La extrema derecha y el PP utilizan un tema
tan sensible como es la emigración como un arma, ya han pasado del debate
racional y prudente - ¿cuándo lo hicieron? - con el fin de intoxicar la vida
pública. No es algo nuevo y, sin embargo, ahí lo tienen como tema central. Que
la extrema derecha lo haga es «normal», va en sus genes, lo peor de todo es que
el PP entró a ese trapo y están realizando unas declaraciones muy chirriantes,
por no decir racistas y xenófobas. Este hecho ha supuesto la proliferación de
comentarios claramente xenófobos y racistas en las redes sociales y medios de
comunicación y otros, no menos peligrosos o incluso más, que desde una aparente
«buena intención» y aparentemente «opiniones bien fundadas» contribuyen a echar
gasolina al fuego.
Hoy, 30 de agosto de 2024, leí un artículo de
opinión de Urbano Rubio Arconada en La Nueva España muy discutible y que
alimenta posturas intransigentes. Por cierto, no tengo ni idea de quien es este
señor, tampoco me parece relevante, sí lo es lo que escribió en este artículo
que tituló España acabará como Francia. El título es ambiguo, mejor
dicho confuso. ¿A qué se refiere? ¿A los altercados que algunas veces se
producen en el país vecino? ¿Al apoyo cada vez mayor que tiene la extrema
derecha? Al menos requeriría alguna explicación, pero no, lo deja en el aire.
Bueno, ya veremos.
La primera en los dientes. El señor Rubio
dice: «No podemos hablar de solidaridad con los irregulares (a razón de tres
mil euros al mes por barba, inasumible, pues no lo cobran un obrero, aunque se
mate a trabajar) mientras el dinero para el apoyo a la natalidad de españoles o
para ancianos desahuciados no existe.» El primer problema radica en que hay
ciudadanos que se creen esta mentira. ¿De dónde saca esa cifra de tres mil
euros? No sabe, no contesta. ¿Cómo es que la reciben los ilegales? ¿En qué
censo están registrados? Para recibir ayudas tienen que estar legalizados. No
merece la pena seguir dando más explicaciones. No es cierto y lo sabe.
Como esa afirmación inicial le parece poco
introduce elementos que apelan a las bajas pasiones de los españoles, así dice
que no hay dinero para promover la natalidad ni ayudas para los ancianos
desahuciados. En este último caso discrimina entre los ancianos desahuciados y
los jóvenes o no tan jóvenes desahuciados. Está recurriendo a las tripas del
lector y no a su raciocinio. Tengo que ser sincero y decir que no es el único
culpable, aquellos que le creen sin contrastar nada son responsables de
propagar la mentira.
Otro de los argumentos principales de
la extrema derecha son los «menas», término al que dan un carácter despectivo
cuando su significado es Menores Extranjeros No Acompañados. El señor Urbano
Rubio se suma al argumentario extremista y dice al respecto: «Los políticos de
la «solidaridad asimétrica territorial» son los mismos que hablan de
solidaridad con los «menas», pero no en su casa, ni siquiera en sus barrios
super protegidos sino en los barrios más humildes». Mezcla churras con merinas
y habla de políticos de solidaridad asimétrica territorial, también muy en boga
con lo del Concierto Catalán, y añade que viven en barrios «super protegidos»
que contrapone a los «humildes», vamos, que se refiere a la casta política. Una
vez más, y ya desde el principio, se dirige a las tripas de los lectores.
Oigan, todavía no pasé del primer párrafo.
Este señor continúa por ese camino y sube un
escalón: «Nuestra obligación no es salvar al continente africano, nuestra
primera obligación es salvar a los nuestros, al patrimonio de nuestros
antepasados y a uno mismo». Si no fuera por lo que significa casi le
aplaudiría. Mensaje estomacal con el que contrapone, mejor dicho enfrenta, a lo
«nuestro» frente a lo de ellos. De ahí a la xenofobia no hay nada. Eso sí, se
olvida de algunos detalles empezando por el derecho internacional a los que se
sumó España o la simple y llana empatía, o por decirlo más claro, carece de
sentimientos humanitarios. Nosotros lo primero, después nosotros y más tarde
nosotros, al resto de los seres humanos que les den, eso lo dice él, no yo.
Dense cuenta de un detalle, habla de salvar el patrimonio, ¿quienes tienen
miedo de perder su patrimonio? Los que tienen mucho que perder, la mayoría de
nosotros no tenemos ese gran miedo.
El señor Rubio Arconada ¿qué soluciones
propone? La primera de ellas es manifestar que los menores deben estar con sus
familias, en sus hogares en sus países de origen. ¡Qué solución facilona! Este
señor no tiene presente, no le interesa, la situación de los países de origen.
