Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (17/01/2012)
La cultura asturiana, quien lo
iba a decir, ha sobrepasado nuestras fronteras. En pocas ocasiones nuestras
cosas son motivo de noticia, pues bien, últimamente somos tema de minutos
televisivos, páginas de diarios nacionales e incluso internacionales. Ahí es
nada. Y todo ello gracias a eso, que no se sabe muy bien para qué sirve, que es
la cultura.
No, no me mal interpreten. No es
por que nuestros artistas, sean del ramo que sean, hayan descollado, no. El
motivo es más de índole… como diría… ¿de quítate tú para ponerme yo? ¿Político?
Más bien ambos juntos y revueltos.
La última ocasión de hablar de la
cultura asturiensis ha sido el cese
de José Luis Cienfuegos, director desde 1995 del Festival de Cine de Gijón.
¿Motivo? Nadie lo sabe. No se habla de mala gestión, ni económica, de público o
artística. ¿Entonces, qué es lo que pasó? Pues ni idea, oigan. El festival, de
carácter internacional, hay quienes lo equiparan al de Sundance, tiene
reconocimiento y cuenta con un presupuesto de 850.000 €. El nuevo director
piensa reducirlo en 30 o 40 mil euros. No parece que esta sea la razón. La
parte artística ya está comentada: reconocimiento internacional y prestigio.
Falla el público, claro, ahí está. Pues no. La última edición contó con más de
70.000 visitantes.
Ya se. Ahora caigo. Al festival
de Gijón le falta la alfombra roja, que no se si cambiarán por una azul, y las
estrellas cinematográficas. ¡Ah! y para rematar más de lo nuestro, sí home, sí, de asturianía.
Bueno, es otra forma de ver las
cosas. Habrá que darle tiempo al tiempo y ya veremos en que para. Suerte a
Nacho Carballo, el nuevo dire.
Otro de los temas que ha
suscitado la curiosidad allende nuestros lindes ha sido el del Niemeyer,
perdón, que ya no se llama así, ahora es Centro Cultural Internacional Avilés.
Pues en este caso la verdad es que tampoco sabemos lo que pasó. Según nos
cuentan desde el gobierno asturiano las cuentas no estaban claras. Replican
desde el ayuntamiento avilesino y la Fundación Niemeyer diciendo que no es
verdad. La cosa debe andar ya por los juzgados o cerca. Más adelante veremos.
Lo que sabemos es que algo sí se perdió: ya no se llama Niemeyer.
Lo de la Semana Negra también dio
mucho juego. Ni los dineros ni la organización gustaban a los nuevos ediles gijoneses.
¿Eso es cultura? ¿Un batiburrillo donde se entremezclan libros, escritores,
librerías, atracciones de feria, manteros, bocadillos? De eso nada. No puede
ser cultura.
No se preocupen, que la alcaldesa
ya dijo que le gustaban los toros y la feria gijonesa cubrirá cualquier tipo de
laguna seudocultural.
De lo que todavía no se habló
demasiado es de la Laboral. Dado como van las cosas y los plazos, me imagino
que no le faltará demasiado. Aunque creo que ganaron muchos puntos con la
contratación de José Luis Moreno y eso puede servirles como acto de contrición.
Otra cuestión cultural que trae
cola es la de la TPA. No se puede negar que la televisión es cultura, otra cosa
es que haya programas inclasificables que tienen millones de televidentes.
No me creo que vayan a cerrarla.
¿Algún político en ejercicio cerraría esa perita en dulce? Ninguno. Otra cosa
es que quieran cambiarla de manos y privatizarla, eso es otro cantar. Mientras
dirimen esas cuestiones los políticos, a los profesionales de la TPA los están
despidiendo.
Ven, la cultura da para mucho. No
puede ser de otra manera. Desde hace tiempo la cultura se asocia a espectáculos
de masas y negocios. Lo cual no deja de estar bien.
Una parte de los problemas
actuales provienen de que se ha querido vestir a esa cultura-espectáculo con
una enorme y costosa infraestructura. Ahora son otros los que quieren
organizar, mediatizar y contratar. Hay mucho dinero en juego, mucho lucimiento
y si al mismo tiempo hay algo de
cultura, mejor que mejor.
La cultura asturiana en portada por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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