Se llama Sara Gul, tiene 15 años,
es afgana y unos hijos de puta le querían arruinar la vida.
La familia de su marido, que le duplica la edad, quería prostituirla. Ella se negó y la maltrataron de forma
reiterada, sádica. La quemaron por todo el cuerpo, le arrancaron las uñas y
tiene la cara desfigurada por las palizas.
Es una mujer, una niña, a la que
han querido explotar de una de las formas más antiguas de la humanidad, pero a
lo salvaje. No encuentro palabras para definir la infinita tristeza que me
produjo el verla. Lo cruel, además, de esta historia es que al final logró
liberarse y otras no tienen la misma suerte, siendo demasiadas las que corren
la misma desgracia.
Ha pasado en Afganistán, pero en
nuestra sociedad, tan desarrollada, tan cristiana, hay también mujeres
explotadas, maltratadas y asesinadas. La imagen de Sara Gul acongoja pero igual
en la puerta de al lado está pasando algo parecido.
Que nadie juegue con la violencia de género.
Sara Gul por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Muy bueno como siempre sr. Santiago cargado de emocion y humanidad .un saludo y feliz año nuevo le desean Longinos e Isabel.
ResponderEliminarMe duele mucho cada vez que un ser indefenso está siendo abusado pero me desespera mucho más cuando es a los niños a quienes se lastima cobardemente. Deseo que los niños sean libres de violencia y de todo lo que estropee la etapa más dulce de sus vidas.
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