Tampoco se pregunta que es lo que induce a unos niños a desplazarse miles de
kilómetros sin sus padres, al igual que no le importa, o le importa un
pimiento, los motivos por los cuales sus padres les permiten esos terribles
viajes donde pueden perder la vida.
¡Humanidad? ¿Corazón? ¿dónde lo tiene?
La segunda solución que propone con el
control de las fronteras aplicando la legalidad. ¿Este señor desconoce o no
sabe que hay unos procedimientos legales para proceder a las expulsiones? ¿No
sabe o no tiene ni idea de que hay personas que se acogen al derecho de asilo?
¿Desconoce que el Tribunal Supremo fijó que no se pueden expulsar a menores
extranjeros no acompañados mientras se gestiona su permiso de residencia?
O muy poco sabe o mucho miente.
Pone como ejemplo de solución la tomada por
Meloni en Italia, que no es otra que pagar a Albania para que se haga cargo de
los emigrantes que llegan al país.
Como no quiere que quede alguna duda sobre
cuales son sus ideas dice lo siguiente, tengo que reconocer que eso mismo lo vi
en las redes dicho por «españoles patriotas», vean: «Cuando veía los partidos
de Francia en la última Eurocopa, observaba un cien por cien de aficionados de
tez blanca animando a su selección y miraba al campo y casi la totalidad de la
alineación francesa era de color negro. España de seguir así será Francia». Ah,
a esto se refería con el título. Miren, no hace falta comentarios, él lo ha
dicho todo y se califica por si mismo. ¿Esto cómo se llama? Exacto, eso mismo.
Está claro ¿verdad?
Este hombre dice, sin empacho alguno, que en
Mauritania hay trescientos mil jóvenes que van a venir para España. Claro,
tiene una bolita mágica que le dice al oído cual va a ser el futuro. Por favor,
consulte los números de la Primitiva. Lo dice sin pudor alguno.
Más madera. «¿Estos «niños», dice este buen
hombre – es ironía – huyen del hambre y las guerras de África? Según los datos
del propio ministerio del ramo, el 94 % son varones de buen aspecto y la edad
media es de 21 años. Una guerra muy rara donde huyen los jóvenes y se quedan
las mujeres a guerrear». Me cuesta trabajo leer estas cosas. En primer lugar,
no sé a que ministerio se refiere ni a qué informe, estaría bien que lo
aclarase. Quiere que los lectores den por buena esa cifra, pues yo no la doy,
no sé de donde sale y usted no es fiable, visto lo visto. Una vez más, obvia la
realidad de esos emigrantes. ¿Acaso el hambre y las guerras no asolan África?
¿No sabe o no quiere saber que muchos niños son obligados a coger un fusil y
obligados a matar incluso a sus familiares? No, está claro que este hombre no
tiene ni razón ni corazón.
La gasolina no le parece suficiente y sigue
su discurso, ahora con tintes elitistas: «España necesita importar trabajadores
adaptados, emprendedores, ingenieros y médicos, pero no ilegales ni
expresidiarios» Claro, claro, ¿entonces quien se ocupara de recoger fruta,
cuidar a los mayores y ocupar todos los puestos de trabajo que no se cubren con
españoles? ¿Expresidiarios? ¿Qué fuente utiliza? No sabe, no contesta. Es tan
ignorante que no sabe que si paran los emigrantes España se para, nos hunden en
la miseria. Este país, al igual que la inmensa mayoría de los de la UE,
necesitan mano de obra emigrante, la más formada y la menos.
Pone la guinda a su discurso hablando del
número de parados españoles y que muchos bien formados se van a trabajar a
otros países. Para nada habla de que se van por unos motivos muy claros,
mejores salarios y más respeto profesional por parte de los contratadores, así
de claro. Nadie emigra por gusto durante años, buscan mejoras en su vida
profesional. Los empresarios y las administraciones españolas son racanas en
sus salarios y les ofrecen contratos temporales tan ridículos que no les
ofrecen ninguna perspectiva de futuro.
Estoy cansado, un último apunte demagógico
del buen hombre, don Urbano Rubio
Arconada: «… lo que necesita España es cuidar lo propio apoyando la natalidad,
preparando bien a los jóvenes, bajando la fiscalidad, reindustrializar, innovar
y después importar fuerza de trabajo productivo» En fin.
Artículos como este hace un tiempo no se
publicarían en un medio de comunicación. Es un texto plagado de inconcreciones,
de datos que no sabemos de donde salen y con un mensaje claramente visceral,
alejado de cualquier atisbo de humanidad, incluido el humanismo cristiano.
Todos ellos, mujeres, hombres y niños emigrantes merecen un respeto que este
hombre les niega.
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