Publicado en La Nueva España el 18 de mayo de 2019
El occidente asturiano es
diverso, hermoso, extenso y está despoblado. Desconocido para propios y
extraños atesora paisajes que nos conmueven por su belleza y estado de
conservación. Pequeños puertos y playas encandilan a los visitantes. La variada
arquitectura nos deslumbra por su sencillez, adaptación al terreno y a los
recursos existentes. La gastronomía, tanto la procedente del mar como la de
tierra adentro, satisface los paladares más exigentes por la calidad de sus
productos y elaboración. Y todo ello sin olvidarnos de sus gentes. Sin duda,
Asturias encierra muchos tesoros por estas tierras.
Lo anterior podría ser la
introducción de cualquier político en campaña. Tendría que darles la razón. Eso
y mucho más es el occidente asturiano.
No hará falta que les recuerde
que estamos en campaña electoral ¿verdad?
Elegimos corporaciones locales,
diputados autonómicos y no nos olvidemos de los diputados europeos. Sus
decisiones nos afectan de forma directa. La crispación, la decepción o los
desengaños no deben hacernos olvidar la importancia del sistema democrático. Tenemos
que creer en nosotros como sociedad.
Una vez más es momento, quiero
pensar, para la esperanza. Y digo esperanza en el sentido que lo expresa la
RAE: “estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se
desea”.
¿Y qué deseo para el occidente
asturiano? Respeto.
El respeto al que me refiero
tiene que ver con el compromiso político con las gentes de este territorio.
Nada de promesas disparatadas ni grandonas.
Soy de los que piensan que unas
minas de oro en Tapia de Casariego o en Navelgas (Tineo) no van a contribuir a
la mejora de la calidad de vida. El fomentar un turismo de masas en Cudillero o
Luarca tampoco nos va a ayudar.
No debemos engañarnos. La
despoblación no parece reversible, es un fenómeno mundial y nosotros no vamos a
frenar la diáspora. Al parecer, en el año 2050 tres cuartas partes de la
población mundial vivirá en ciudades. Entonces ¿qué nos queda? Fomentar el
empleo.
Parece difícil, a día de hoy,
pensar que empresas como ENCE en Navia o Cafento en Tineo se vayan a
multiplicar. Ojalá. Es imprescindible atraer pequeñas y medianas empresas que
se asienten en esta zona, lo cual es más factible que algunas propuestas que se
realizaron que más bien parecieron fruto de la búsqueda de notoriedad.
Últimamente se está hablando de
la biomasa como alternativa de empleo en el medio rural. Este tipo de empresas
generan muy pocos puestos de trabajo que desde luego no van a suplantar los
perdidos, por ejemplo, en la térmica de Soto de la Barca (Tineo). Como tampoco
los crean los parques eólicos. Por favor, un respeto. Generan ingresos para los
ayuntamientos pero empleos muy pocos. Eso sí, todos son bien recibidos.
El suroccidente ya no tiene minas
y eso ha sido un mazazo para toda la comarca. Cangas del Narcea y Tineo sangran,
Degaña está a punto de cerrar. Terrible. Nos han faltado al respeto con la
falta de previsión.
Los puertos pesqueros del
occidente han quedado reducidos a su mínima expresión y con pocas expectativas
de futuro. En el reparto de los cupos de capturas suelen salir mal parados. Los
pescadores se merecen más respeto.
Si pienso en los ganaderos me
viene a la cabeza la PAC (Política Agrícola Común) y en esto quien corta y
pincha es la Unión Europea. De todo esto saben mucho los ganaderos de Tineo.
¿No necesitan más respeto?
Lo tenemos claro, la creación de
empleo es fundamental pero hay dos sectores de la población que lo tienen muy
complicado: las mujeres y los jóvenes. Sin empleos para ellos nos podemos
olvidar de todo lo demás.
No hay campaña electoral en la
que no salgan a relucir los montes y su aprovechamiento. Montes haberlos
haylos, otra cosa es su rentabilidad.
