Los seres humanos necesitamos
válvulas de escape. Nos hacemos ilusiones para salir de situaciones
complicadas, y eso está bien. En estos tiempos de enfermedad y muertes soñamos
con un mundo mejor, y eso no está mal.
Lo mismo sucede con los pueblos.
Se están muriendo y sus habitantes se agarran a un clavo ardiendo con el fin de
evitar lo que parece inevitable. Ese es el caso de Tineo.
Llevamos años depositando la
esperanza en una solución casi milagrosa que nos saque de la agonía del
despoblamiento y la falta de empleos. De vez en cuando surge alguna idea
brillante que, como todas las anteriores, queda en nada.
Hace años se habló de los
posibles usos del monasterio de Obona. Desde albergue de peregrinos y centro de
información a hotel, e incluso hubo quién propuso un centro de la madera. Se
mareó la perdiz para nada.
Otra iniciativa muy colorida fue
la de hacer un parque temático del oro en Navelgas, con el añadido de construir
un hotel en la antigua escuela hogar. Cuando la cosa perdió color se pensó en
rehabilitar la mina La Luarquesa, también en Navelgas. Hizo agua. Ni uno, ni lo
otro, ni lo de más allá. Quedó todo a prao.
Pero si hubo un proyecto estrella
ese fue el de la Ciudad del Motor de Tineo. Se anunció a bombo y platillo. El
presidente asturiano del momento, Tini Areces; el secretario de estado para el
Deporte, Jaime Lissavetzky; el director general de Deportes de Asturias, Daniel
Gutiérrez; el presidente de la Federación Española de Automovilismo, Carlos
Gracia; el presidente de la Federación Asturiana de Automovilismo, Porfirio
Iglesias junto al alcalde de Tineo, y hoy presidente de la Junta General del
Principado, todos juntos, nos la vendieron como se venden los crecepelos. Ya
saben cómo acabó. Alguien dijo: “la Ciudad del Motor de Tineo gripó”.
El sonido de los motores hace
hervir la sangre a muchos tinetenses y por pedir que no quede. Hubo quien
ofreció los terrenos de La Curiscada para que Tesla construyera su fábrica
europea ahí. Pues tampoco, oigan. Ya es mala suerte.
La última propuesta, por ahora,
es la de convertir los terrenos de la térmica de Soto de la Barca, aprovechando
algunas infraestructuras, en un complejo turístico e industrial. Bueno, una
cosa muy grandona. Eso sí, lo primero es negociar con Naturgy la cesión de los
terrenos. De momento, Naturgy plantea la instalación de dos parques eólicos en
las proximidades, una central hidráulica de bombeo y además propone un plan
para la recuperación fluvial del río Narcea. Eso supone una creación de empleo
ridícula. Por cierto, ¿no tiene la empresa la obligación de realizar la
recuperación medioambiental de la zona y el río?
Siento echar un jarro de agua
fría pero en parte una iniciativa parecida ya se hizo para otra térmica. El Diario de Teruel, el 11 de marzo de 2020,
recoge la noticia de que un grupo denominado Explorador de Proximidad y Trepadores
Cavernícolas (sic), lanzó la idea de convertir la central térmica de Andorra en
un parque temático de turismo activo. En fin, no hay nada nuevo bajo las nubes.
Miren, el proceso de
descarbonización y la transición energética le ha venido muy bien a Naturgy
para cerrar la térmica de Soto de la Barca. En principio, cualquier propuesta
para generar empleo tendrá que recurrir a fondos de la Unión Europea. La lucha
contra el cambio climático deberá ser el objetivo principal de esos proyectos. No
hay nada garantizado y además las iniciativas españolas tendrán que competir
con las de otras regiones europeas.
Comprendo las ganas de encontrar
soluciones pero dejémonos de grandonadas y háganse proyectos de futuro que no
pasen por algo tan inestable y precario como es el turismo.
Afortunadamente, me pueden caer
gorrazos, esas ideas no fructificaron. Los costes de su mantenimiento tendrían
que asumirlos el ayuntamiento de Tineo y eso le llevaría, casi seguro, a la
ruina. Tenemos ejemplos mucho más pequeños, aunque también sobredimensionados,
que nos salen carísimos: la piscina climatizada y la estación de autobuses. Dos
ejemplos de construcciones megalómanas que no se ajustan a las necesidades y la
realidad del concejo.
El desarrollo y potenciación del
polígono industrial de La Curiscada, con pequeñas y medianas empresas, es más
racional y a la larga más productivo. Por otro lado, esperemos que los
ganaderos tinetenses puedan seguir liderando la producción lechera y generando
riqueza.
Ilusiones todas pero a la hora de
idear proyectos tengamos la cabeza fría y el corazón caliente.
Ideas fallidas para Tineo by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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