Tras una docena de títulos como
protagonista el comisario Jean-Baptiste Adamsberg es de sobra conocido, él y su
equipo. El último caso que protagoniza el personaje de Fred Vargas es Cuando sale la reclusa, traducido por
Anne-Hélène Suárez Girard. Frédérique Audoin-Rouzeau, verdadero nombre de Fred
Vargas, es arqueóloga e historiadora de formación y se le nota.
Es un libro entretenido que
te lo lees de un tirón. Fred Vargas sabe enganchar al lector.
Los seguidores de Adamsberg ya
conocen las peculiaridades de este intuitivo detective que lleva en su muñeca dos
relojes que no funcionan. No menos singular es su equipo. Cuenta con un
informático hipersomniaco (excesiva somnolencia), un disléxico, una “diosa polivalente”,
una enciclopedia andante y no son los únicos. Pululan también por la novela el
viejo Lucio y Bola, el gato más comodón que existe.
Adamsberg es el centro y él que cohesiona
la brigada. En esta ocasión el grupo sufrirá tensiones internas y las reclusas
pondrán a prueba las fidelidades. El comisario lo pasará mal. Tendrá que hacer
frente a temores que lleva mucho tiempo reprimiendo y a decisiones dolorosas.
Ya me adelanté.
Vuelvo al principio. A Adamsberg
le fastidiaron las vacaciones en Islandia por un caso de asesinato, vía
atropello, que soluciona en un pispás. No puede ser, ¿ya se acabó? Pues no.
Una vez más el instinto del
comisario le lleva a ver algo raro, de forma casual, donde los demás no ven
nada. Presente, pasado e historia se entremezclan. La capacidad de asociación
de Adamsberg hará posible el encaje de las piezas. El pasado del comisario y el
caso se entremezclan. Me parece que aquí cargó un poco las tintas Fred Vargas.
Demasiada coincidencia.
A mitad de la novela ya está
claro quién es el culpable. No hace falta ser un gran detective. Pero aún queda mucha
historia por delante. Las investigaciones se van complicando y las respuestas
también. Los muertos están pagando sus culpas. Tras ellos se esconde un secreto
terrible.
Oigan, lean el libro y averiguarán cuál es esa terrible historia y conocerán algo sobre las reclusas, si no lo saben, e
incluso podrán aprender un poquito sobre excavaciones arqueológicas, si no lo
conocen.
Se lee bien y entretiene. No se
puede pedir más, bueno sí qué se puede. Lo encontrarán en su biblioteca pública o librería preferida.
Cuando sale la reclusa se topa con Adamsberg by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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