La vida da muchas vueltas, ya lo
sabemos, y si alguien tiene dudas qué se lo pregunte a César Castaño. Navelgas-Madrid-Navelgas. Una
parte importante de su experiencia vital la ha tenido en estos lugares.
Es joven, 41 años, con treinta
hizo las maletas y trasladó sus inquietudes a Madrid. Allí acabó de transformar
una de sus pasiones, la música, en una forma de vida: se hizo promotor musical.
Nada nuevo por otra parte. Él es, y ha sido, el alma del Festival de Folk de
Navelgas.
La distancia no le hizo olvidar a
su pueblo. En cada festejo no era raro encontrar a César. Si algo de Tineo se cocía en Madrid, allí estaba César. A
este hombre sus orígenes le tiran. Al igual que le tira la gaita, su fiel
compañera allá donde va. Juntos han recorrido unos cuantos kilómetros.
César es también bateador de oro.
Ha estado en 25 países y participado en dieciséis campeonatos del mundo de bateo de oro.
Para quienes no lo sepan,
Navelgas y bateo de oro van unidos desde hace mucho tiempo. César, dicho está,
es muy de su pueblo y por eso batea.
Por esas vueltas de la vida, ha
regresado a los orígenes. Ahora que muchos emigran, él retorna al hogar.
Su gusto por las expresiones
artísticas y por la tradición le han llevado a retomar un aspecto de su vida que siempre estuvo latente y ahora se
manifiesta: ha vuelto a la fragua.
Su abuelo fue herrero, su padre
también. Ellos golpeaban el metal para ganarse la vida y cubrir las necesidades
de sus vecinos, César Castaño lo hace para dar rienda suelta a sus inquietudes.
Lo que aprendió al calor del
fuego y el cariño paterno, lo convierte Castaño en expresión de un sentimiento
de apego a la tradición que ha configurado su vida y la de los suyos, pero sin
encorsetarse. No es un nostálgico del pasado.
Las figuras, esquemáticas, son
reconocibles. Nos acercan a ese mundo rural que aún se conserva como testimonio
de un momento, de una forma de vida. Es tal su compenetración con ese mundo que
no necesita hacer bocetos. Su mente recrea la imagen y sus manos la concretan.
El material que utiliza, el
hierro forjado envejecido, resulta cálido. El acabado lo realiza con barniz
caliente para evitar la oxidación y la pátina
resultante es agradable a la vista y al tacto.
Son obras de pequeño formato.
Están concebidas para ser acogidas en las viviendas como un elemento decorativo
compatible con los modernos electrodomésticos. No desentonan en ningún
ambiente.
Una parte de su obra es
simbólica, anclada a la realidad. Así una de las piezas está inspirada en la
realidad social y económica actual y le ha puesto un título que lo dice todo: Jodidos. Otra surgió al ver las vallas
repletas de cuchillas lacerantes, su título: Melilla.
Una forja, la tradición, el
presente y la creación de César Castaño, de ese conjunto salen unas esculturas
cercanas y hermosas.
César Castaño en escultura by M. Santiago Pérez Fernández is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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