Estoy sorprendido al ver la
proliferación de luchadores por la libertad. Aguerridos y solidarios defensores
de ese bien común se baten en las redes sociales. Me conmueven.
El empleo de un lenguaje bélico ha
llevado a la tropa a creerse que estamos en una guerra. Pues lo siento por sus
ardores guerreros pero no. La pandemia del Covid-19 es una enfermedad a la que
se combate con avances científicos y
médicos. Una guerra es otra cosa.
La última guerra que tuvo este
país llamado España fue la terrible Guerra Civil. ¡Guerreros de la nada,
aprendan de la Historia! Querer asimilar lo que está pasando a una guerra es
escupir sobre los muertos de las guerras y los fallecidos por este coronavirus.
Ni unos ni otros se merecen ese desprecio.
Muchos de esos belicistas son los
que hacen ese llamamiento a luchar por la libertad. Una libertad arrebatada por
el Gobierno al decretar el confinamiento. Tiemblo de emoción al escucharles.
En la segunda quincena de marzo
nada se escuchaba, debían estar afilando las espadas. Luego los tambores de
guerra se empezaron a oír en la lejanía y hoy golpean nuestros oídos. Los más
osados están dispuestos a ponerse al frente de las huestes para derribar a los
pérfidos gobernantes y… ni ellos saben para qué. Lo que tienen claro es que han
recortado su libertad de movimientos. Se les olvida darnos la receta para
frenar los contagios y liberar los
hospitales. Primero la libertad y luego ya hablamos. ¿Y sí esos adalides
ingresan en la UCI? ¿Y sí se mueren? Habrán dado su vida por ese bien superior
que es la libertad.
España es una dictadura. Por eso
no pueden decir lo que piensan. ¡Estudien la Historia de España! Se
sorprenderán que durante la dictadura franquista cualquier disidencia, incluida
la verbal, se pagaba con unas buenas palizas, la cárcel o el paredón de
fusilamiento. Igual que hoy. Estos luchadores se cagarían por la pata abajo,
como lo haríamos la mayoría, en aquellas circunstancias. Lo más curioso de
estos nuevos campeadores es que sus batallitas las han librado por su pellejo.
Tienen como instigadores a gentes
como los integrantes de la Asociación de Periodistas y Analistas por España
(APAE), asociación creada a imagen y semejanza de otra creada en 1994. Esta
APAE dice defender la libertad de expresión, de opinión, al Estado de derecho,
la Constitución y la unidad de España. ¡Ahí es nada!
¿Y quienes son esos guerreros de
APAE? Pues entre ellos se encuentran Alfonso Merlos, sí ese, Alfonso Rojo,
Javier Negre, Cristina Seguí… Juan Carlos Guirauta. Ah, ¿pero este hombre no
era de Ciudadanos?
Paralelamente a esos combatientes
hay una disputa en medios jurídicos sobre la aplicación del Estado de Alarma y
lo que algunos entienden como conculcación de derechos fundamentales. Eso es
otro tema. No está mal que se haga y que lleguen a conclusiones que sean
beneficiosas para todos.
Esos autodenominados luchadores
por la libertad desprecian a todos aquellos que dieron con sus huesos en la
cárcel o perdieron la vida por la Libertad. Son unos mezquinos.
Luchadores por la libertad by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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