¿Lo diré? Lo digo y perdón por el
topicazo. En el incomparable marco del Museo Evaristo Valle pueden visitar,
hasta el 19 de junio, la exposición Vacuo,
del artista joyero tinetense Lucas Santiago.
Nada más entrar en la sala te enfrentas
a unas fotografías. Dudas. ¿Y esto? Quienes conocemos la obra de Lucas le damos
un voto de confianza, sabemos que nos va a sorprender. Hay que resistir la
tentación de saltárselas. Son el aperitivo de lo que vendrá después.
En esas fotografías se muestra el
abandono y deterioro del mundo rural. Llama la atención, al menos a mí me la
llamó, la textura. Más tarde supe que el soporte es papel de bambú. Están
realizadas por el propio Lucas y por su hijo Agustín.
Agustín Santiago reconoce la
exigencia de su padre en el trabajo. Afirma que Vacuo es su obra más crítica, representa lo que más le duele, el abandono
de los pueblos y por ello es la qué creó con más corazón. A pesar de esto su
padre es optimista y espera que se pueda frenar el despropósito del maltrato
que recibe el mundo rural.
La sala tiene una luz atenuada,
crepuscular.
Dejando atrás las fotografías
llega la sorpresa. Frenazo en seco. No me lo esperaba. De un golpe de vista
contemplo la exposición. Ahora ya tienen sentido las fotos, la luz. No son
piezas colgadas en la pared, van enmarcadas, encuadradas en mesitas. Sí, han
leído bien, mesitas de nuestros abuelos, desvencijadas, que nos traen a la
memoria muchos recuerdos a los que ya vamos entrados en años. Esas mesitas en
las que se ponía el despertador, cuando los había, y en el cajón algunos
papeles y cosas menudas. La parte baja podía acoger la bacinilla.
Las piezas llevan un breve texto
que las pone en contexto. Cuando llegas al final comprendes el sentido que
quiso darle el joyero y ves que forman un bloque, un todo. Es una exposición
con un enorme compromiso ético y político, que no partidista.
Luis García Martínez, director de
departamento de Arte y Exposiciones del Instituto Leonés de Cultura, considera
que Vacuo traspasa el concepto de
joyas y se acerca al terreno de la instalación. Considera Luis García que la
composición ideada por Lucas Santiago genera una gran escenografía que recuerda
a un friso griego que con la iluminación logra un efecto teatralizado.
En esta ocasión el artista joyero
incorpora, más que nunca, materiales inservibles que incorpora como elementos
estructurales de la joya. La plata, material que utiliza habitualmente, es un
elemento más la pieza. Con la recuperación de esos objetos sin valor crematístico,
y tras pasar por sus manos, adquieren nueva vida y perpetúan la memoria de sus
antiguos propietarios desde una perspectiva crítica. La «pobreza» de los materiales
queda relegada ante la fuerza expresiva que les confiere Lucas Santiago. Con
convicción afirma que el valor está en los pueblos y las joyas en los museos.
No se pierdan Vacuo, aprovechen para visitar el Museo Evaristo Valle y dar un
relajante paseo por su magnífico jardín. Ya tienen plan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario