17 ene 2018

Los españoles se echan a la calle alarmados por la situación de las pensiones

Viñeta de El Roto

Se veía venir. El descontento generalizado por la situación de las pensiones ha creado tal alarma entre los españoles que de manera espontánea se han echado a la calle. Millones de ciudadanos han querido mostrar su malestar a la clase política por los recortes que vienen sufriendo las pensiones y, sobre todo, por el negro futuro que les auguran.

Ni el gobierno ni la oposición han sido capaces de parar el movimiento social de quejas y manifestaciones que recorren España. No han convencido a nadie de que las medidas que están tomando sean las adecuadas y las únicas posibles.

Los ciudadanos piden explicaciones por el saqueo del Fondo de Pensiones. Asimismo, exigen retrasar la edad de jubilación a los 60 años. Otra de las reivindicaciones más escuchadas en todas las protestas ha sido la de incrementar el salario mínimo hasta los niveles de países como Francia o Alemania. Con el fin de garantizar sus pensiones, los manifestantes reclaman unos impuestos directos justos y que, por ley, se asegure el cobro de las pensiones mediante los Presupuestos Generales del Estado.

Los ciudadanos están dando muestras de un enorme civismo puesto que no hay que reseñar ni un solo incidente. Cada dos días las calles de los pueblos y ciudades de España se llenan de rabia cívica, manifestada con un silencio sepulcral. Esta es la imagen que más está impresionando al mundo: miles, millones de españoles que ocupan las calles, en absoluto silencio, para exigir a la clase política garantías de unas pensiones dignas.

Las declaraciones de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en una entrevista en TVE, proponiendo que quienes tengan largas carreras de cotización puedan elegir toda su vida laboral para calcular su pensión han alarmado a todos. Dijo, la señora ministra, que con esta medida se aliviaría el retiro de quienes puedan ser despedidos en edad avanzada y pudieran ver así perjudicada su pensión. Eso sí, la propuesta sería “voluntaria” para el trabajador.

Ni la forma, una entrevista televisiva, ni el fondo gustaron a los ciudadanos que se temen que esta propuesta sea algo más que un globo sonda.  El miedo que recorre las calles es que para determinar la cuantía de las pensiones se universalice esa fórmula de toda la vida laboral a todos los trabajadores. Duda que, según nos cuentan, adquiere cada día más visos de realidad.

La tibia respuesta de los partidos de la oposición motivaron que las quejas ciudadanas cada vez sean más amplias. Las manifestaciones que se han ido celebrando han desconcertado al gobierno y parlamentarios que ven como las protestas se extienden. Los diputados están sumidos en la perplejidad y día a día comprueban que sus llamadas a la tranquilidad no son escuchadas. Los debates permanentes en el Congreso de los Diputados solo han servido para que los partidos se acusen unos a otros y, hasta el momento, no hayan ofrecido ni una sola solución. Mientras eso sucede en la Carrera de San Jerónimo, la calle va por su lado.

La tensa calma que se estaba viviendo se rompió cuando la exvicepresidenta del Congreso de los Diputados, la popular Celia Villalobos, afirmó que hay muchas personas que llevan “más tiempo cobrando la pensión del que han estado trabajando”.

La indignación por las palabras de la señora Villalobos ha removido los cimientos del gobierno.

No acabaron aquí sus declaraciones. Celia Villalobos alertó a los jóvenes: “cuidado, preocuparos por el ahorro”. Y para ello recomendó el ahorro de “dos euros al mes, menos que una cajetilla de tabaco”. Palabras que no sentaron nada bien en ese sector de la población que sufre el mayor índice de paro.

La señora Villalobos dio su receta para solucionar el problema de las pensiones: “potenciar los planes de pensiones de empresas, que funcionan muy bien en Europa pero que no funcionan bien en España”. “Hay que favorecer que los trabajadores tengan una mochila que se llevan a la empresa donde van con un fondo privado, que no necesariamente tiene que ser de un banco sino un fondo de la empresa donde tú puedes meter dinero”. Y remató la explicación: “cuando te jubilas, si la pensión ha bajado como ha pasado en Alemania, Francia, Italia o Grecia, usted tiene un complemento que se ha elaborado a lo largo de su carrera profesional. Eso es muy positivo”.

Según todas las fuentes consultadas, a doña Celia Villalobos se le olvidó explicar cómo se puede generar esa “mochila” con los bajos salarios que se perciben en España.

Villalobos ha enfadado a casi todo el mundo. Ha sentado muy mal la insinuación de que las pensiones bajen, siendo como son las españolas de las más reducidas de la Unión Europea.

La presión ciudadana continuará, con esas concentraciones silenciosas, hasta que del Congreso de los Diputados salga una propuesta clara y firmada por todas las partes, incluido el gobierno.

Aunque las esperanzas de una pronta resolución son escasas, los ciudadanos están dispuestos a perseverar en las movilizaciones y comienzan a pedir dimisiones y la convocatoria de nuevas elecciones. No son pocos los que conminan a los partidos a realizar profundos cambios tanto de programa como de personas que les representen.

Mientras continúan las protestas, el mundo seguirá pendiente de nosotros y quién sabe si en esta ocasión nos convertimos en un referente mundial.


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