21 may 2020

Los carajales del Gobierno

  No aprenden. Las prórrogas pasan y en cada una pierden apoyos. No hay excusas, la culpa la tienen ellos, el Gobierno. Sí, el gobierno de PSOE y Unidas Podemos. Otra cosa es la actuación del PP y la extrema derecha. Son impresentables, mentirosos, bronquistas y matones, pero con ellos no deberían contar para nada, desgraciadamente.

  ¿No se acuerdan de los votos, hoy por hoy, con qué cuentan en el Congreso? Lo están fiando todo a la improvisación. Hoy contigo, mañana sin ti. ¡Así les va! Poco a poco se van produciendo desafecciones y el carajal cada vez es mayor.

  En situaciones cómo esta, de minoría parlamentaria, la claridad y transparencia son pilares fundamentales en los que se tienen que asentar las actuaciones gubernamentales para crear un clima de confianza. Pues nada de eso está sucediendo. Para ejemplo baste la intervención de Joan Baldoví, de Compromís, ayer en el Congreso.

 Cada desliz, cada incongruencia o metedura de pata del Gobierno da más gasolina a la derecha recalcitrante y esa extrema derecha cavernaria, al tiempo que irrita a sus posibles valedores. ¿Son incapaces a comprender esa perogrullada?

  La preocupación de la ciudadanía es comprensible. Por un lado tenemos a los voceras demagogos e intoxicadores y por otro a un Gobierno que pega unos bandazos monumentales.

  Es comprensible que el Gobierno tome decisiones cambiantes e incluso contradictorias de un día para otro. La situación muta de forma vertiginosa y nadie sabe cómo hacerle frente. Otra cosa bien distinta es que cómo se toman esas decisiones. Todos los partidos y prácticamente todos los presidentes autonómicos han puesto pegas a las formas en que se deciden las medidas a ejecutar. Bueno, casi todos los presidentes menos el de Asturias. Tampoco es raro, los presidentes asturianos siempre han hablado con la boca pequeña con Madrid.

  Cuando los diversos coinciden en la crítica ¿habrá algo de verdad? A partir de la segunda semana de confinamiento todo se empezó a liar. Lo de ayer en el Congreso, quinta prórroga del estado de alarma, fue esperpéntico. El Gobierno la sacó adelante por los pelos. Y luego pasó lo que pasó: tras la votación, Bildu hace público un acuerdo con el Gobierno para derogar la reforma laboral del PP. Armose la marimorena. Nadie estaba enterado, ni siquiera la vicepresidenta Nadia Calviño. A las doce menos cuarto de la noche, Ferraz matiza. El daño ya está hecho.

  Patronal, sindicatos, el resto de los partidos pusieron el grito en el cielo. Nadie se paró a pensar que eso iba a pasar. En un tema tan sensible para sindicatos y patronal ¿se les deja de lado para pactar con Bildu? De momento, el diálogo social ha saltado por los aires.

  O son tontos de capirote o no tienen ni idea de lo que se traen entre manos.

  El acuerdo lo firmaron Adriana Lastra (PSOE), Pablo Echenique (Unidas Podemos) y Mertxe Aizpurua (EH Bildu), con el beneplácito de Pedro Sánchez. El acuerdo contiene otro detallito que dice así: “Las entidades locales, forales y autonómicas dispondrán de mayor capacidad de gasto para políticas públicas destinadas a paliar los efectos sociales originados por la crisis del Covid-19. Para las Entidades Locales, estos gastos en políticas sociales serán exceptuados del cómputo de la regla de gasto. La capacidad de endeudamiento de la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra se establecerán exclusivamente en función de sus respectivas situaciones financieras”.

  Los presidentes autonómicos deben estar fumando en pipa.

  ¿Y saben lo bueno de todo esto? La abstención de Bildu no era necesaria.

  Por si todo esto fuera poco, el vicepresidente Pablo Iglesias sale a los medios de comunicación diciendo que: “En el acuerdo de Unidas Podemos con el PSOE para la legislatura, para la investidura y para el Gobierno de coalición, no se habla de derogación parcial, se habla de derogación de la reforma laboral. Eso es un acuerdo de gobierno de coalición. En el pacto que se firma ayer, que firman los máximos responsables de los tres grupos parlamentarios, ese es el acuerdo”.
  A este hombre se le olvida el puesto que tiene.

  Eso de la “geometría variable” para llegar a acuerdos le está saliendo muy cara al Gobierno. Lo dicho, no aprenden.

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Los carajales del Gobierno by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

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