El azul del cielo lo ensucian los rayones dejados por los aviones. Un, dos, tres… siete rayas que ningún dios esnifará. Brilla el sol y a su pesar no hace calor. Las noches en Tineo son frías, el termómetro asciende con timidez.
A las doce y media me encuentro a la puerta del local en que quedé con Daniel Prieto Francos (Tineo, 1987). Está hablando por teléfono, termina, nos saludamos y entramos en la cafetería. Un agua y un café descafeinado con soja para mí. ¡Qué tristeza! La cita la acordamos para que me contara su experiencia en el primer Encuentro Internacional de Juristas con el fin de estudiar el estatuto jurídico del Sáhara occidental y las cuestión de los recursos naturales.
¿Qué hacía allí Daniel Prieto? El acto fue organizado por Jueces y Juezas para la Democracia y la Unión Progresista de Fiscales, la Unión de Juristas Saharauis, la Comisión Nacional Saharuai de los Derechos Humanos y la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis, Prieto Francos pertenece a la primera y es magistrado en la sala de lo Contencioso Administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
El encuentro se realizó en el campamento saharaui de Wilaya de Auserd, en Argelia, a unos cuarenta y cinco minutos en coche de Tinduf. Los cinco campamentos saharauis del Frente Polisario en este territorio acogen a unas ciento setenta mil personas desde hace unos cincuenta años. Los campamentos tienen el nombre de antiguas ciudades saharauis. La vinculación con su tierra, a pesar de la distancia, es total.
La mayoría de los asistentes eran españoles, sesenta, con la presencia de ponentes internacionales, incluidos argelinos. Entre unos y otros unos cien.
El magistrado Daniel Prieto es un hombre de fuertes convicciones democráticas, con gran sentido de la Justicia, no solo la Justicia que emana del BOE también de esa mucho más amplia que son los Derechos Humanos. Ese sentido ético le llevó a querer conocer de primera mano cual es la situación en que viven los saharauis exiliados y todo el entramado legal en que están inmersos esos ciudadanos, pero también la ONU, la Unión Europea y España, sí España también.
Entre sorbo de agua y de café me va contando su experiencia allí. Le interrumpo para preguntarle quien finació el viaje. Cada uno de los asistentes se pagó el viaje. Aunque el encuentro duró dos días la estancia se prolongó cinco. El viaje fue corto pero intenso ya que fueron alojados en las viviendas familiares de los saharauis. Daniel, al igual que el resto de la expedición, les llevaron medicamentos, leche en polvo y juguetes. La manutención también la abonaron cada uno de los expedicionarios con el fin de no ser una carga para esas familias. Las viviendas modestas. Convive toda la familia en cuatro habitáculos. En la que se alojó el magistrado Prieto estaba integrado por dos mujeres y cuatro niños, del hombre no sabían nada. No eran los únicos, por la casa desfilaban continuamente otros familiares. En ella se alojaron seis de los asistentes al encuentro. Dos bombillas iluminaban la casa. La energía llega a las viviendas desde generadores comunales. En el exterior no hay luces públicas. El agua se la llevan en camiones cisterna cada día con los que llenan los depósitos existentes. No hay grifos. Duchas no tienen. Como ya iban avisados cada uno se proveyó de útiles de limpieza de usar y tirar. Lo más complicado, por falta de costumbre, fue lo de evacuar. Un agujero y en cuclillas. Aquí el magistrado sonríe.
Por lo que se refiere a la comida, el menú era poco variado, preferentemente arroz con pollo. Muy saludable, imagino que a sus señorías les vendría bien esta dieta. Se complementaba con carne de camello. En esto Daniel Francos es categórico, no le gustó, muy fuerte y dura. Aunque la dieta era poco variada no les falta la comida.
En principio Argelia les permitió instalar jaimas en ese territorio pensando que iba a ser algo temporal, los años siguen transcurriendo y han ido construyendo casas, saben que la situación se va a prolongar mucho más.
Cuando pasamos a hablar de la forma de ganarse la vida el magistrado se lo pensó un poco. No hay trabajo. Algunas ínfimas tiendas, entre las que no faltaba una carnicería que tenía colgado un camello del cual cortaban los trozos que solicitaban los clientes. Reconozco que la imagen no me resultó muy agradable. Volviendo al tema de la forma de ganarse la vida es evidente que es gracias a las ayudas internacionales. No hay que olvidar donde están situados geográficamente. La vida tiene que ser muy dura. Sol, tierra y arena. Aquí viene muy bien eso de que el hambre se juntó con las ganas de comer. Exiliados, guerra, desierto, peor imposible.