Dentro de un mes el monte Armayán (Tineo) acogerá Asturforesta pero tras ella la
normalidad volverá. Se plantan y talan árboles, se cargan en camiones y se van.
Las plusvalías también se van. Una fábrica de pellets en Tineo no es
suficiente. Algo sigue fallando en el sector.
El gran robledal de Muniellos, en
Cangas del Narcea, creo que puede ofrecer alternativas de ocio que se están
dejando pasar. Sólo se permite el acceso a veinte personas por día. Desde luego
Muniellos y su fauna requiere toda la protección pero seguro que hay otras
opciones que no causen perjuicios.
Lo que de mano eran pequeñas
producciones, tras las iniciativas adecuadas, se han convertido en alternativas
para unas cuantas familias que además han creado empleos. Me refiero, por
ejemplo, al Chosco de Tineo y al vino de Cangas del Narcea, que cuentan con
Indicación Geográfica Protegida. Pero esto no es lo general.
No quiero olvidar el revulsivo
económico que ha supuesto la potenciación del Camino de Santiago. Se trata de
un bien que nos va a dar muchas alegrías a poco que se cuide.
Otro producto relevante por su
calidad es la miel. Boal, Ibias, el Valledor en Pola de Allande o Tineo
producen este néctar que ningún dios rechazaría. No es una panacea, pero como
dicen los políticos: póngase en valor. Y ya puestos a citar producciones
“menores” no me olvido de la quesera, que tiene todo un mundo por delante.
Sí, ya sé que de todo esto se
habla pero poco se hace.
Por lo que se refiere a la red de
carreteras todos los que vivimos en el occidente sabemos cual es su estado.
Personalmente conozco mejor las del suroccidente y sencillamente es para
llorar.
En temas básicos como la sanidad
cuando no suspiramos por uno lo hacemos por otro. El hospital de Jarrio y el de
Cangas del Narcea son pilares básicos de la sociedad en el occidente. Una merma
de especialidades supondría un gravísimo revés para la población. Las bajas
médicas no siempre se cubren de la forma adecuada.
En este mismo orden de cosas, el
suroccidente no dispone de una UVI móvil y eso supone una discriminación. Están
faltando al respeto a los vecinos de esta comarca.
En educación los ciclos
formativos que se ofrecen no se adecuan a las necesidades de jóvenes. La brecha
digital parece incrementarse… Y así un sin fin de necesidades.
Ven, al final es una cuestión de
respeto.
La escasez de medios públicos de
transporte es un problema que no va a tener solución. La movilidad pasa por los
vehículos particulares y así va a seguir.
La atención a las personas
mayores es una cuestión vital. Hay quienes se empeñan en llenar de residencias
de ancianos el territorio. Algunas de las ubicaciones que se plantean para
ellas más bien parece un castigo que una solución. Creo que sería más
interesante potenciar la ayuda a domicilio. No se desvincularía a los ancianos
de su entorno, los pueblos mantendrían población y se crearían más puestos de
trabajo, que tras la formación adecuada, pasarían a ejercerla personas de las
propias comarcas.
Nada nuevo. Se podría hablar
muchos más, incluido los incentivos fiscales, empresariales, etc.
Miren, lo único que pido son unos
servicios públicos de calidad, que apoyen de manera clara las iniciativas
empresariales y que cuando piensen en el futuro de Asturias no se olviden del
occidente.
Mientras escribo esto me acuerdo
de Viavélez, Puerto Vega, Taramundi, Santa Eulalia y San Martín de Oscos,
Vegadeo o San Tirso de Abrés, por citar algunos lugares. Muchos asturianos no
han pisado estos pueblos. Algo no funciona.
Mi estado de ánimo es de una
escéptica esperanza. Pido a quienes hoy solicitan nuestro voto respeto, que no
significa otra cosa que miramiento, consideración y deferencia para los
habitantes del occidente asturiano.
Respeto para el occidente asturiano by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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