Fotografía de portada de El Comercio del 10 de octubre de 2013
La sala estaba casi en silencio.
Nada perturbaba el discurso sabido del ministro. El tema, la reforma de la ley
del aborto, no deparaba a esas horas de la mañana ni un mal gesto. Sus
señorías, aún somnolientos, no prestaban demasiada atención. Total ¿para qué?
El resultado estaba cantado. Los argumentos a favor y en contra están tan
manidos y son tan viejos que les dan hasta pereza. Harán un esfuerzo, sus
votantes se lo merecen.
¿Qué pasa? ¿Qué es eso? ¿Qué
dicen? ¿Quiénes son?
El sopor desaparece de pronto.
Giran las cabezas a uno y otro lado. Ubican las voces. Las ven. Sus ojos
reciben una imagen inesperada. No la asimilan. Se miran incrédulos. Vuelven sus
cabezas hacia arriba.
¿Qué dicen? “Aborto es sagrado”
“Aborto es sagrado” “Aborto es sagrado”.
Dos de las voces suenan forzadas.
Son tres. Tres chicas. La consigna entra en los oídos de sus señorías pero no
comprenden. Su cerebro está paralizado. Son tres chicas y están enseñando sus
tetas. Los sentidos que aún les quedan están centrados en aquellas seis tetas.
En su torso desnudo hay algo
escrito. No lo leen. Las tetas acaparan su atención.
Se agarran con energía a la
barandilla y gritan con más nervio. Son jóvenes. “Aborto es sagrado” “Aborto es
sagrado” “Aborto es sagrado”
El servicio de seguridad del
Congreso no lo tiene fácil.
Sus señorías lo viven como en un
sueño. Al fin unos tímidos aplausos - pocos - y gritos de fuera - más - se
entremezclan. Vuelven al desconcierto.
“Aborto es sagrado” “Aborto es
sagrado” “Aborto es sagrado”
El presidente del Congreso, Jesús
María Posada Moreno, mira embelesado. Los gritos arrecian: “¡fuera, hombre!”.
Se hacen más intensos. Algunos aplausos más.
“Aborto es sagrado” “Aborto es
sagrado” “Aborto es sagrado”
“¿Aborto es sagrado?” se pregunta
el ministro Alberto Ruiz Gallardón. “¿Es sagrado?” Vuelve a interrogarse. No da
crédito a lo que está escuchando. Su pudor le impide seguir mirando. Está bien
educado y no hay que tentar al diablo. Su incredulidad es sincera.
En menos de dos minutos todo se
acabó. Tras el desconcierto, sus señorías se repantigan y vuelven a su estado
inicial.
La protesta estuvo organizada por
el movimiento reivindicativo Femen.
La diputada popular Beatriz
Escudero habló de “acto de fanatismo” y su compañera Ana Vázquez tachó de
“repugnante” la protesta “con los pechos al aire”. Por su parte Celia
Villalobos, en otra de sus desmesuras, se quedó tan contenta cuando dijo que se
trató de un acto de “exhibicionismo y no de activismo”. Como eso le pareció
poco tuvo que añadir algo más: “Yo también quiero ver a señores en bolas. Y a
Cristiano Ronaldo en todas las manifestaciones”
¡Olé, la gracia que tiene esta
mujer!
Pero lo más exótico que escuché fue lo dicho por una colaboradora del programa de Las mañanas de RNE: “están todas
estupendas. No tienen celulitis ninguna. También es curioso que no se muestre
un cuerpo femenino normal”
Dicho todo está. No entendieron
nada.
“Aborto es sagrado” “Aborto es
sagrado” “Aborto es sagrado”
Seis tetas desconcertaron a los diputados por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Totalmente de acuerdo.... La derecha mediática( el 95%), económica y política, dispara sus dardos contra la forma y no contra el fondo, que es lo verdaderamente preocupante: la velocidad en la que se estan revertiendo los Derechos Sociales, los Personales, los Laborales, etc.... Yo aplaudo que los ciudadanos utilicen cualquier foro y cualquier método para protestar y hacerse oir, mientras sea pacífico, aunque quizas dentro de nada haya que replantearse tambien esto último, ya que las agresiones del poder político a los ciudadanos, son de tal calibre, que, como reconoce el Código Penal, utilizar la fuerza en Defensa Propia, no está castigado, o como mínimo, es un eximente.
ResponderEliminarTermino: ladran, luego es que les ha hecho daño, asi que ánimo y a seguir con las protestas, que la mayoría, y me incluyo, estamos viendo nustro cadaver pasar por delante de la ventana y ni noa inmutamos.
P.D. Me gustaría haber oido al prepotente y sobrao señorito andaluz l Carlitos Herrera esta mañana, echando fuego por esas fauces, pero como en mi casa hace ya muchos años que no comemos Pastas Gallo, pues me quedo con las ganas.. Un saludo, "sin acritú".