A pesar de la situación en la que se encuentran percibió una gran dignidad en ellos. Al despedirse de la familia que les acogió intentó dejarles algo de dinero, le costó un triunfo que lo aceptasen.
Tienen escuela donde se forman los niños. Los estudios superiores los realizan en la universidad de Argel. No quieren que sus hijos estudien en el extranjero ya que temen que después de formados no regresen. Es comprensible, están intentando recuperar su territorio, su país y no pueden perder efectivos. Hay una escuela de enfermería construida por los cubanos de quienes reciben mucha ayuda. Los cooperantes españoles están presentes, incluidos muchos médicos, especialmente oftalmólogos.
Los saharauis son bereberes y en el aspecto religioso no percibió el fanatismo que anida en pueblos árabes. Como curiosidad me comentó que el campamento está gobernado por una mujer. Detalle que marca diferencias.
Con otro café siguió contando detalles de su estancia para pasar después a explicarme las motivaciones del encuentro.
Daniel Prieto es muy claro al facilitar información. Retrocede a octubre de este año cuando el Tribunal General de la Unión Europea (TJUE) anuló los acuerdos pesquero y agrícola entre la Unión Europea y Marruecos por incluir en su aplicación productos del Sáhara Occidental, les recuerdo que es un territorio pendiente de descolonización, dando la razón al Frente Polisario. Una tercera sentencia del TJUE anula también el acuerdo por la omisión de los etiquetados de los productos originarios del Sáhara Occidental.
El encuentro sirvió para destacar la trascendencia de estas sentencias al tiempo que supuso un apoyo de los presentes a la causa de la descolonización por incumplimiento de los acuerdos refrendados por la ONU.
España no es ajena a esta situación. Prieto Francos se refiere al cambio de orientación política de nuestro país a pesar de que sigue siendo potencia administradora del Sáhara Occidental de «iure» aunque no de facto. Para los asistentes el cumplimiento de los acuerdos y de las sentencias de tribunales internacionales es fundamental para que los saharauis logren la independencia de su territorio.
Le pregunto por las causas del cambio de opinión de España, me mira, hace una pausa, es un hombre prudente. Me lanzo por la senda de la inmigración ilegal y los acuerdos de pesca, rompe el silencio y hablamos sobre ello. España no construye campos de concentración como Italia en Albania, pero paga a Marruecos para frenar a los inmigrantes. Esto lo digo yo.
En su afán explicativo me comenta un par de cuestiones de las que no tenía ni idea o que sencillamente olvidé. Les cuento. Me pone ejemplos clarificadores sobre el papel de España en el territorio saharaui. Nuestro país controla el espacio aéreo del Sáhara Occidental desde las Canarias. Marruecos quiere obtener ese control pero de momento no lo logró. Asimismo, el Salvamento Marítimo en la zona también depende de España, aunque desde 2012 es compartida con Marruecos. El resultado es que Marruecos llega muy tarde a rescates con trágicas consecuencias. Esto último es cosecha mía. La ONU, de momento, no da el visto bueno a las aspiraciones marroquíes.
Remata la información recordándome que Marruecos construyó un muro que divide el Sáhara Occidental, con más de dos mil setecientos kilómetros de longitud, protegido por todo tipo de materiales militares, incluidas minas. Según la información que les proporcionó el Frente Polisario el 95% de los militares marroquíes se encuentran en ese «frente».
Por Wilaya de Auserd pasó a darles las gracias y despedirles Brahim Gali, Secretario General del Frente Polisario y Presidente de la República Árabe Democrática.
El magistrado tinetense vino muy satisfecho de los resultados de la reunión a la par que sirvió para concienciarse aún más sobre la situación que sufre el Sáhara Occidental, los saharauis, que no es otra que la conculcación de sus derechos que son Derechos Humanos. Tienen intención de repetir.
Confieso que antes de despedirnos nos tomamos un vino. Siempre es un placer charlar con el magistrado Daniel Prieto Francos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario