La verdad es que el título que he
puesto no se ajusta a la realidad de Muerte
con pingüino. La novela no trata de la triste historia de un hombre, o no
solo, más bien es la triste historia de un país, Ucrania, y de un pingüino
desarraigado que observa y quién sabe si comprende lo que pasa a su alrededor.
Pues tampoco es eso. Muerte con pingüino es la crónica de la
soledad.
No, eso tampoco es. Muerte con pingüino es la descripción
de la derrota de un hombre que no se enfrenta a la vida. Es la anécdota absurda
de una sociedad sumergida en un pozo del que nadie sabe como salir.
Que no, no es eso. Muerte con pingüino es… lo que quiera
cada lector.
El autor es el ucraniano Andrei
Kurkov (San Petesburgo, 1961). Se publicó en España en enero de 2018 en Blackie
Books, no sé si existen ediciones anteriores, aunque es de 1996. La traducción
es de Mario Grande y Mercedes Fernández (Ataliere).
A Kurkov le costó trabajo
conseguir que se lo publicaran. Recibió 600 rechazos. Eso es perseverancia. Su
carrera literaria despegó a los 37 años, según cuentan. Fue guardián en la
cárcel de Odessa durante el servicio militar. Políglota – habla ruso, inglés,
francés, italiano, japonés, ucraniano y alemán – habilidad que le sirvió para
trabajar como traductor de japonés para la KGB.
Muerte con pingüino es, entre otras cosas, la historia del escritor
Viktor Alekseyevich Zolotaryov. Otra
vez, no es eso. Viktor no es escritor, quisiera serlo pero solo escribe relatos
cortos. Es incapaz de escribir un libro. Le aterra la idea. Un día el redactor
jefe de un periódico le ofrece un trabajo para escribir necrológicas - estelas,
así las llaman -pero con una peculiaridad: las estelas que escribe son sobre
personas aún vivas y a su muerte se publicarán. Pero… no cuento más.
Viktor tiene por compañero un
pingüino, Misha. ¿Y qué pinta en toda la historia un pingüino? Pues… tendrán
que leer el libro.
Una docena de personajes
entretejen la novela. Las relaciones entre ellos son, cuando menos, atípicas.
Se encuentran y desaparecen sin dejar casi huella. Son vidas solitarias, tristes
y sin esperanza. Todo es frío.
La corrupción política ucraniana,
llevada a su extremo con la eliminación de los disidentes, es el leitmotiv de la novela. Desde el absurdo
y la comicidad se despacha Andrei Kurkov.
No sé que pensará Kurkov del
intento de acuerdo entre la Unión Europea y Ucrania en 2012 ni de las
manifestaciones europeístas y nacionalistas de finales de 2013 y principios de
2014 – denominadas Euromaidán – ni tampoco de la destitución de Yanukóvich o la
anexión de Crimea por parte de Rusia. Seguro que todo ese monumental lío le da
para toda una saga.
El final me parece flojo y me
sorprendió ese bajón. De todas formas me lo pasé bien.
Intriga, muerte, soledad,
tristeza, poderes oscuros, manipulación, mafia, asesinatos, humor absurdo… y un
pingüino. Estos son los ingredientes de Muerte
con pingüino.
Sí se pasan por su biblioteca
pública o librería preferida lo pueden encontrar.
La triste historia de un hombre en Muerte con pingüino by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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