La Espina y Cangas del Narcea. El 2 de julio de 2007 se formuló la Declaración de Impacto Ambiental.
  No acabaron aquí. El 10 de agosto de 2007 el consejero de Infraestructuras, Política Territorial y Vivienda, Francisco González Buendía, aprobó el estudio informativo del tramo La Espina-Cangas del Narcea, con características de autovía.
  El Consejo de Gobierno asturiano aprobó, el 24 de octubre de 2007, la contratación de la asistencia técnica para redactar el proyecto de la vía entre La Espina y Ponferrada en su primer tramo, el que va desde La Espina a Tineo.
  Partían de la idea de acometer, en primer lugar, las obras hasta Cangas del Narcea por autovía. Eso supondría que Allande también se beneficiaría de esta solución y así se cumpliría el objetivo del Plan de Carreteras de Asturias en el que se planteaba que ningún ciudadano estuviese a más de treinta minutos de una vía de alta capacidad. Catorce años después esa premisa no se cumple en el suroccidente.
  Se dieron algunos detalles de la obra a ejecutar. Habría un primer tramo entre La Espina y Tineo con un presupuesto estimado en 75 000 000 de euros con una longitud de        11 997 metros. Contaría con 1140 metros de viaductos.
  El segundo tramo, partiendo de El Rodical, discurriría por el valle del río Gera. Cruzaría al valle del Nisón, discurriría por la ladera izquierda del valle a gran altura y entraría en un túnel bajo el pico Santa Ana, de la Sierra de Santa Isabel, para llegar al noroeste de Cangas del Narcea, más abajo del Monasterio de Corias.
  Este segundo tramo tenía un presupuesto estimado de 400 000 000 de euros, para una longitud de 26 958 metros. Tendría 2760 metros de viaductos y 5110 metros en túneles o falsos túneles. El gobierno asturiano estimó en aquel momento que el coste de la vía ascendería a unos 700 millones de euros.
  Esa cantidad hoy habría que duplicarla cuando menos.
  El 11 de diciembre de 2007, la Consejería de Infraestructuras, Política Territorial y Vivienda publicó en el BOPA la licitación del contrato de asistencia técnica para la redacción del proyecto de construcción del tramo La Espina-Tineo. El número de expediente era: AT/07/110-392 CA. El presupuesto base de licitación fue de un millón trescientos cuatro mil cuatrocientos setenta y ocho euros (1 304 478 €) IVA incluido.
  En marzo de 2009 intentaron incluirla en la Red Transeuropea de Transporte y que el Ministerio de Fomento la incluyera en el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT). No fue posible, la Unión Europea no aceptó. No fue la única intentona.
  La llegada al Gobierno de Mariano Rajoy no supuso ningún avance. La ministra de Fomento Ana Pastor rechazó su construcción por dos razones: su elevado impacto ambiental y el escaso tráfico. El 18 de diciembre de 2012 los eurodiputados populares, a instancias de Fomento, no apoyaron la moción del PSOE en Bruselas para que la Unión Europea considerase prioritaria la obra y se incluyese en la Red Transeuropea de Transportes dentro de la programación que va hasta 2030.
  Aquellas ideas de la interconexión interautonómica y la cohesión territorial parecen aparcadas, aunque de vez en cuando el político de turno se refiera a esta vía de comunicación, más que nada para intentar apaciguar al personal. No lo consiguen, evidentemente. Ahí tenemos los últimos intentos de Juan Cofiño, Vicepresidente del Consejo de Gobierno de Asturias, o de Alejandro Calvo, Consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial.
  Se les llenaba la boca hablando de unir dos comarcas periféricas de tradición minera como El Bierzo y el suroccidente asturiano. Ya puestos a alabar las bondades de esta infraestructura nos alegraban el oído diciendo que estas comarcas se acercarían al litoral y al sistema portuario cantábrico y con ello se potenciaría el desarrollo.
  Todavía me emociono al escribirlo. ¡Qué bonito! Luego veo la realidad y de todo lo dicho anteriormente no hay nada de nada.
  No tienen ni idea de cuando finalizarán las obras de la autovía Oviedo-La Espina así que imaginen el recorrido que tendrá esta de La Espina-Ponferrada. El coste estimado, en 2007, para los tramos de La Espina a Cangas del Narcea era de 475 000 000  euros. Hoy ese presupuesto se quedaría corto. El presupuesto total sería descomunal. ¿De verdad van invertir ese dineral? Creo que sabemos la respuesta.
  Harían bien en ser más prudentes y en afanarse a que las obras en marcha finalicen de una vez por todas.
  De momento, la autovía La Espina-Ponferrada es un trampantojo.

 

 

                                                                                    

 

 

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