Sí preguntamos todo el mundo lee, pero ¿es
cierto? Del Informe de Hábitos de lectura y compra de libros en España 2024,
de la Federación de Gremios de Editores de España, puede desprenderse la idea
de que sí lo somos, pues va a ser que al cocer la cosa mengua.
El porcentaje de población que dice leer en
su tiempo libre es del 65,5% y el porcentaje de lectores frecuentes del 51,2%.
En el caso de los jóvenes el 75,3% de la población entre 14 y 24 lee libros en
su tiempo libre. Según este informe el 34,5% no lee nunca o casi nunca.
De esos 51,2% de lectores frecuentes, lee una
o dos veces por semana el 18,9%, alguna vez al mes el 7,8% y alguna vez al
trimestre el 6,5%. Está claro que entienden eso de lectores frecuentes de una
forma muy laxa. Personalmente, lo cual no tiene relevancia, considero lector
frecuente a aquella persona que lee a diario, los demás son lectores
esporádicos. Esos que leen alguna vez al trimestre no creo que deban entrar en
esa categoría.
Un indicador muy claro, pero malo, es que los
que más leen son las personas con estudios más elevados, y entre los menos
están los jóvenes con pocos estudios.
La literatura es la materia que más se lee,
con un 77,9%.
Otro dato llamativo es que el móvil es el
dispositivo más utilizado para la lectura digital, un 75,4%, en E-Reader lo
hace un 14,4% y en Tablet un 20,6%. Me resulta curioso cuando todos sabemos lo
que cansa leer en el móvil. Una cosa es leer un comentario en las redes
sociales y otra bien distinta es leer un libro. Tengo la sensación de que
muchas personas se dicen lectoras por hacerlo en Facebook, X o Instagram. Las
pequeñas lecturas en el baño tampoco cuentan.
Hago un repaso de las personas de mi entorno
y cuento el número de lectores que hay. El resultado es pobre, muy pobre. Los
lectores habituales de libros los cuento con los dedos de las manos y puede que
me sobre alguno.
La asistencia a Bibliotecas fue en 2024 un
28,8%. No es para tirar voladores. En las zonas rurales el número de usuarios
bajó de forma considerable. A ello contribuye, entre otras cosas, la escasez
presupuestaria que padecen.
Hablando de bibliotecas, Asturias sigue
siendo la única comunidad autónoma que no tiene Ley de Bibliotecas. Al parecer
hay un borrador, el último de un montón, que espera en los cajones, no sé a qué
pero ahí sigue.
Ah, por cierto, las mujeres leen mucho más
que los hombres.
Ya puesto comprobé lo que dice el PIAAC
(Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población
Adulta), vamos el Informe Pisa para adultos. En cuanto a rendimientos medios en
lectura en población de 16 a 65 años Finlandia ocupa el primer puesto del
mundo, obtuvo 296 puntos. El promedio en la Unión Europea es 259 y España se
quedó en 247 puntos. Visto estos datos no llevamos tan bien lo de la lectura.
Lo siento, más datos. Según la Fundación
Gasol los menores pasan una media de cuatro horas diarias frente a las
pantallas, fuera del aula. ¿Las pasarán leyendo? Contéstense ustedes mismos.
El Informe Anual Análisis Audiencia TV 2024
revela que pasamos ante el televisor dos horas y cincuenta y un minutos de
media ante la televisión. En el caso de los niños de cuatro a doce años
consumen una media que supera las dos horas y media; los de 13 a 24 años se
pasan delante del televisor unas tres horas. El informe Pisa nos dice, año tras
año, que la compresión lectora de los jóvenes españoles es bastante deficiente.
Vistos todos estos datos me asaltan muchas
dudas sobre el número de lectores en España.
A lo largo de mis años como bibliotecario vi
como el número de lectores disminuía en detrimento de las redes sociales, en
todas las edades. No es una suposición.
Fui testigo de como padres iban a la
biblioteca pública a donar libros de sus hijos porque molestaban y cogían mucho
polvo. Incluso progenitores que se quejaban de que sus retoños leían mucho, y
sí, gastaban mucha luz.
Con el avance de las redes sociales la
mayoría de los ciudadanos acceden por esa vía a la información, que sin
contrastar se da por buena. Ya sé que no es nada nuevo. Por medio de la prensa
escrita, la radio o la televisión también se manipulaba, pero la inmediatez, y
el constante machaque de las redes hace que la reflexión y el contraste de la
información no se haga.
La lectura tuvo una enorme importancia en
generaciones anteriores, aún habiendo muchísimos analfabetos, poco dinero para
comprar libros y escasas bibliotecas públicas, en la actualidad son muchos los
que desprecian a aquellos con elevados conocimientos, adquiridos en buena
medida mediante la lectura, y les rebaten lo que sea sin ningún pudor, ahí
están las redes sociales para comprobarlo.
Hemos llegado a un nivel en el que el exceso
de información sirve, en muchos casos, para desinformar, aunque parezca una
contradicción. Noah Harari hace dos afirmaciones en Nexus que comparto.
La primera es: «La idea ingenua cree que la solución a los problemas causados
por la información errónea y la desinformación es más información» y la
segunda, «La idea ingenua de la información sostiene que la información conduce
a la verdad y que conocer la verdad contribuye a que la gente obtenga tanto
poder como sabiduría». Creo que ambas son muy clarificadoras.
A pesar de todo lo anterior, creo que el leer
nos hace, o puede hacer, más libres al tiempo que nos dota, o puede dotarnos,
de elementos para ser más críticos con el mundo que nos rodea.
Permítanme un consejo, solo puedo dar este, y
va dirigido a los padres: lean delante de sus hijos, sin televisión ni música,
lean y tal vez, solo tal vez, sus hijos leerán y estarán invirtiendo en su
futuro.
Hagamos que el Día de Libro sean 365 y no
uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario