Una encuesta para el periódico El País y la
Cadena Ser además de decir que el PP agranda la distancia con el PSOE muestra
que un 25,9 % de los jóvenes, varones, de entre 18 y 26 años afirman que en
algunas circunstancias el autoritarismo puede ser preferible a una democracia.
Terrible.
Si ese dato me sorprendió negativamente el
siguiente me horroriza en mayor grado. El 22,9% de los hombres entre 27 y 42
años ven aceptable un régimen autoritario. En ambos casos el número de mujeres
que comparten ese criterio es menor. En el primer caso son el 18,6 % las que
podrían apoyar un régimen autoritario y en el segundo un 12,7% en esos tramos
de edad. El resto de la población tampoco es que se muestre muy contenta con la
democracia.
La percepción ciudadana de que la democracia
nos ha fallado viene motivada por haberse creado unas expectativas muy elevadas
nunca cumplidas en su totalidad.
La Constitución de 1978, al igual que todas
las del mundo, contienen unos principios generales que no por estar escritos y
aprobados por los ciudadanos se van a cumplir de forma inmediata. ¡Qué más
quisiéramos! Cuestiones como el derecho a un trabajo digno, a la vivienda, por
ejemplo, son deseables y ojalá pudieran haberse logrado. No hay que ser
ingenuos, las sociedades modernas, incluida la española, está conformada por
colectivos, individuos, con intereses diversos y en muchos casos antagónicos
que son difíciles de poner de acuerdo para llegar a unos consensos que sin
dejar a todos satisfechos no los dejen del todo insatisfechos. De ahí las
dificultades.
Esa idea tan simple no se puede perder de
vista. La democracia es negociación, consensos, formas y leyes en permanente
evolución que desde la libertad hacen posible la convivencia y los avances
sociales.
Otro de los principios básicos de las
democracias es el respecto a los demás. Sus creencias, religión, sexo o
procedencia no pueden suponer barreras y dar lugar a enfrentamientos que
desestabilicen la paz social.
Me parece un simpleza decir estas cosas, pero
visto lo visto es necesario. Aun dándoselo mascado hay quienes no lo entienden,
hay demasiados ciudadanos que no comprenden las reglas de la democracia.
¿Cómo a estas alturas se puede decir que en
algunas circunstancias es preferible un régimen totalitario a uno democrático?
Por ignorancia, histórica y política. Quienes dicen tamaña estupidez – para
esos voy a aclarar la definición que da la Real Academia Española: estupidez.
1. f. Torpeza notable en comprender las cosas -. desconocen la Historia de
España, la europea, el nazismo, el fascismo, el franquismo, el comunismo. Si
tuvieran algunas nociones no dirían esa estupidez, repito. Estos jóvenes y no
tan jóvenes no son conscientes que las manifestaciones que hacen públicas vía
palabra o en las redes sociales en un régimen totalitario no se lo permitirían.
Las leyes promulgadas por los totalitarios, dictadores y demás ralea lo primero
que hacen es erradicar la libertad de expresión, luego otros derechos civiles
que no comulguen con su ideario político y religioso. Así de claro.
Los fríos datos me provocaron desasosiego a
la par que tristeza, también miedo, lo confieso. En varias ocasiones tuve la
oportunidad de escuchar a personas de esas edades manifestar lo dicho en la
encuesta. Es imposible razonar con ellas. Su desconocimiento de la Historia
hace imposible hablar desde la racionalidad cuando ellos no tienen más
argumentos que una serie de eslóganes vacíos propagados por la extrema derecha.
Hoy mismo escuché lo que manifestaron dos
jóvenes en la Cadena Ser. El primero de ellos habló del desarrollo económico de
China que ya supera al de Estados Unidos y a continuación intentó suavizar la
cuestión diciendo que probablemente no fuera moralmente aceptable. Ahí lo dejó.
Tan seguro estaba de lo que decía como yo lo estoy de que es un ignorante de lo
que pasa en ese país y el control, a todos los niveles, del Gobierno y Partido
Comunista Chino sobre los ciudadanos. El segundo se cubrió de gloria. Dijo que
con todo lo que estaba pasando, la desinformación existente y los bulos tal vez
fuera necesario que no todos los ciudadanos tengan derecho al voto. Alucinante.
Si ese es el nivel, que lo es en una parte
importante de los ciudadanos de toda edad y condición, vamos apañados. ¡Cómo
entenderse con personas que tienen esos argumentos! Desconocen los elementos
más básicos del funcionamiento de las democracias y en eso se basan los
ideólogos de la extrema derecha. Intoxican, mienten, ponen en tela de juicio y
desprestigian a la democracia con un único fin, imponer sus ideas, someter a
los ciudadanos y acabar con las libertades y derechos ciudadanos que tanto
costó conseguir.
Es demencial escuchar a personas que vivieron
el franquismo, no las élites y los privilegiados, justificar aquellos tiempos sórdidos en los
que vivían bien unos pocos y los demás sobrevivían en silencio pues todo
comentario contrario a la dictadura era acallado con hostias o la cárcel.
Quiero ser optimista, lo soy, y esa encuesta
habla de un veinticinco por ciento de jóvenes que apoyarían esos regímenes
autoritarios, el resto creen en la democracia. El setenta y tantos por ciento
tenemos que hacer un esfuerzo por avanzar en esta democracia con el fin de
mejorar la sociedad y de esa forma convencer a esos «disidentes» de que es el
mejor régimen posible.
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