20 ago 2020

Ideas fallidas para Tineo

  Los seres humanos necesitamos válvulas de escape. Nos hacemos ilusiones para salir de situaciones complicadas, y eso está bien. En estos tiempos de enfermedad y muertes soñamos con un mundo mejor, y eso no está mal.
  Lo mismo sucede con los pueblos. Se están muriendo y sus habitantes se agarran a un clavo ardiendo con el fin de evitar lo que parece inevitable. Ese es el caso de Tineo.
  Llevamos años depositando la esperanza en una solución casi milagrosa que nos saque de la agonía del despoblamiento y la falta de empleos. De vez en cuando surge alguna idea brillante que, como todas las anteriores, queda en nada.
  Hace años se habló de los posibles usos del monasterio de Obona. Desde albergue de peregrinos y centro de información a hotel, e incluso hubo quién propuso un centro de la madera. Se mareó la perdiz para nada.
  Otra iniciativa muy colorida fue la de hacer un parque temático del oro en Navelgas, con el añadido de construir un hotel en la antigua escuela hogar. Cuando la cosa perdió color se pensó en rehabilitar la mina La Luarquesa, también en Navelgas. Hizo agua. Ni uno, ni lo otro, ni lo de más allá. Quedó todo a prao.
  Pero si hubo un proyecto estrella ese fue el de la Ciudad del Motor de Tineo. Se anunció a bombo y platillo. El presidente asturiano del momento, Tini Areces; el secretario de estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky; el director general de Deportes de Asturias, Daniel Gutiérrez; el presidente de la Federación Española de Automovilismo, Carlos Gracia; el presidente de la Federación Asturiana de Automovilismo, Porfirio Iglesias junto al alcalde de Tineo, y hoy presidente de la Junta General del Principado, todos juntos, nos la vendieron como se venden los crecepelos. Ya saben cómo acabó. Alguien dijo: “la Ciudad del Motor de Tineo gripó”.
  El sonido de los motores hace hervir la sangre a muchos tinetenses y por pedir que no quede. Hubo quien ofreció los terrenos de La Curiscada para que Tesla construyera su fábrica europea ahí. Pues tampoco, oigan. Ya es mala suerte.
  La última propuesta, por ahora, es la de convertir los terrenos de la térmica de Soto de la Barca, aprovechando algunas infraestructuras, en un complejo turístico e industrial. Bueno, una cosa muy grandona. Eso sí, lo primero es negociar con Naturgy la cesión de los terrenos. De momento, Naturgy plantea la instalación de dos parques eólicos en las proximidades, una central hidráulica de bombeo y además propone un plan para la recuperación fluvial del río Narcea. Eso supone una creación de empleo ridícula. Por cierto, ¿no tiene la empresa la obligación de realizar la recuperación medioambiental de la zona y el río?
  Siento echar un jarro de agua fría pero en parte una iniciativa parecida ya se hizo para otra térmica. El Diario de Teruel, el 11 de marzo de 2020, recoge la noticia de que un grupo denominado Explorador de Proximidad y Trepadores Cavernícolas (sic), lanzó la idea de convertir la central térmica de Andorra en un parque temático de turismo activo. En fin, no hay nada nuevo bajo las nubes.
  Miren, el proceso de descarbonización y la transición energética le ha venido muy bien a Naturgy para cerrar la térmica de Soto de la Barca. En principio, cualquier propuesta para generar empleo tendrá que recurrir a fondos de la Unión Europea. La lucha contra el cambio climático deberá ser el objetivo principal de esos proyectos. No hay nada garantizado y además las iniciativas españolas tendrán que competir con las de otras regiones europeas.
  Comprendo las ganas de encontrar soluciones pero dejémonos de grandonadas y háganse proyectos de futuro que no pasen por algo tan inestable y precario como es el turismo.
  Afortunadamente, me pueden caer gorrazos, esas ideas no fructificaron. Los costes de su mantenimiento tendrían que asumirlos el ayuntamiento de Tineo y eso le llevaría, casi seguro, a la ruina. Tenemos ejemplos mucho más pequeños, aunque también sobredimensionados, que nos salen carísimos: la piscina climatizada y la estación de autobuses. Dos ejemplos de construcciones megalómanas que no se ajustan a las necesidades y la realidad del concejo.
  El desarrollo y potenciación del polígono industrial de La Curiscada, con pequeñas y medianas empresas, es más racional y a la larga más productivo. Por otro lado, esperemos que los ganaderos tinetenses puedan seguir liderando la producción lechera y generando riqueza.
  Ilusiones todas pero a la hora de idear proyectos tengamos la cabeza fría y el corazón caliente.

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