Viñeta de El Roto
Se
veía venir. El descontento generalizado por la situación de las pensiones ha
creado tal alarma entre los españoles que de manera espontánea se han echado a
la calle. Millones de ciudadanos han querido mostrar su malestar a la clase
política por los recortes que vienen sufriendo las pensiones y, sobre todo, por
el negro futuro que les auguran.
Ni
el gobierno ni la oposición han sido capaces de parar el movimiento social de
quejas y manifestaciones que recorren España. No han convencido a nadie de que
las medidas que están tomando sean las adecuadas y las únicas posibles.
Los
ciudadanos piden explicaciones por el saqueo del Fondo de Pensiones. Asimismo,
exigen retrasar la edad de jubilación a los 60 años. Otra de las
reivindicaciones más escuchadas en todas las protestas ha sido la de
incrementar el salario mínimo hasta los niveles de países como Francia o
Alemania. Con el fin de garantizar sus pensiones, los manifestantes reclaman unos
impuestos directos justos y que, por ley, se asegure el cobro de las pensiones
mediante los Presupuestos Generales del Estado.
Los
ciudadanos están dando muestras de un enorme civismo puesto que no hay que
reseñar ni un solo incidente. Cada dos días las calles de los pueblos y
ciudades de España se llenan de rabia cívica, manifestada con un silencio
sepulcral. Esta es la imagen que más está impresionando al mundo: miles,
millones de españoles que ocupan las calles, en absoluto silencio, para exigir
a la clase política garantías de unas pensiones dignas.
Las
declaraciones de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en una entrevista en TVE,
proponiendo que quienes tengan largas carreras de cotización puedan elegir toda
su vida laboral para calcular su pensión han alarmado a
todos. Dijo, la señora ministra, que con esta medida se aliviaría el retiro de
quienes puedan ser despedidos en edad avanzada y pudieran ver así perjudicada
su pensión. Eso sí, la propuesta sería “voluntaria” para el trabajador.
Ni
la forma, una entrevista televisiva, ni el fondo gustaron a los ciudadanos que
se temen que esta propuesta sea algo más que un globo sonda. El miedo que recorre las calles es que para
determinar la cuantía de las pensiones se universalice esa fórmula de toda la
vida laboral a todos los trabajadores. Duda que, según nos cuentan, adquiere
cada día más visos de realidad.
La
tibia respuesta de los partidos de la oposición motivaron que las quejas ciudadanas
cada vez sean más amplias. Las manifestaciones que se han ido celebrando han
desconcertado al gobierno y parlamentarios que ven como las protestas se
extienden. Los diputados están sumidos en la perplejidad y día a día comprueban
que sus llamadas a la tranquilidad no son escuchadas. Los debates permanentes en el Congreso de los Diputados solo han servido
para que los partidos se acusen unos a otros y, hasta el momento, no hayan ofrecido ni una sola solución. Mientras eso sucede en la
Carrera de San Jerónimo, la calle va por su lado.
La
tensa calma que se estaba viviendo se rompió cuando la exvicepresidenta del
Congreso de los Diputados, la popular Celia Villalobos, afirmó que hay muchas
personas que llevan “más tiempo cobrando la pensión del que han estado
trabajando”.
La
indignación por las palabras de la señora Villalobos ha removido los cimientos
del gobierno.
No
acabaron aquí sus declaraciones. Celia Villalobos alertó a los jóvenes:
“cuidado, preocuparos por el ahorro”. Y para ello recomendó el ahorro de “dos
euros al mes, menos que una cajetilla de tabaco”. Palabras que no sentaron nada
bien en ese sector de la población que sufre el mayor índice de paro.
La
señora Villalobos dio su receta para solucionar el problema de las pensiones: “potenciar los planes de pensiones de empresas, que funcionan muy bien en
Europa pero que no funcionan bien en España”. “Hay que favorecer que los
trabajadores tengan una mochila que se llevan a la empresa donde van con un
fondo privado, que no necesariamente tiene que ser de un banco sino un fondo de
la empresa donde tú puedes meter dinero”. Y remató la explicación:
“cuando te jubilas, si la pensión ha bajado como ha pasado en Alemania,
Francia, Italia o Grecia, usted tiene un complemento que se ha elaborado a lo
largo de su carrera profesional. Eso es muy positivo”.
Según todas las fuentes consultadas, a doña Celia Villalobos se le olvidó
explicar cómo se puede generar esa “mochila” con los bajos salarios que se
perciben en España.
Villalobos
ha enfadado a casi todo el mundo. Ha sentado muy mal la insinuación de que las
pensiones bajen, siendo como son las españolas de las más reducidas de la Unión
Europea.
La
presión ciudadana continuará, con esas concentraciones silenciosas, hasta que
del Congreso de los Diputados salga una propuesta clara y firmada por todas las
partes, incluido el gobierno.
Aunque
las esperanzas de una pronta resolución son escasas, los ciudadanos están
dispuestos a perseverar en las movilizaciones y comienzan a pedir dimisiones
y la convocatoria de nuevas elecciones. No son pocos los que conminan a los
partidos a realizar profundos cambios tanto de programa como de personas que
les representen.
Mientras
continúan las protestas, el mundo seguirá pendiente de nosotros y quién sabe si
en esta ocasión nos convertimos en un referente mundial.
Los españoles se echan a la calle alarmados por la situación de las pensiones by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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