28 jul 2022

Planes para el occidente asturiano que no van allá de una noticia periodística


  La proliferación de noticias sobre inversiones en el occidente se han incrementado de forma notable. Hablan de millones de euros y de reactivación económica que no vemos por ningún lado. Y no se trata de que sean planes que todavía no se han ejecutado, es que cuando se lleven a la práctica no generarán empleo estable por lo que su eficacia se podrá medir a escala estadística pero sin repercusión en la población.
  La última noticia que leí hacía referencia a los fondos Next Generation destinados a financiar el plan de Recuperación, Transformación y Resilencia del Gobierno de España, con un monto de 86 millones de euros, de los cuales 73,6 se destinarán a rehabilitar las zonas degradadas por la minería del carbón. Así se restaurarán los destrozos realizados en Cerredo, Buseiro y Tormaleo, por empresas privadas que en teoría tenían que haberse encargado ellas de las obras de reacondicionamiento.
  Se destinarán algo más de setecientos mil euros para que mujeres del occidente y desempleadas se formen en capacidades digitales, emprendimiento y desarrollo rural. Vamos, lo de siempre. Casi trescientos mil euros para itinerarios orientados a la inserción laboral. Un millón para renovar el equipo de tomografía axial y algo más de seis millones para planes Territoriales de Sostenibilidad Turística. Y alguna cosa más en la que no se especifican cantidad alguna.
  Como comprenderán unos pocos puestos mientras se realizan los trabajos y luego nada de nada. Pan para hoy, hambre para mañana.
  En resumen, gasto corriente para cuestiones que había que hacer sí o sí. Suena a broma de mal gusto y a tomadura de pelo.
  El Gobierno de España ha remitido una carta al presidente de Asturias – bueno, a todos los presidentes - para que participe en la elaboración de la adenda al Plan de Recuperación. Para que nadie se lleve a engaños, las inversiones deberán reforzar la autonomía estratégica de España en cuanto a la seguridad energética, agroalimentaria, tecnológica y digital. Lo demás va a ser papel mojado.
  Cuando se habla de inversiones en el occidente es todo así. Con ellas no se estabiliza población ni mejora la economía de la comarca y mucho menos se crea empleo estable que de confianza a la población.
  Revisando noticias de hace un tiempo me tope con una que tenía olvidada. Es una publicada el 12 de diciembre de 2021. El titular de La Nueva España decía: «Un gran tubo de 122 kilómetros dará de beber al Oriente de Asturias desde Tineo». En su momento la leí, pero se me fue.
  El coste de la obra ascenderá a 190 millones de euros, eso a día de hoy, luego se duplicará o triplicará.
  Según Juan Cofiño, vicepresidente asturiano, la ejecución se iniciará en 2022. Con este plan pretenden paliar las deficiencias de agua que tiene el oriente de Asturias. No me extraña que les falte agua, sobre todo en verano. El incremento de la población en la época estival produce esos desajustes. Es lo que tiene el turismo desbocado y de masas.
  El agua se captará en el embalse de Soto de la Barca (Tinéu) y la llevarán hasta la estación potabilizadora de La Ablaneda (Corvera) y desde allí al oriente. En su caso servirá también para abastecer el centro de Asturias.
  Una vez más, el suroccidente se convierte en suministrador de materias primas. En la noticia no se habla para nada de posibles compensaciones. Esa agua va a tener un coste para los consumidores, cuyo beneficio va a ir a manos privadas ya que el suministro de agua está privatizado en la mayoría de los concejos. No parece importar que un bien estratégico de primera necesidad, tan escaso y lo va a ser mucho más, esté en manos privadas. Las concesiones suelen ser a largo plazo.
  Todas las noticias que nos llegan van por el mismo camino, el occidente, y sobre todo el suroccidente, quedan reducidos a unos territorios donde exprimir los recursos minerales, hídricos y eólicos. Para mantener esas infraestructuras no hace falta mucho personal, pero eso sí, a las empresas explotadoras les dará unos magníficos beneficios.
  Con todos los planes que nos han dicho que van a realizar no salimos del atolladero. El tiempo pasa muy rápido, seguimos perdiendo población, el saldo vegetativo es negativo, y la creación de puestos de trabajo es mínima y no compensan ni de lejos los perdidos. El occidente asturiano, de seguir así, está abocado a una despoblación brutal.

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