Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (24/04/2012)
Lo intento, de verdad, créanme,
una semana y otra lo intento. Hago verdaderos esfuerzos por no caer en sus
redes, pero es imposible. Lees un periódico, ves la televisión o escuchas la
radio y ahí está. No hay forma. La crisis y las recetas mágicas nos aturullan.
Esto no es de ahora, no. Hace ya
varios años que llevamos padeciendo esta historia. La cosa fue poco a poco
engordando y cuando quisimos darnos cuenta estábamos inmersos en una crisis
galopante. Tanto galopó que se desbocó del todo. En esos momentos pensamos que todo era culpa de uno: de
Zapatero. ¿Tuvo responsabilidades en todo este lío? Pues sí. Muchas, pero
también los que estuvieron a su alrededor.
Pero no nos equivoquemos, fueron
responsables de no enfrentarse a la realidad, de seguidismo y de no sé cuantas
cosas más, cierto. ¿Nos engañaron? La respuesta es sí. ¿Y ahora? La verdad es que ahora pienso que nos engañamos nosotros
mismos.
Yo con el Partido Popular no
tengo ninguna afinidad. Puedo coincidir, al igual que lo hago con Izquierda
Unida, en algunas cosas pero no soy de su cuerda. Nunca he esperado nada de
ellos y por lo tanto no me han desilusionado. Sus decisiones, sencillamente, se
ajustan a lo que han preconizado a lo largo de su existencia.
El PP es un partido liberal en lo
económico y muy de derechas en todo lo demás. Les gusta controlar todos los
resortes sociales y con respecto a las libertades apoyan las suyas: su libertad
de enseñanza, su libertad de expresión, su libertad de religión, etc. etc.
Siempre la suya. Todas aquellas
que no comparten, cuando llegan al poder las cercenan. Ahí están temas como la Educación
para la Ciudadanía, el aborto, la eutanasia, las relaciones con la Iglesia
Católica o la violencia de género. Esto ya estaba sabido.
Ahora la cuestión es otra. Ya no
es que el Partido Popular haya entrado a saco en lo público, no, eso tampoco
es. No es ninguna novedad que renieguen de los servicios públicos. Para ellos
lo privado siempre ha sido lo ideal. No importa si luego tenemos dinero o no para acceder a ellos, eso no importó
nunca. Bueno, nunca les importó a los que lo tenían para pagarlo, que a su vez
son los que escriben el ideario del PP.
A mí lo que me molesta de esta
gente es que ahora nos han engañado a todos a lo bestia. Que lo hagan conmigo
cómo que no me importa demasiado, pero ¿con los suyos? Eso es mucho.
Estas gentes del centro derecha
español juraron y perjuraron muchas cosas que han incumplido. Veamos algunas.
De la reforma laboral no voy a hablar. Esa venía sobrevenida con su triunfo
electoral. El tema de la subida de impuestos, cómo que ya no concuerda con sus
dichos y promesas. Tampoco ha venido a cuento el seguir incrementando los
precios de muchos productos o perdonar impuestos a los más ricachos. Estas cosas no han gustado a sus votantes. Sí escuchamos
a los pensionistas pues no están muy contentos, no señor. Y ahora, con lo de
los medicamentos, están encantados. En caso de dudas, pregúntenles.
Y la educación, ¿qué me dicen de
ella? Estoy seguro que muchos de los fieles populares están dando saltos de
alegría con el incremento de las tasas universitarias, el recorte en profesores
y el aumento de alumnos en las aulas. Faltaría más. Una gran parte de ellos
seguro que pueden pagarse los colegios concertados o privados y luego las
matriculas universitarias. Seguro, no me cabe duda ¿y a ustedes? Para rematar,
pueden acabar con las becas y ya verán como ahorramos un piquito por ese lado.
Lo fastidiado de estas gentes,
digámoslo en plata: lo jodido del PP, es que han renunciado a lo que defendían
en la oposición y criticaban a Zapatero y compañía. Ya les hemos visto el
plumero y la conclusión a la que he
llegado es que ellos no son mejores. Al contrario, están haciendo buenos a los
otros.
Como algunos ciudadanos dicen:
ellos ganaron las elecciones y ahora deciden. Pues ahí lo tenemos. Con nuestro
pan nos lo comamos.
Engañados por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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