Publicado en La Nueva España el 15 de julio de 2019
El anterior párroco decidió
desbarajustarlo sin consultar con nadie, el actual no lo abre y tampoco pide
ayuda. No les importa, a mi sí.
Según he podido saber, bastantes
peregrinos se quejan de la imposibilidad de acceder al museo y a la propia
iglesia por estar cerrada. Vuelvo a repetir que el argumento será la falta de
personal. Pues bien, pero no se hace nada para solucionarlo.
No es solamente una cuestión
religiosa, también lo es cultural. El museo, que ya no es tal, alberga tallas
que van del siglo XII al XX, además de piezas de orfebrería, algunas de los
siglos XVII y XVIII, así como vestimentas y libros religiosos.
Se trata de un patrimonio que
pertenece a los tinetenses. La Iglesia es su depositaria pero todas y cada una
de las tallas han sido realizadas gracias a las contribuciones de los vecinos a
lo largo de la historia. Es más, este museo hoy desparecido y cerrado, fue
creado con fondos públicos, como ya comenté en un artículo publicado en La
Nueva España el 12 de septiembre de 2018.
Ya Alfonso IX decretó que Tineo
fuese paso obligado desde San Salvador de Oviedo a Santiago. En la actualidad,
y sin mandato real, por voluntad propia, son muchos los peregrinos que
atraviesan el concejo. Sería importante que estos visitantes pudiesen apreciar
esa parte de nuestro patrimonio artístico.
Según me informó Laureano Víctor
García, presidente de la Asociación Astur Galaica del Interior, el año pasado
pernoctaron unos 18000 peregrinos en Tineo. Cifra importante que se incrementa
año a año. Con la debida promoción y atención una parte de esos peregrinos
visitarían el museo por un módico precio, que tal vez fuese suficiente para
pagar a un guía por unas hora al día. ¿Es tan difícil? Al parecer sí puesto que
no se hace nada.
El ayuntamiento tinetense debería
estar sobre el asunto y preocuparse por todo lo que sucede en torno al Camino
de Santiago. No es que sea la solución a nuestros males, pero en los últimos
tiempos se están poniendo en marcha negocios destinados a cubrir las
necesidades de estos visitantes. Eso se merece mucho respeto y dedicación.
Recuperen el museo, ofrezcan un
horario razonable y así tendremos un aliciente más que mostrar a esos
peregrinos a los que mueve la religión, la cultura o sencillamente el ocio.
Las decisiones que se han tomado
respecto a este museo han ido de mal en peor, y ese es un lujo que no nos
podemos permitir. No se trata de crear un nuevo espacio, ya lo teníamos. No se
trata de captar visitantes, los tenemos. ¿Qué falta? Un poco de iniciativa y
aprecio por la cultura.
El Museo de Arte Sacro de Tineo se perdió en el Camino by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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