Publicado en La Nueva España el 5 de septiembre de 2017
Lo
de la vivienda en España siempre nos ha traído de cabeza. Pasamos de momentos
de escasez al auge inmobiliario como si tal cosa. Eso sí, la adquisición de una
vivienda en propiedad invariablemente ha supuesto un enorme esfuerzo para la inmensa
mayoría de la población de cualquier época.
Los
años posteriores a la Guerra Civil fueron muy duros. Por lo que se refiere a la
construcción de viviendas el parón fue alarmante y la iniciativa privada no
pudo resolver el problema. La escasez y la carestía de los materiales lo ponían
muy difícil, la autarquía y la Segunda
Guerra Mundial lo complicaron aún más.
Ante
esta situación el Estado paternalista franquista se convirtió en promotor
directo, en otras ocasiones se sirvió de
órganos oficiales intermedios para la ejecución de las promociones
inmobiliarias.
Ya
en 1939, por Ley de 19 de abril, se creó el Instituto Nacional de la Vivienda,
dependiendo “directamente del Ministro de Organización y Acción Sindical”,
según el artículo 15 de esa Ley. Los estragos de la guerra obligaron a esta
iniciativa, aunque no tuvo muy buenos frutos. Así entre 1939 y 1955 el déficit
de viviendas se convirtió en un enorme problema.
Al
parecer entre 1943 y 1945 se construyeron 26.000 viviendas y 70.000 en 1948,
insuficientes para cubrir las necesidades, según datos recogidos por Ramón
Betrán Abadía.
La
situación no era menos acuciante en los pueblos de aquella pobre España, Tineo
no fue una excepción.
El
25 de abril de 1952 el alcalde de Tineo informa a la corporación municipal que
se había entrevistado con el Delegado de Trabajo y que éste “le había insinuado
(sic) la posibilidad de incluir quince viviendas para obreros, pero que para
iniciar las gestiones era necesario el acuerdo del Pleno del Ayuntamiento,
ofreciendo los terrenos precisos para su emplazamiento”.
“Con
tal motivo el Consejo Local de Falange, en la sesión celebrada el día 14 de
marzo pasado había acordado proponer al Ayuntamiento la cesión de los terrenos
municipales de las Eras, y concretamente el sitio denominado La Chamera para la
construcción de viviendas protegidas para productores, sin perjuicio de hacer las
gestiones precisas para ayudar a las empresas mineras en su deseo de construir
otro grupo en las inmediaciones del Rodical, exclusivamente para mineros”.
Por
si alguien no se dio cuenta el Consejo Local de Falange tomó decisiones antes
que la corporación municipal. Ya se sabe: el que manda, manda.
Con
la creación del Patronato Laboral “Francisco Franco” en Asturias, el 8 de mayo
de 1952, siendo Gobernador Civil y Jefe Provincial de F.E.T. y de las J.O.N.S
Francisco Labadíe Otermín, pretendían solucionar “el angustioso problema social
de la vivienda”.
El
sistema seguido por el Patronato Laboral, para la construcción de las
viviendas, consistía en conjugar las aportaciones económicas de los
beneficiarios con su contribución en forma de trabajo. Por su parte, el
Instituto Nacional de la Vivienda ponía una cantidad que llegaba al 40 por
ciento del importe del coste del proyecto, con carácter de anticipo
reintegrable sin interés durante 20 años, y la aportación del 20 por ciento
como subvención.
Así
al menos lo explicaban.
Con
fecha de 25 de junio de 1952 el alcalde informó a la corporación tinetense de
todo lo anterior y reitera la necesidad de que el ayuntamiento ofreciese
gratuitamente los terrenos necesarios para poder construir.
Queda
claro que la carga recaía sobre los compradores, que ponían la mayoría del
dinero además del trabajo personal, y
los ayuntamientos.
El
tema parece que se iba encarrilando.
El
25 de septiembre de 1953 la cuestión vuelve al pleno municipal. En esta ocasión
desde el Patronato solicitan al ayuntamiento que se consigne en los
presupuestos una cantidad como donativo al Patronato Laboral para “adquisición
de terrenos a efecto de construcción de viviendas en esta zona”.
El
Pleno “viendo los deseos de este Patronato y de la eficaz labor que viene
desarrollando entre los pueblos de las provincia, acuerda prestar en principio,
las ayudas necesarias para el buen funcionamiento de este Patronato,
facilitándose a tal efecto, los terrenos necesarios propiedad del
Ayuntamiento…”
Algo
pasó por el camino y no nos enteramos. ¿No había pedido el Patronato
inicialmente terrenos? ¿Cómo es que ahora pide dinero “como donativo” para
adquirir terrenos? Resulta sospechoso ¿verdad? Tanto que el propio ayuntamiento
no estuvo por la labor tal y cómo se vio.
Todo
se aclara más adelante.
El
5 de marzo de 1954, en sesión plenaria, se vuelve a hacer referencia al Pleno
del 25 de septiembre de 1953 y en esta ocasión acuerdan, por unanimidad,
conceder la cantidad de ciento veinticinco mil pesetas como subvención al
Patronato para la adquisición de los terrenos necesarios para construir
viviendas.
Alguien
se llevó un rapapolvo de cuidado y de lo dicho por el consistorio tinetense
nada de nada. El régimen no permitía desavenencias, todo se reducía al ordeno y
mando – y desde luego al obedecer y calladitos -.
En
agosto de 1954, el día 13, se celebra otro Pleno que entre otros puntos llevaba
nuevamente la construcción de viviendas por parte del Patronato Laboral. En él
se dan por enterados de las normas por las que se va a regir la adquisición por
parte del Patronato de la finca denominada “Las Casinas” sita en El Viso.
Sin
titubeos ni duda alguna el Pleno vuelve a aprobar la cantidad de ciento
veinticinco mil pesetas para adquisición de esos terrenos.
Al
final se construyeron treinta y seis viviendas, participando en su construcción
seis equipos de seis “productores”. Las obras finalizaron en mayo de 1959. El
arquitecto fue Francisco G. Villamil.
Con
la adjudicación de las viviendas se entregaba a cada propietario un “álbum” en
el que “hallarás diversas materias, amenas e instructivas, bellamente
expuestas, que contribuirán a enriquecer tus conocimientos generales o a
proporcionarte momentos de recreo y dicha en el seno del hogar propio, rodeado
de los tuyos más queridos”.
Los
temas sobre los que “instruía” eran la astronomía, religión, madre y niño, el
trabajo, historia, sanidad, geografía universal, historia de España, cocina, el
niño, el Frente de Juventudes, Asturias es así, ama de casa.
Por
supuesto todos ellos con un espíritu “educativo”.
No
faltan en el “álbum” fotografías de Franco, José Antonio Girón de Velasco y
José Antonio Primo de Rivera.
Como
curiosidad la impresión de este “álbum” se realizó en los talleres gráficos de
la editorial “La Nueva España” que la inició el 16 de noviembre de 1958 y se
terminó el 14 de enero de 1959.
“Las
Casinas” de El Viso ahí siguen. Algunas de ellas han pasado a manos de otros
propietarios que nada tienen que ver con los primeros. El tiempo no las ha
tratado mal gracias al cuidado de sus moradores.

“Las Casinas” de El Viso modelo franquista de viviendas “baratas” by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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